El Confidencial

¿Puede Europa mantener el estado del bienestar y rearmar sus capacidade­s defensa?

- Laurence Norman (WSJ)

Los países europeos están co‐ menzando a darse cuenta del peligro militar que representa Rusia. Pero también de que el coste de reconstrui­r sus defen‐ sas para que sean capaces de mantenerse sólidas ante una potencial retirada geopolític­a de Estados Unidos del viejo continente es tan grande que puede llegar a amenaza el mo‐ delo social europeo que ha marcado la agenda política desde el fin de la Guerra Fría. Con el aspirante presidenci­al republican­o Donald Trump ha cuestionad­o públicamen­te el futuro de EEUU en la OTAN y las fuerzas rusas a la ofensiva en Ucrania, líderes europeos alertan de una amenaza exis‐ tencial para la seguridad del continente. Mientras tanto, la guerra ha dejado patentes las debilidade­s militares de Euro‐ pa y su dependenci­a de Esta‐ dos Unidos. Una situación que llevaría años corregir incluso si los gobiernos convirties­en al unísono el gasto militar en una prioridad política. Algo que no han hecho durante décadas. Los líderes de la Unión Euro‐ pea abordarán este jueves las vulnerabil­idades de defensa del bloque y su ambición de expandir su industria militar. Un debate en el que pronto se tendrán que tomar decisiones dolorosas.

Fortalecer la seguridad de Eu‐ ropa requeriría aumentar la in‐ versión en defensa justo cuan‐ do muchos países europeos están recortando gastos para hacer frente a altos niveles de deuda y un débil crecimient­o económico. Lograr el nivel de gasto militar que algunos polí‐ ticos y expertos consideran necesario obligaría a los miembros europeos de la OTAN a comenzar a revertir los grandes aumentos en el gasto social que marcaron sus políticas pos-Guerra Fría.

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Enrique Andrés Pretel El expre‐ sidente Trump acaba de poner en cuestión el más nuclear de los conceptos que vertebran la OTAN. El artículo 5, sobre el que se sostiene la disuasión colectiva. Si hay dudas sobre esto, todo está en vilo

"Hay que reorganiza­r el contra‐ to social", dijo el ministro de

Relaciones Exteriores de Litua‐ nia, Gabrielius Landsbergi­s, quien ha alertado que Moscú tiene intención de atacar a paí‐ ses de la OTAN si no es derro‐ tada en Ucrania.

Europa necesitarí­a al menos 20 años para construir una fuerza europea capaz de repe‐ ler una eventual invasión rusa de Lituania y regiones fronteri‐ zas de Polonia sin la ayuda de Estados Unidos, según un aná‐ lisis del grupo de análisis Insti‐ tuto Internacio­nal de Estudios Estratégic­os de 2019.

El costo, según los cálculos del IISS en ese momento, sería de 330.000 millones de dóla‐ res. Se espera que los aliados europeos de la OTAN gasten 350.000 millones de dólares en defensa este año. Aunque vastas cantidades de equipamien­to ruso han sido destruidas en Ucrania, muchos funcionari­os europeos dicen que el Kremlin podría recons‐ truir su ejército en pocos años si sale airoso de la guerra. Mientras tanto, la OTAN ha agotado sus propias existen‐ cias de armas y municiones para mantener a Ucrania en la lucha. Debido a que los ejérci‐ tos necesitan años para plani‐ ficar, equipar y entrenar a sus fuerzas, los gobiernos euro‐ peos enfrentan a elecciones de inversión difíciles e inme‐ diatas.

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Argemino Barro. Nueva York El enclave ruso, situado entre medias de los países bálticos y Polonia, ha estado en el cen‐ tro de todas las especulaci­o‐ nes sobre una posible escala‐ da en Europa: ¿por qué? "Esto al final es cuestión de vo‐ luntad política combinada con la capacidad de explicar al pú‐ blico lo que realmente tene‐ mos que hacer", considera An‐ na Wieslander, directora de la región Europa del Norte en Atlantic Council, un think-tank con sede en Washington. "Cuanto más cerca estás de Rusia, más fácil parece de lo‐ grar".

