Boris Izaguirre “Me colaba en las bodas”
El showman televisivo y escritor, que presentará el programa “¡Sí, quiero ese vestido!”, es un apasionado del universo femenino desde su primeros años en su Venezuela natal, donde comenzó su fascinación por los trajes de novia.
En la presentación de la versión española de “¡Sí, quiero ese vestido!” (en el canal DKISS, desde el próximo 11 de noviembre, a las 21 h), Boris Izaguirre habló largo y tendido sobre su nuevo programa: “La frase que mejor lo define es “Aquí, el vestido (de novia) te elige a ti”. Mi vida siempre ha sido gente que me escoge a mí, y yo, evidentemente, me dejo llevar porque soy muy ¿facilón? Iba a decir pasivo, pero no, soy un falso pasivo (risas)”.
-¿Las novias a las que ayudas a elegir traje te invitan luego a sus bodas?
-Siempre. Les da un poco de apuro porque saben que es imposible, pero lo hacen, y a mí me parece genial. Es que España es el país de la fiesta. Todo aquí es para disfrutar: la gente, la conversación, la comida… -¿Cómo te has preparado? -Me enseñaron algo del programa americano, de Randy Fenoli, pero yo era gay antes que él, ¡eh! Aquí he conseguido lo que siempre quise, que es adaptarme yo a un formato. Por eso quiero hacerlo muy bien y tomármelo en serio.
-Creo que en Venezuela tienes un máster…
-Nací en Caracas, que fue la capital internacional de las bodas, una industria increíble. Mis primeros éxitos fueron colándome en los enlaces, y cada semana había uno. La boda en Venezuela es para lucirse porque es un país que cree mucho en lo exterior.
-Para boda venezolana, la de Virginia Troconis, de amarillo y con escotazo, y Manuel Díaz, “El Cordobés”.
- Por ej emplo. Eso aquí hubiera sido imposible. Me acuerdo de la boda de Carlos Baute y Astrid Klisans, en El Escorial, como Ana Aznar y Alejandro Agag. Mis amigas venezolanas venían prácticamente desnudas, porque era verano, y se encontraron en shock con la temperatura, el viento y la cena banquete. Porque en Venezuela todo se reduce a un bufé y a una fiesta para bailar, y aquí hay organización.
-¿Qué tiene de distinta la versión española del programa?
-Las historias. De todas maneras, los españoles sois incapaces de ver la importancia que tenéis fuera. No hay nada que llame más la atención de España que España. Está demostrado, sólo hay que ver la fascinación que despiertan genios como Almodóvar, Balenciaga, Picasso, Goya o Velázquez.
-Este año has retransmitido la boda del Príncipe Harry y la de su prima, Eugenia de York.
-Y mucho antes retransmití la de los Reyes para la Cadena SER. Fue una tragedia porque yo me asomé al balcón para ver pasar la comitiva y la gente empezó a gritar. En cualquier caso, todas han sido fabulosas.
-Aquí se acaba de casar el hijo del duque de Alba, la hija de Karina y Juan Miguel…
-Pues a mí me ha encantado estar en la boda de Pelayo Díaz y Andy McDougall, fue estupenda. Tuvimos que esperar, quizás demasiado, pero verlos llegar en helicóptero, con la música de “Misión imposible”, y los dos tan increíblemente felices… ¡Y las cosas que les dijeron sus amigos! Me pareció divina.
-¿Te han entrado ganas de volver a casarte?
-No, porque mi boda fue monísima, bellísima, no se puede mejorar. Rubén era tan feliz… Fue hace ya 12 años.
-Aún queda, pero ¿ni para las bodas de plata?
-Pero es que Rubén y yo ya lo sobrepasamos, llevamos juntos 26 años. Es, como dice él, “embarrasing” (algo así como “embarazoso” en español). -¿Guardas tu traje de novio? -Claro. Era un Gucci de la etapa de Tom Ford, de raya diplomática extragrande. Cuando ves las fotos yo parezco un poco Vito Corleone. Al final, un matrimonio es como una pequeña mafia, una organización de dos.
-Y puestos a echar mano de la nostalgia, ya llevas 20 años haciendo televisión en España, y acabas de iniciar una segunda vida profesional.
-Sí, es increíble estar involucrado en muy buena televisión. Escribí telenovelas en Venezuela, en los ochenta, y cuando vine aquí siempre quise formar parte de “Crónicas marcianas”. Ha marcado mi vida y gracias a él he ido hilando magníficos programas, hasta llegar a “MasterChef Celebrity”; me ha hecho muy popular entre los niños, que me piden fotos y hasta me dicen: “¡Divino!”. He tenido muy buen olfato y mucha inteligencia. Al fin y al cabo, yo lo que sé es hacer televisión y, por supuesto, escribir.
“Me encantó asistir al enlace de Pelayo Díaz y Andy McCougall. Fue divino” “Las mujeres no han hecho más que apoyarme, desde las que me defendían en el colegio”
-Ya que hablas de “MasterChef Celebrity”, ahí uno de tus retos ha sido lidiar con Carmen Lomana (la última expulsada) y Antonia Dell'Atte.
-Sí, y no deja de ser una exploración en la psique femenina, de la que soy un apasionado. Y sigo mediando entre ellas. En mi vida, las mujeres no han hecho más que apoyarme, desde las que me defendían en el colegio porque me pegaban otros chicos.
-Y para finalizar con el talent culinario, recomienda un plato.
-El pastel de polvorosa. Es venezolano, al parecer el preferido de Simón Bolívar, y lo incluyo siempre en mis novelas. En “MasterChef Celebrity” no lo he hecho porque estábamos más con cocina molecular. Pero yo soy más de cocina tradicional, como yo.