Lydia Valentín “Antes de ser deportista, soy mujer”
Detrás de la campeona del mundo de halterofilia, hay una joven coqueta y femenina que se confiesa enamorada y que sueña con casarse.
Esta leonesa, de 33 años, acaba de revalidar su título como campeona del mundo de halterofilia. Hablamos con ella sobre este momento tan dulce durante la presentación de la campaña Historias de Confianza, de Reales Seguros, para la que ha sido elegida como una de las embajadoras.
-Lydia, acabas de ganar, por segunda vez, el campeonato del mundo.
-Así es, y no puedo sentirme más feliz. Ahora estoy disfrutando de todo lo que ha sido este año, el Europeo, los Juegos Mediterráneos, el Campeonato de España, y ahora el mundial.
-¿Cómo te sientes siendo una referencia del deporte español?
-Realmente muy contenta y muy agradecida, porque he sentido muchísimo apoyo y hemos conseguido lo que quería, aunque llegué lesionada de un hombro. Unos 20 días antes, tuve una rotura del músculo deltoide, pero entrené y todo salió bien.
-¿Ya estás preparándote para Tokio 2020?
-Sí claro. Quiero llegar en las mejores condiciones para estar luchando y conseguir esa medalla olímpica.
“Me gusta ponerme un tacón, comprarme ropa, maquillarme. Me he criado en un mundo femenino”
-Tu aspecto llama la atención por lo arreglada que vas, se nota que eres muy femenina.
-Antes de ser deportista, soy mujer y me gusta lo que a cualquier chica de mi edad, comparto todo con mis amigas y con mis hermanas, que no hacen deporte. Sí es cierto que el deporte de fuerza puede estar vinculado al género masculino, pero yo considero que la esencia la tengo, haga lo que haga. Me gusta, me siento bien y nunca la voy a perder.
-¿Sigues mucho las tendencias de la moda?
-Voy más a lo mío. Al final, yo soy una chica con un cuerpo deportista, no tengo la medidas que tal vez la sociedad marca para ser una mujer perfecta pero creo que cada uno es diferente. Hay que sentirse cómodo, cada uno se tiene que cuidar. Si quieres seguir las tendencias me parece estupendo pero si no, hay otras alternativas y eso es la esencia de ser totalmente auténtico.
-Cuando ganas, ¿a quién se lo dedicas?
-A mi familia y al equipo que ha estado día a día conmigo para conseguir esa medalla. En cierto modo, también a la gente que me está viendo y apoyando. Recibir esa energía para que tú estés ahí, es muy de agradecer. -¿Estás enamorada? -Sí, de la vida, de mi deporte, de las personas y de todo en general. Creo que el amor lo mueve todo en el mundo. Tengo el corazón enamorado en muchos aspectos de mi vida.
- ¿ Con a l gún nombre en especial?
-Tiene nombre y me da vergüenza, porque no estoy acostumbrada a estas preguntas. Lo cierto es que estoy muy feliz, me siento una persona muy afortunada.
-¿Te planteas boda en un futuro?
-Sí claro, me encantaría, es más, sueño con ello, hay chicas a las que eso no les ocurre, pero a mí sí. -¿Te gustaría ser madre? -Posiblemente sí, pero no a corto plazo.
-Si tuvieras hijos y quisieran seguir tus pasos, ¿les apoyarías?
-Por supuesto. Y lo que de verdad haría sería inculcarles que practicaran algún deporte.
“Si quieres seguir las tendencias, estupendo, pero hay alternativas y eso es la esencia de ser auténtico”
“Estoy muy feliz, me siento afortunada. Me encantaría casarme, sueño con ello”
-¿Hasta qué edad se puede competir en halterofilia?
-Eso es bastante personal, pero hasta pasados los 30 está bien. Este deporte es muy duro y muy sacrificado, y eso que yo he tenido mucha suerte con las lesiones.
-Cuando llegue el momento de retirarte, ¿a qué te dedicarás?
-Tengo muchos proyectos, llevo más de un año con mi línea de ropa deportiva y la quiero agrandar. Mi vida gira en torno al deporte y me gustaría poder ayudar a mucha gente.
-¿La halterofilia no está reñida con la feminidad?
-No, para nada, si eres coqueta, como es mi caso, hay que verlo con total normalidad. Me gusta ponerme un tacón, comprarme ropa, maquillarme, lo que hace una chica normal. Tengo dos hermanas, me he criado en un mundo totalmente femenino.
-Cuándo dijiste que te querías dedicar a esto, ¿les extrañó?
-Al principio sí, sobre todo a mi madre que me preguntaba si no era un deporte demasiado masculino. Vieron que el ambiente era estupendo, con una gente bárbara, y ahora están encantados.