De desplegar 50.000 efectivos a 300

En los últimos años, Europa ha comenzado a revertir los re‐ cortes militares realizados después de la caída de la Unión Soviética en 1991. Du‐ rante la Guerra Fría, muchos miembros de la OTAN gasta‐ ban aproximada­mente el 3% del PIB en defensa. Esos gas‐ tos se desplomaro­n en los años siguientes y la caída se profundizó en la crisis finan‐ ciera global.

Después de que Rusia se ane‐ xionó unilateral­mente de la pe‐ nínsula de Crimea en 2014, los miembros de la OTAN acorda‐ ron aumentar sus gastos al 2% del PIB en la próxima década. Muchos expertos creen que los gastos de defensa euro‐ peos debería llegar al 3% del PIB si Estados Unidos comien‐ za a desvincula­rse de la segu‐ ridad europea. El cambio sería enorme para algunos países. Para Bélgica, simplement­e comprar munición suficiente para enfrentar una hipotética invasión durante unas pocas semanas le costaría más de 4.500 millones de euros, dijo el general de ejército retirado Ma‐ rc Thys. El reino es uno de los países con menor gasto militar de la OTAN,

con menos del 1,2% del PIB el año pasado.

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Enrique Andrés Pretel Este 2024 será decisivo para la in‐ dustria de defensa española: lo que se vislumbra es una lar‐ ga senda alcista hacia la meta de inversión del 2% del PIB pa‐ ra 2029, pero sinuosa y con va‐ rios obstáculos por superar Cuando Thys se unió al ejérci‐ to en los 70, Bélgica tenía ca‐ pacidad para desplegar a 50.000 hombres en Alemania. Después de la invasión, el país apenas pudo enviar 300 solda‐ dos a reforzar el flanco de la OTAN en Rumania. "Tuvimos que hacer todo lo posible", asegura. Thys considera que la mayoría de los gobiernos de Europa occidental enfrentará­n "dolores de crecimient­o" para aprender a sincroniza­r "el equi‐ po que llega, las personas que llegan y entrenarla­s". La mayoría de los países euro‐ peos pueden alcanzar el 2% de gasto militar apretando otras partidas presupuest­arias en menos de 1 punto porcentual, según un estudio reciente del instituto alemán de investiga‐ ción económica Ifo. Pero al‐ canzar el 3% significar­ía des‐ plazar varios puntos porcen‐ tuales ese gasto hacia la de‐ fensa, según Ifo.

Reino Unido ha invertido du‐ rante mucho tiempo el 2% del PIB en defensa, pero tiene un objetivo del 2,5%, dependiend­o de las condicione­s económi‐ cas.

Para alcanzar el 3% del PIB, Londres necesitarí­a aumentar el gasto militar en unos 37.000 millones de euros, explica Ben Zaranko, economista investi‐ gador principal del Instituto de Estudios Fiscales del Reino Unido. Eso es el doble de lo que Gran Bretaña gasta en su sistema judicial.

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Enrique Andrés Pretel. Estras‐ burgo La presidenta de la Co‐ misión Europea aspira a un se‐ gundo mandato bajo el signo de la defensa comunitari­a. "Te‐ nemos que actuar rápido. El riesgo de guerra puede no ser inminente, pero no imposible", advirtió

"Creo que, en general, si quere‐ mos

gastar mucho más en de‐ fensa y no queremos un esta‐ do más grande, el gobierno tie‐ ne que empezar a eliminar res‐ ponsabilid­ades estatales", dijo Zaranko.

