Elsa Anka todo corazón con los niños de Guinea Bissau
Antes de quedarse en casa por la cuarentena, la presentadora y su hijo Miquel viajaron hasta el país africano de la mano de la fundación del Dr. Iván Mañero para conocer de cerca la situación de los niños más desfavorecidos.
ELSA ABRAZÓ POR PRIMERA VEZ A GENERIANA, LA NIÑA QUE TIENE APADRINADA
La solidaridad es una de las debilidades de Elsa Anka. Lo ha vuelto a demostrar durante su estancia en Guinea Bissau, país al que viajó hace unas semanas con la Fundación Dr. Iván Mañero, con la que lleva más de una década colaborando.
La presentadora, acompañada de su hijo Miquel Torrent (19 años), pudo conocer de primera mano los proyectos que esta ONG lleva a cabo en la zona. “Sabía que era uno de los países más pobres del mundo y, lamentablemente, lo he podido comprobar”, ha confesado. Tal ha sido su implicación, que Elsa y su hijo se alojaron en las instalaciones del orfanato Casa Emanuel, en la capital, Bissau, que acoge a 130 niños abandonados.
Aquí es donde Elsa pudo abrazar por primera vez a la niña que llevaba tantos años apadrinando. “Fue muy mágico el momento en el que conocimos a Generiana, la niña que tengo apadrinada desde que era muy pequeña y ahora, convertida en una joven de 14 años, nos ha mostrado las fotos y cartas que le habíamos enviado a lo largo de este tiempo y que ella ha guardado”, cuenta emocionada.
Además de conocer el “Hospital Pediátrico y Maternal Emanuel”, Elsa y Miquel también compartieron muchos momentos con los alumnos de la Escola Internacional Innova, creada en una zona rural. Los niños los recibieron con los brazos abiertos integrándolos en muchas de sus actividades.
Miquel, futbolista amateur, participó en los juegos de equipo y en la clase de educación física, mientras que Elsa ayudó a repartir el almuerzo y jugó con los alumnos en el recreo. Durante este mes de abril estaba previsto un nuevo viaje a Guinea que ha tenido que aplazarse. “El equipo médico no puede ir ahora, porque somos un peligro de contagio. Allí aún no hay casos y, si llegase el Covid-19, sería terrible”, explica con tristeza Elsa.
DM/ Fotos: Fundación Iván Mañero