Kiko Matamoros, de La Finca al palacete
Tres salones, cinco habitaciones, 360 m2… Un lujazo de 3.700 euros al mes y al lado del Palacio Real. Así es la casa donde el colaborador y su novia, Marta, vivirán como reyes.
LUJO TRAS LUJO: UN CHALET EN LA FINCA, UN HOTEL DE LUJO, UNA CASA SEÑORIAL Y UN PALACETE.
Un palacete del siglo XVIII en el centro de Madrid, cerca del Palacio Real. 360 metros cuadrados distribuidos en 5 habitaciones, cuatro cuartos de baño, tres salones, cocina… Estancias con techos altos, grandes ventanales y suelos de madera noble. Todo, por un alquiler de 3.700 euros al mes. Éste es el nuevo nidito de amor de Kiko Matamoros y Marta López. El tercero que estrenan en sus dos años de relación.
Vida de lujo
Su primer destino fue un hotel de lujo. Tras separarse de Makoke, en agosto de 2018, Kiko abandonó el lujoso chalet madrileño de La Finca, donde ambos vivían. El chalet en cuestión les costó 1,1 millón de euros, tiene 600 metros cuadrados divididos en varios pisos, piscina privada, etc. Una inversión que les suponía un gasto aproximado de 15.000 euros mesuales. La casa se puso a la venta hace dos años por 2 millones de euros, pero aún no se ha vendido y allí sigue residiendo Makoke.
Tras separase de ella, Kiko se instaló en el Hotel Eurostars Tower de Madrid. Un lujoso hotel de cinco estrellas que ofrece una de las vistas más impresionantes de la capital, y por cuya suite pagaba 8.000 euros al mes, tal y como él mismo declaró. Allí compartió el inicio de su relación de amor con Marta y allí disfrutaron de servicio de habitaciones 24 horas, lavandería, tintorería, gimnasio y spa con amplias vistas a Madrid.
En octubre de 2019 la pareja decide abandonar el hotel e instalarse en un céntrico piso en Madrid.
“Mi vida en el hotel era un caos”, anunciaba Marta en su IG mientras mostraba su ansiada casa. Una vivienda de 190 m2 situada en el barrio de Salamanca, muy cerca del Retiro madrileño. Otro lujazo que si bien su alquiler costaba menos que el hotel, no bajaba de 5.000 euros al mes.
Tres mudanzas
Sin embargo, tampoco era del total agrado de la pareja, ya que poco tiempo después se marchaban de allí para aterrizar de nuevo en otro hotel de lujo, el Barceló Emperatriz, por el que dicen que pagaban 10.000 euros al mes. Desde allí buscaron su siguiente destino: una magnífica vivienda ubicada en un antiguo palacete del siglo XVIII muy cerca del Palacio Real. ¿Será su casa definitiva?