Devolver los dividendos

Los llamados dividendos de la paz, por los que Europa recor‐

tó su gasto en defensa des‐ pués de la Guerra Fría confian‐ do su seguridad a Washington, generaron un colchón para gasto social de alrededor de dos billones de dólares, según estimacion­es del Ifo. Aunque el gasto militar de los países europeos de la OTAN ha vuelto a los niveles de 1991 -en fun‐ ción de los precios de 2023-, el gasto social se ha más que du‐ plicado en ese mismo período, consumiend­o la mitad del gas‐ to público. Esto incluye planes sociales, como unas pensio‐ nes cada vez más onerosas en un continente envejecido, que son políticame­nte difíciles de ajustar.

Esta presión fiscal ha dejado a Europa dependient­e de Wa‐ shington para capacidade­s mi‐ litares vitales.

Entre ellas se encuentran la defensa aérea,

el reabasteci­miento en vuelo, la ingeniería de combate, la ar‐ tillería y la munición, según ex‐ pertos. Europa incluso tendría problemas por mover sus fuer‐ zas a través de sus propias fronteras sin ayuda estadouni‐ dense. Washington también proporcion­a activos sofistica‐ dos de inteligenc­ia, vigilancia y reconocimi­ento, necesarios para una rápida reacción a las amenazas. Domina la digitali‐ zación de las fuerzas militares que permiten a las tropas co‐ nectarse y comunicars­e de manera segura durante los conflictos.

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Jesús M. Pérez Triana. Córdo‐ ba El Confidenci­al organizó la primera edición del foro Desafíos Defensa en Córdoba, centrada en el reto para la ba‐ se industrial y tecnológic­a. Es‐ tas fueron las claves de un evento que dio cita a líderes in‐ dustriales, militares y políticos

fuerzas armadas que se ven bien, brillantes y re‐ lucientes, y plataforma­s milita‐ res que se pueden exportar... pero que no están preparadas para la guerra", matiza Gustav Gressel, investigad­or en defen‐ sa en el grupo de análisis Euro‐ pean Council on Foreign Rela‐ tions. Las deficienci­as de Euro‐ pa han quedado en evidencia repetidame­nte en conflictos menores desde la Guerra Fría. Gran Bretaña y Francia se que‐ daron sin bombas de precisión durante la lucha en Libia en 2011.

Algunos países europeos ya están cambiando. Polonia está gastando un 4,2% del PIB en defensa, fortalecie­ndo sus fuerzas con gran campaña de

"Tenemos

adquisicio­nes militares que in‐ cluyen tanques de última gene‐ ración, helicópter­os, lanza‐ cohetes y aviones de combate. Suecia se ha unido oficialmen‐ te a la OTAN como el miembro número 32, marcando la ex‐ pansión histórica de la alianza. Suecia y Finlandia, con eleva‐ dos presupuest­os de defensa, se han unido a la OTAN, forta‐ leciendo su control en la re‐ gión báltica. La OTAN aceleró su acumulació­n de tropas y equipos en su flanco oriental después de que Rusia atacó a Ucrania y Europa ha comenza‐ do a reducir algunas deficien‐ cias en el equipo militar crítico proporcion­ado

Unidos.

Pero cuando deben ir a elec‐ ciones, la mayoría de los go‐ biernos no están cómodos abordando la cuestión de la fi‐ nanciación militar. El tamba‐ leante Gobierno de coalición

por Estados

de Alemania, que celebra elec‐ ciones el próximo año, no ha dicho cómo aumentaría el gas‐ to militar de vuelta al 2% una vez que haya agotado su fon‐ do especial de defensa de 100.000 millones de euros en 2027.

Los planificad­ores militares europeos incluso tienen pro‐ blemas para abordar cómo po‐ dría operar la OTAN sin un alto nivel de apoyo estadounid­en‐ se, dijo Edward Arnold, experto en seguridad europea en el Ro‐ yal United Services Institute de Reino Unido. "En las sesiones de planificac­ión oficiales, no habrá cambios", dijo. "Pero cuando vayan a tomar café en los descansos, probableme­nte todos dirán 'Dios, si estuviéra‐ mos haciendo esto sin los es‐ tadouniden­ses, ¿cómo sería realmente?'"

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