María José Campanario se recupera de su último ingreso
La odontóloga viajó hasta Lloret de Mar para reincorporarse a su trabajo, en una clínica odontológica. Su marido, Jesulín, la acompañó al aeropuerto de Sevilla.
“ME ENCUENTRO MUY BIEN”, ASEGURÓ ANTES DE COGER SU AVIÓN
Desde que en 2005 a María José Campanario los médicos le diagnosticaran fibromialgia,(una enfermedad que produce un fuerte dolor en músculos y huesos), la esposa de Jesulín ha tenido que ser ingresada en numerosas ocasiones. La última fue el pasado 2 de noviembre, la tercera recaída este año.
Afortunadamente, después de unos días bajo supervisión profesional en la Clínica de la Salud de Cádiz, la odontóloga pudo salir y reincorporarse a su rutina laboral. De hecho, la semana pasada pudimos verla muy recuperada dando muestras de lo bien que se encuentra. Fue a las puertas del aeropuerto de Sevilla, donde llegó para coger un avión hasta Barcelona, desde donde se desplaza hasta Lloret de Mar, donde trabaja tres días a la semana en una clínica dental.
Muy feliz, María José llegó al aeropuerto acompañada de su marido. Después de ayudarla con las maletas y charlar unos minutos, Jesulín se despidió de ella con un beso. Un gesto muy romántico con el que acallar los continuos rumores que hablan de una crisis en su relación. Tras decirnos que se encuentra “muy bien” y antes de entrar definitivamente en el aeropuerto para tomar su vuelo, María José se relajó fumando un cigarrillo y haciendo unas llamadas. Todo, sin perder la sonrisa.
Más unidos que nunca
Es cierto que la de Castellón siempre se ha mostrado muy fuerte a la hora de afrontar los sustos que le da la salud y siempre retoma sus obligaciones profesionales lo antes posible. No es fácil para ella, porque los brotes que sufre son cada vez más frecuentes y dolorosos y necesitan de ingreso hospitalario para poder paliarlos.
Pero en toda esta lucha no está sola: Jesulín se ha convertido en su mayor apoyo y la enfermedad de María José les ha unido más que nunca. Y todo pese a que por su trabajo como odontóloga tengan que estar días separados: él en la ciudad gaditana de Arcos de la Frontera con su hijo, Jesús, de 12 años (la hija mayor del matrimonio, Julia, estudia el Bahillerato en Nueva York) y ella en Lloret de Mar. Siempre se ha considerado fuerte y la distancia física no ha sido un problema.