Jacobo Moreno Muñoz “Yo tenía 8 años, Riverita se acercó y me dijo: soy tu padre”
Vive en castellón, tiene 33 años y dice ser hijo no reconocido de José Rivera, hermano de Paquirri. Nos cuenta cómo y cúando estuvo con él antes de fallecer.
“Cuando mi mujer estaba embarazada, mi padre nos invitó a comer y le regaló una cadena con una virgen”
Jacobo Moreno Muñoz es un chico de 33 años residente en Castellón, aunque su infancia y todos sus veranos los recuerda en la localidad gaditana de Barbate. Su vinculación con este pueblo viene por la familia Rivera, concretamente por el mayor de los hermanos de Paquirri, Riverita, de quien dice ser hijo no reconocido.
Unos días antes del fallecimiento de José Rivera, Jacobo se desplazó desde Castellón para pasar unos días con él en Barbate, debido al delicado estado de salud en el que se encontraba. Jacobo nos cuenta cómo fue y cómo vivió el encuentro con su supuesta familia paterna.
-¿Cómo y cuándo conociste a Riverita?
-Un día de verano, cuando yo tenía 14 años, estaba en casa de mi abuela porque veraneaba todos los años en Barbate, llamaron a la puerta dos amigos suyos, preguntaron por mí y me dijeron que si quería ir con ellos para conocer a mi padre. Me decidí y fui.
- ¿ Y c ó mo fue aquel encuentro?
-Recuerdo que me llevaron a una chatarrería que tenía junto al río de Barbate. Allí estaba él esperándome, recuerdo que estaba recién operado del corazón.
-Y cuando te vio… ¿Qué te dijo? ¿Se impresionó por el parecido físico?
-Cuando me vio, se quitó de en medio… Salió una amiga suya, y me dijo: “Perdónale, porque se ha puesto un poco nervioso al verte”.
-¿Recuerdas algún otro encuentro de pequeño con Riverita?
- Sí , cuando era mucho más pequeño, yo tenía ocho o nueve años, estaba en el puerto pesquero de Barbate, me estaba bañando con mis primos cuando se acercó un hombre al que yo no había visto nunca, me tocó la cabeza y me dijo: “¿Sabes quién soy?” Yo le respondí: “No… ¿quién eres?” Y me dijo: “Yo soy tu padre”.
-¿Y cómo reaccionaste?
- Al oír aquello, me asusté tanto que llamé a mi abuelo, que era el guardián de la almadraba, salí corriendo y le dije: “Abuelo, ¡Mira, mira! Ese hombre dice que es mi padre” y cuando Riverita vio acercarse a mi abuelo, se volvió a quitar de en medio…
-¿Tu madre te contó que José Rivera era tu padre?
-Claro. Lo sé desde que tengo uso de razón, no sólo por mi madre, sino por mis primos, mis tíos, los hermanos de mis abuelos… por todos.
-¿Cómo se enamoraron tu madre y Riverita?
-Mi madre me contó que se conocían del grupo de amigos y empezaron a salir juntos. La verdad es que mi madre era un bombón, una mujer muy bella y llamaba mucho la atención. Entonces tenía 19 o 20 años y mi padre lucía un porte torero guapo y elegante, no fue difícil que tuvieran un romance.
-La familia Rivera, ¿sabía de tu existencia?
-Pues no lo sé si lo sabía, supongo que sí… que alguno sí lo sabría, porque en Barbate mi madre nunca ocultó que yo era hijo de Riverita. Las primas de mi padre seguro que sabían que yo existía.
-Aseguras que durante los últimos años tuviste varios encuentros con él. ¿Por qué crees que nunca te reconoció como hijo?
- Sí, si empre me recibió con los brazos abiertos y me atendió muy bien e incluso con sus amigos me presentaba como su hijo. Yo le dije que me gustaría hacerme la prueba de paternidad y que si salía positiva o negativa las pagaba uno u otro… pero él siempre se negó a hacérselas.
-¿Qué detalles recuerdas que tuvo contigo?
-Tuvo un detalle muy bonito con la madre de mi hijo estando embarazada. Cuando le conté que esperábamos un bebé, nos invitó a comer a una venta en el pueblo de Vejer, íbamos en el coche cuando sacó una cajita y se la dio a la madre de mi hijo. Dentro había una cadena con una virgen.
-Entonces, ¿Riverita conoce a su supuesto nieto?
-Sí, le llevé a mi hijo para que lo conociera y le prometió que le regalaría un capote de mil colores.
-¿Cómo te enteraste que
Riverita estaba tan enfermo?
-Hace unos tres meses, mis tíos de Barbate me dijeron que escucharon que Riverita se encontraba bastante mal y gracias a una gran amiga de mi padre, me pude ir informando de su estado de salud. Al final fui a verle.
-¿Fue entonces cuando conociste a su familia?
- Sí. En el momento que pude desplazarme, no dudé en visitarlo, me hice 1.000 kilómetros, de Castellón a Barbate, y pude estar con mi padre. Una de las noches decidí quedarme para atenderle y pudimos hablar muchas cosas… Su sobrina Arancha y l as primas de mi padre me acogieron muy bien y se alegraron de conocerme personalmente.
-¿Se sorprendieron de tu parecido con el hermano mayor de Paquirri?
-Se sorprendieron mucho, les llamó la atención mis ojos y las cejas, dicen que les recordaba mucho a mi padre cuando era joven.
-¿Qué sucedió cuando subiste a la habitación donde se encontraba Riverita?
-Ese momento fue un poco impactante, subí con mi prima Arancha, fue quien me abrió la puerta. El hombre se encontraba medio dormido, casi sedado por la morfina y aun así reaccionó al verme. Abrió los ojos y me sonrió. Se sorprendió de verme y se alegró muchísimo. Me dijo un poco más tarde que mi presencia allí le había dado vida.
