EL NIÑO LLEVÓ UN CRISTIANAR QUE HA PASADO POR NUEVE GENERACIONES
Tuvieron suerte y el sol brilló con fuerza. El sábado 8 de diciembre, Olivia de Borbón y Julián Porras bautizaron a su pequeño Fernando Enrique, un niño que nació el pasado 14 de agosto. El bebé, muy tranquilo en todo momento, recibió las aguas bautismales en el mismo lugar que su hermana Flavia, en la preciosa capilla de la Inmaculada Concepción de Guadalmina, en Marbella.
El protagonista de la mañana llegó en brazos de su madre y con un vestido de cristianar muy especial: el traje lo han lucido ya nueve generaciones de la familia Borbón y Escasany. Como padrinos, Olivia y Julián eligieron a Carmen Lomana, íntima de la pareja, y un primo hermano de Olivia, el conde Robert Graf Hardenberg Zu Furstenberg. “Intentaré ser su guía espiritual”, escribió emocionada Lomana en su Instagram poco antes de la ceremonia. En este día tan especial, la familia también contó con buenos amigos como Beatriz de Orleans o Juan Peña y Sonia González, que llegaron con su pequeño Tristán.
Almuerzo en casa
La pequeña Flavia, que el 1 de diciembre cumplió dos años, también estuvo muy pendiente de su hermano. Después de que éste recibiera el Sacramento, la familia celebró con sus invitados un almuerzo en casa de la madre de Olivia de Borbón, Beatriz, que volvió a mostrar un estilismo de lo más original con chaqueta roja de corte militar, falda estampada y gorro de pelo.
Carmen Lomana, madrina de Fernando: “Intentaré ser la guía espiritual de mi ahijado”