¿Adiós al dinero en efectivo?
LA CRISIS DEL CORONAVIRUS PODRÍA HABER ACELERADO LA DESAPARICIÓN DE BILLETES Y MONEDAS. AHORA COBRAN PESO EL PAGO CON TARJETA, MÓVIL Y LAS COMPRAS ONLINE.
Con la llegada de la crisis, los ciudadanos hemos acaparado dinero en efectivo. Según el Banco Central Europeo (BCE), entre el 13 de marzo y el 10 de abril, acumulamos casi 47.000 millones de euros en billetes, la mayor cifra desde la caída de Lehman Brothers, en 2008. Aquí, la desaparición del turismo, la actividad comercial y la retención de dinero al contado por parte de bancos y particulares han hecho que las empresas de transporte de efectivo (recolectan en entidades financieras, comercios…) recojan 5.000 millones menos en billetes desde el 15 de marzo, comparado con el mismo periodo de 2019. Pero la tendencia se está revirtiendo. Para el Banco de España (BE), se está almacenando para después del confinamiento. El banco móvil N26 asegura que la retirada de “cash” cayó un 68 % durante el citado mes. Todo, pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) desmintiera que el coronavirus se propagara por el uso de dinero al contado y de que el BCE asegurara que el contagio por su manejo es muy bajo.
Distinto escenario
Una situación curiosa es que en la mayoría de las crisis, la demanda de efectivo aumentaba porque se buscaba una reserva estable de valor, pero ésta no es una crisis económica ni financiera sino sanitaria, de la que las entidades bancarias no son responsables. En cualquier caso, su desaparición definitiva tendrá que esperar. Casi la mitad de las empresas españolas cree que será antes de 2030. “Una de las dificultades es la brecha digital, además de las personas en riesgo de exclusión financiera, sin acceso a entidades bancarias –señala August Corrons, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC)–. Además, el efectivo da lugar a falta de rastreo de dinero, lo que facilita operaciones ilícitas”.
Nuevos modos de pago
Aunque el miedo a infectarse parece estar tras la caída del su uso, nuestras nuevas rutinas podrían significar su fin. Se utilizará mucho más la tarjeta y el móvil como medio de pago y también se cree que el porcentaje de compras online seguirá aumentando. Todo ello unido a que cada vez llevamos menos dinero encima para evitar robos. Por si fuera poco, antes de la aparición de la COVID-19, los más jóvenes habían dejado de usar monederos. En cualquier caso, el 90% de los ciudadanos sigue usando efectivo y lleva 50 euros de media en la cartera.