“LA PRIMERA VEZ TERESA RIVERA ME RECIBIÓ MUY FRÍA, Y LA SEGUNDA ME DIO UN ABRAZO DELANTE DE MI PADRE. PERO CREO QUE NO FUE SINCERO...”
“Le llevé a mi hijo para que lo conociera y le prometió que le regalaría un capote de mil colores”
-¿De qué hablasteis?
-Hablamos de muchas cosas bonitas, me dijo que se arrepentía de no haber pasado más tiempo conmigo, que le hubiese gustado haber tenido una relación de padre e hijo. Me quedé cuidándole varios días, por mí me hubiese quedado hasta el final…
-Dices que conociste a Teresa Rivera, ¿cómo fue ese encuentro con la hermana de Riverita?
-El primer día fue muy frío, yo estaba en el patio, tras haber pasado varias horas en la habitación con él y justamente llegó Teresa. Una persona que nos presentó, pero ella me hizo un recibimiento muy frío. Me dieron ganas de volverme a Castellón.
-¿Con qué ilusión llegaste a Barbate?
-Llegué con muchísima ilusión de conocer a todos los familiares más allegados de mi padre.
-¿Tuvo la misma reacción Teresa Rivera, el primer día que te vio, que el segundo?
-Ja ja ja, ¡ni comparación! Si me hubiese recibido el primer día como el segundo, me hubiese enamorado de ella, pero no fue así. El segundo día me sorprendió mucho. El primer día me dio la espalda y el segundo día me comía a besos y unos abrazos… que no me lo creía.
-¿A qué crees que se debió ese cambio?
-Pues, a algún interés de ella supongo…
“Fui a verle cuando estaba enfermo y me dijo que se arrepentía de no haber estado más conmigo”
-¿Cómo reaccionó Riverita cuando presenció el abrazo de su hermana contigo?
-Estábamos mi padre, José Antonio Canales y ella en la habitación cuando de pronto Teresa me dio el tercer abrazo diciéndome: “Jacobo, dame un abrazo, hijo, que yo no tengo nada contigo”. Riverita se sorprendió tanto que a pesar de los dolores, se levantó un poco de la cama para observar el gesto de su hermana conmigo y le preguntó aosombrado a su sobrino: “José Antonio, ¿es verdad lo que yo he visto?, ¿mi hermana dándole un abrazo a mi hijo? A lo que Canales le respondió; ¿Y por qué no, tío José?”.
-¿ Sentiste sincero ese abrazo?
-No sé con qué sinceridad me lo daría, pero yo creo que de sincero poco… Un día no me quiere y el siguiente día, sí. No lo entiendo.
-¿ Crees que te vieron como una amenaza a efectos hereditarios?
-Pues seguro… Quizás esté relacionado con la herencia.
-¿Estarías dispuesto a solicitar las pruebas genéticas?
-Dispuesto y lo deseo. Aunque yo no tengo ninguna duda y cuanto más lo he conocido más he sabido que era mi padre.
-¿Cómo crees que le sentaría a los Rivera que se ampliara contigo la familia?
-A algunos no creo que le sentara muy bien…
-¿Te preguntó José Antonio acerca de tu vida o tus intenciones?
-Sí, me preguntó de todo; a qué me dedicaba, de qué
“ESTOY DISPUESTO A HACERME LA PRUEBA DE PATERNIDAD Y LO DESEO. AUNQUE NO TENGO NINGUNA DUDA DE QUE SOY SU HIJO”
vivía, dónde, cómo, por qué, si tenía hijos… parecía un juez preguntándome.
-¿Qué te llamó la atención de la conversación con José Antonio Canales?
-Lo vi muy pensativo, me dijo que tenía muchos problemas y frentes abiertos. Me insinuó que tenía intención de irse a vivir a Barbate, pero no lo creo… aunque a Riverita le habría gustado que su sobrino hubiera estado más
tiempo con él, pero como trabaja en la tele... A mi padre lo vi con mucha falta del cariño de su familia, en estos momentos lo necesitaba mucho.
-¿Insinúas que no le dedicaron tiempo suficiente?
-Cuando yo estuve con él, me pareció que su sobrino y su hermana no le dedicaron el tiempo que se merecía, y eso que decían que se habían mudado allí para estar con su hermano, pero yo estuve allí y apenas los vi. No bastaba con apenas una hora al día, él necesitaba que le cogieran su mano y sentirse querido… Fueron momentos muy difíciles para él.
-¿Le comentaste a José Antonio Canales cómo reaccionó su madre Teresa contigo el día que te conoció?
-Sí…Yo le expliqué a él que estaba allí porque tenía la necesidad de ver a mi padre, que no venía buscando conflictos con nadie, que tenía
derecho a verlo y a despedirme de él…
-¿Con quién de tus primos crees que te llevarías mejor y por qué?
-El que me da más buena impresión es Cayetano, sé que se ha estado preocupando mucho por mi padre y creo que tiene muy buen corazón.
- ¿ Te gustaría conocer a Antonio Rivera?
-Sí, me encantaría, me han hablado muy bien de él y espero conocerlo pronto.
-¿Qué te gustaría haberle dicho a Riverita si hubieses tenido más tiempo para estar con él?
-Que me hubiese gustado compartir muchísimas cosas con él, su sabiduría, sus historias, su mundo, su forma de vida… Riverita fue una persona maravillosa, única, inolvidable y eterna. Me siento muy orgulloso de él.
“José Antonio Canales me preguntó a qué me dedicaba, de qué vivía, dónde y cómo, si tenía hijos... Parecía un juez”