Diez Minutos

ÁNGEL ANTONIO HERRERA

ISABEL PREYSLER

-

No ve uno que Isabel Preysler tenga relevo, como gran figura de portada, y ni sus hijas, tan monísimas, pueden sucederla, porque ya vemos que la sucesión es ella misma, que de pronto enamora a un Premio Nobel, o bien se aparece en un cóctel, como la reina finísima de lo suyo, que es la fama porque sí. Isabel es mucha Isabel. La Preysler es La Preysler. Es, Isabel, el naipe primero de la baraja de mujeres archifamos­as, y el 18 de febrero cumple 67.

Isabel, si miramos las hemeroteca­s lejanas, traía el “photoshop” incorporad­o, por joven oriental, y con los años logró el más difícil todavía de la distinción mayor, o la elegancia infalible. Ella misma ha definido bien la distinción al responder un día que lo primero que ha de hacer una elegante es no creerse elegante. Estamos, además, ante una elegante con titulación, porque sale siempre campeona en las encuestas al respecto, que ensalzan su estampa de mujer de línea y su acierto de túnica holgada lo justo.

Hubo épocas en las que no salía de una portada, que no es lo mismo que salir en una portada. Pudiera llegar a pensarse entonces que tan fina mujer no existía, pero luego resultó que se divorciaba de Carlos Falcó, se casaba con Miguel Boyer, y hasta salía a algún cóc- tel como una extranjera que vive en Puerta de Hierro.

Isabel ha sido imbatible en el amor, pero no ha sido mujer de novios, sino de maridos ilustres y de vitola diversa, desde Julio Iglesias a Mario Vargas Llosa. Y citamos a Vargas Llosa como marido, porque aunque no sea marido de papeleo, lo viene siendo a todos los efectos. Son un Premio Nobel de pareja. Preysler tuvo, entre Boyer y Llosa, alguna temporada de viuda de sí misma, pero se aupó desde la pena, y ahí está, poniéndose y quitándose túnicas de museo, de gira por el mundo, porque ella tiene también ya un algo o un mucho de esbelta señora museal.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain