Diez Minutos

Anabel Alonso

“La maternidad, consciente o inconscien­temente, penaliza a la mujer”

- Por Rosa Villacastí­n Fotos: Fernando Roi Ayudante: Julián Calvo

Es una actriz todoterren­o que domina las artes escénicas en todas sus variantes: comedia, humor, presentado­ra de televisión... No hay género que se le resista desde que siendo una adolescent­e tuvo claro que quería hacer realidad su sueño de subirse a un escenario para dar vida a todo tipo de personajes. Antes tuvo que estudiar Turismo para complacer a sus padres, que no veían con muy buenos ojos que su única hija se dedicara al mundo del espectácul­o.

Ha pasado mucho tiempo desde que abandonó su Baracaldo natal para probar suerte en Madrid, pero si en algo no ha cambiado es en sus enormes ganas de trabajar, que ha puesto de manifiesto en muchas ocasiones, la última, durante su paso por MasterChef Celebrity, donde se enfrentó a Tamara Falcó. Un rifirrafe que incendió las redes sociales. -¿Qué le pasó con Tamara Falcó?

-Yo la he conocido en MasterChef, un lugar que no controlamo­s y que nos descoloca a todos, por ejemplo: el día que me eliminaron yo estaba centrada en lo mío, cuando de pronto me cambian y tengo que empezar de nuevo de cero. A partir de ese momento veo cómo me hacen el vacío y que Tamara, además de llevar puesto el delantal dorado (que la salvaguard­a de la expulsión), va haciendo sus cosas tranquilam­ente, sin brío.

-Para no tenerlo, sacó un genio que sorprendió a la audiencia.

-A mí también, porque recuerdo que una vez que le tocó ser capitana nos dijo: oye, si grito tenéis que perdonarme... Yo no sé lo que ella considera gritar, porque no levanta la voz, pero ese día teníamos que dar caña, y es cuando veo que esta mirando cómo hierve el agua tranquilam­ente. A mí eso me hirvió la sangre.

“En MasterChef yo no fui maleducada con Tamara Falcó. Si la viera ahora, le daría dos besos y punto”

-¿Por qué?

-Porque yo no considero que le faltase el respeto, lo que yo intentaba era darle un meneo porque íbamos fatal de tiempo. Ella se puso en un tono un poco “clasista”, y aunque hayamos tenido educacione­s distintas, yo no soy una mal educada, ni le falté al respeto. ¿Que le grité?, pues sí, como grité a todos los demás porque había que sacar adelante lo que estábamos cocinando.

-¿Le dolió que la expulsaran?

-Muchísimo, como bien se vio, pero es verdad que lo que pasa en MasterChef se queda en MasterChef. Y si la viera ahora, le daría dos besos y punto.

- ¿ Ha sido l a e d i c i ó n má s competitiv­a?

-En cuanto a cocinar, no he visto un gran nivel, nada que ver con la segunda edición en la que participé también. Eso no quiere decir que no esté encantada, porque he aprendido mucho.

-¿Qué ha sido lo más difícil?

-Esta edición ha sido difícil pero también lo fue “Tu cara me suena”, porque no sabía que podía cantar y bailar al mismo tiempo, y lo he hecho. Yo me lanzo a hacer lo que sea, porque soy muy competitiv­a. En este caso conocía el terreno, lo que no quiere decir que no me descolocar­a porque hay mucha tensión en MasterChef.

-¿Repetiría la experienci­a?

-Sin dudarlo, porque se crean unos vínculos maravillos­os y aprendes a conocer tus límites, tus recursos.

-El beso que le dio Jordi Cruz causó furor en las redes.

-A todos los niveles, porque alguno ha dicho que le acosé. Esto es un espectácul­o, y así hay que verlo.

-¿Iría a “GH” o a “Supervivie­ntes”?

-A “GH” no, “Supervivie­ntes” me parece que es un reto porque las pasan canutas. Y luchar por la superviven­cia pura y dura es un reto interesant­e.

-En su profesión también habrá tenido que sortear situacione­s difíciles.

-Es lo bueno que tiene, que nunca dejas de aprender, cada día tienes que probar cosas nuevas. Yo el próximo año voy a hacer un clásico con un grande de la escena, y no puedo avanzarte más. Para mí es algo nuevo porque tengo muchas cosas por hacer y descubrir.

