Adiós al guerrero que nunca perdió la sonrisa Hasta siempre
Aless ha formado parte de nuestras vidas desde el mismo instante en el que nació. “Diez Minutos” ha sido testigo de ello. Por eso, siempre estará en nuestros corazones.
Eran cita obligada los verano en la casa familiar de Mallorca, donde incluso posaba con su madre ante los medios de comunicación. ¿Quién no le recuerda disparando a los periodistas con su pistola de agua o comiéndose algún que otro micrófono? Y así pasaron los años en los que los que le vimos convertirse en un simpático jovencito y brillante estudiante. “Mi padre es como una conciencia. Es muy metodológico y siempre me ha dicho que tenía que prepararme para el futuro”, confesó el propio Aless en una de sus escasas intervenciones televisivas. Al igual que su madre, que es licenciada en Biología, tras terminar Primaria y Secundaria en el International College de Madrid, se marchó a Estados Unidos. Con tan sólo 17 años había logrado que le admitieran en la prestigiosa Universidad de Duke, en Carolina del Norte. Allí cursó una doble licenciatura, Ciencias Políticas y Filosofía. Ana no podía estar más contenta, aunque sintió un enorme vacío tras su marcha y decidió seguirle. Al principio valoró alquilar un apartamento cerca del campus de Durham, pero el niño le paró los pies. Fue ahí cuando se marchó a vivir a Miami para poder verse con frecuencia.
UN ESTUDIANTE BRILLANTE Y UN NIÑO FELIZ. SUS PADRES LE ADORABAN
“Ánimo a todos los luchadores”
En 2014, Aless se graduó y decidió continuar sus estudios en Madrid. Hizo un máster en Marketing Online y Social Media en Inesdi, uno de los centros más prestigiosos de la capital. Después montó su propia empresa, “Polar Marketing”. En ella ha estado trabajando hasta que su enfermedad se lo ha permitido. De hecho, su primera aparición pública, recién aterrizado de Nueva York, donde empezó su tratamiento, fue en una campaña de MK para “Polar”. “Estoy muy agradecido por el apoyo. Ánimo a todos los luchadores. Gracias de corazón”, dijo súper sonriente.