-¿Le gusta ponerse a prueba?

-En este trabajo no nos jugamos la vida, yo no soy una neurociruj­ana, no tengo la vida de nadie en mis manos, de manera que todo lo que sea aprender, avanzar, es positivo.

“Es cierto que hay pocos papeles para las actrices maduras, cosa que no ocurre con los actores”

-En la sociedad, ¿se valora demasiado el éxito?

-Yo veo que es todo como muy disparatad­o, ni el éxito tiene tanta importanci­a ni el fracaso es para que se hunda el mundo. -La vida está llena de tropiezos y de momentos gratos.

-Un ejemplo son las redes sociales. Yo soy muy activa, y tengo gente que está de acuerdo con lo que digo, y otros que me insultan. Tengo bloqueados a los que van con careta, no a quienes vienen con la cara por delante, y rebaten mis argumentos, a esos, ¡chapeau! -¿Se ha sentido amenazada?

-No, para nada. En cierto modo hay algunos que me divierten porque dicen lo primero que se les ocurre, sin leer lo que tú has puesto. Las redes son un buen medio para rebatir, para opinar de la actualidad, siempre desde el respeto y la educación, aunque sea desde posiciones enfrentada­s. -¿Los insultos se los toma como algo personal?

-Que va, quienes nos dedicamos a una profesión de cara al público tenemos que asumir que no podemos gustar a todo el mundo, es algo que no me quita el sueño. -¿Y el trabajo se lo quita?

-Afortunada­mente, cada vez menos. Sigo siendo muy exigente, disfruto con lo que hago, en el momento en que lo hago, será porque tengo la conciencia tranquila. -La rivalidad forma parte de su profesión.

-Por supuesto, pero no es igual que hacer el MIR o unas oposicione­s a abogado del Estado, que tienen que competir con otros 10.000. Lo bueno de esta profesión es que los personajes crecen contigo. -Las actrices se quejan de que no hay papeles para la mujer madura.

-Rosa, yo tengo la edad que tengo y nunca voy a aparecer como si tuviera 30, pero es cierto que hay pocos papeles para las actrices maduras, algo que no ocurre con los actores. Yo recuerdo que presentand­o los Fotogramas, había mayoría de tíos en las películas, daba igual que fueran gordos o calvos, en cambio nosotras tenemos que ser además de buenas actrices estar físicament­e bien. -Más o menos lo que ocurre en la mayoría de los trabajos.

-Porque es un reflejo de la sociedad. Espero que las cosas vayan cambiando. Han cambiado, no tan rápido como quisiéramo­s. Es indudable que ha habido un gran cambio. En los últimos tiempos más debido a movimiento­s como MeToo, asociacion­es de feministas, prueba de ello es que el pasado 8 de marzo fue el más multitudin­ario. -Avisan algunos sociólogos sobre una vuelta atrás en los logros conseguido­s. -Hay mucha desigualda­d todavía en cuestión de salarios, aunque tengo que decir que en nuestro mundo yo no he notado esa diferencia porque cobro más que algunos hombres, y menos que algunas mujeres.

-¿Le sorprende que en las últimas elecciones generales haya disminuido el número de parlamenta­rias?

-Eso he leído, lo que quiere decir que ha entrado un partido como VOX, que ha conseguido 52 diputados, de los cuales el 80% son hombres. En el debate electoral todos los líderes eran hombres, en cambio las segundas de abordo, son todas mujeres. -¿A la mujer le sigue penalizand­o la maternidad?

-Consciente o inconscien­temente, así es. Por eso está muy bien que se luche para que los permisos de maternidad y paternidad sean iguales, ya que si les repercute en su carrera, les va a repercutir a los dos, no siempre a las mismas. Es la razón por la que hay que seguir luchando. -¿Qué le gustaría hacer que no ha hecho?

-Un montón de cosas. No he hecho ningún Lope de Vega, tampoco revista y ya estoy llegando a una edad en la que el cuerpo no es el mismo que a los 30. -Qué los políticos no hablen de cultura, ¿le sorprende? -Más que sorprender­me me da qué pensar. -En qué sentido

-No sé si lo que quieren es que volvamos a los compartime­ntos estancos, que quien nacía pobre, fuera pobre el resto de su vida. Me produce mucho dolor que teniendo jóvenes bien formados tengan que irse fuera. -¿Falta nivel cultural en la política?

-Que no les preocupe la cultura demuestra el poco nivel que tienen. Independie­ntemente de la ideología de cada uno, yo recuerdo a Tierno Galván, Fraga, Calvo Sotelo, Carrillo, Suárez o Felipe, todos hombres de Estado, con formación que no tienen los políticos de ahora, desgraciad­amente. -¿Nos iría mejor si al mando de la nave estuvieran mujeres?

-En este momento sí, porque las veo más cualificad­as, más capacitada­s y empáticas. No somos perfectas, pero en el debate de las mujeres me gustó ver que Inés Arrimadas le decía a Ana Pastor que la admiraba mucho. O que al entrar todas se saludaran, charlaran, hace falta que dialoguen desde la diferencia, porque es la única manera de solucionar los problemas que tenemos. -¿Con la pasión que pone en todo, no le tienta entrar en política?

-De momento no, quizá en un futuro, pero no creo, porque me gusta mi profesión. Política es todo lo que hacemos, la política me interesa, pero a nivel profesiona­l, no. -Cuando salió de Baracaldo, ¿buscaba la fama?

-No, me conformaba con sobrevivir trabajando en esto. -¿De quién heredó la pasión por la escena?

-Estudié Turismo, y cuando terminé el título se lo entregué a mi padre y me vine a Madrid. En mi caso nadie me estimuló para ser actriz, es algo innato, con cuatro años, en el parvulario me ponía a hacer el tonto en mitad de la clase. -¿Qué sintió la primera vez que se subió a un escenario?

-Es como si todo lo que has hecho estuviera encarrilad­o para ese momento. No me quería bajar, era una especie de veneno que me habían inoculado. Tenía 15 años y hacía de pirata en La isla del tesoro. -¿Pasó dificultad­es en Madrid?

-Como venía dispuesta a trabajar en lo que fuera, he cargado focos, y he hecho de todo. Como era muy lanzada y no tenía nada que perder, cuando me enteraba de un casting, iba, ya que lo peor que me podía pasar es que fuera con las manos vacías, como había llegado. -¿No sintió miedo?

-No, iba sin ningún pudor y sabiendo que como yo no había otra. Podía haberlas mejores o peores, pero como yo, ninguna. La autoestima es muy importante. -¿Qué le sorprendió de Almodóvar?

-La frescura, la osadía, que tenía muy claro lo que quería pero aceptaba lo que le proponías. Y de Pilar Miró, el rigor, todo lo llevaba atado y bien atado. Todos los directores con los que he trabajado tenían un gran amor a su profesión. -Con tanta actividad, ¿le quedan horas para divertirse?

-Yo leo mucho, paseo con mi perro, al cine voy menos de lo que debiera porque con tanta plataforma lo veo en casa y sé que está mal decirlo pero es la realidad. -Dedica mucho tiempo a su madre.

-Sí, menos del que quisiera, es la razón por la que tengo una persona que la quiere y la cuida mucho. Yo a mi madre ahora la veo más tierna, ella que ha sido muy fuerte como buena vasca, ahora me dice lo mucho que me quiere, y eso no me lo quiero perder por nada del mundo. -¿Le da miedo envejecer? -Me da miedo cómo vaya a llegar a la vejez, me da miedo el dolor, la dependenci­a. -¿Hay vida después de la muerte?

-Yo creo que no, envidio a quienes creen que sí, pero yo con ésta me siento realizada: quiero aprender, quiero vivir, y si hay otra, allí nos veremos, pero creo que la vida tal y como está planificad­a tiene sentido.

 ??  ?? Anabel y Rosa, durante su cita en el hotel Urso de Madrid.
Anabel y Rosa, durante su cita en el hotel Urso de Madrid.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? una buena relación “De MasterChef me ha quedado con los que he con Pepe, con Jordi y Samantha, creado un vínculo muy bonito”.
una buena relación “De MasterChef me ha quedado con los que he con Pepe, con Jordi y Samantha, creado un vínculo muy bonito”.
 ??  ?? Anabel confiesa que le interesa mucho la política, pero no a nivel profesiona­l.
Anabel confiesa que le interesa mucho la política, pero no a nivel profesiona­l.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain