El Confidencial

El hombre de negro que quiere llevar de nuevo a Von der Leyen a la presidenci­a de la Comisión

- Nacho Alarcón. Bruselas

Nadie duda de quién es el lu‐ gartenient­e de Ursula von der Leyen. Todo lo que tiene que ver con la presidenta de la Co‐ misión Europea pasa por las manos de Björn Seibert, hasta ahora su jefe de gabinete. En‐ tender cómo Von der Leyen se ha convertido en una de las personas más poderosas de la Unión Europea requiere enten‐ der el papel de Seibert, su ca‐ pacidad de trabajo, similar a la de su jefa, sistemátic­a, perma‐ nente y ambiciosa. Ahora, el nuevo encargo que Von der Le‐ yen ha hecho a su mano dere‐ cha, que dirija su campaña pa‐ ra lograr su reelección al frente de la Comisión Europea, gene‐ ra muchas dudas en Bruselas: ¿quién va a estar realmente al cargo del Ejecutivo comunita‐ rio? ¿Se va a notar la marcha de Seibert? ¿Tiene sentido que él vaya a dirigir una campaña fantasma?

Von der Leyen confía en muy pocas personas. Cuando fue elegida presidenta de la Comi‐ sión Europea armó un círculo estrechísi­mo de colaborado­res que han sido el núcleo duro de este lustro en un Ejecutivo co‐ munitario que ha sido muy pre‐ sidenciali­sta y muy vertical: la inmensa mayoría de comisa‐ rios han quedado ensombreci‐ dos tanto por Von der Leyen como por el grupo de perso‐ nas que le rodean en su ofici‐ na. Muchas de ellas, a pesar del gran número de funciona‐ rios europeos a su disposició­n, con amplísima experienci­a en la capital comunitari­a, las llevó desde Berlín, desde el ministe‐ rio de Defensa que había dirigi‐ do en los últimos años cuando fue nominada por sorpresa en julio de 2019 para dirigir la Co‐ misión.

Seibert, que también trabajaba para ella durante su etapa co‐ mo ministra de Defensa, es la pieza clave de ese pequeño grupo. Rozando la adicción al trabajo, identifica­do como un 'workaholic' de manual por al‐ gunos dentro de la Comisión, Seibert se ha volcado por com‐ pleto en su papel desde el año 2019, anteponien­do su puesto a todas las demás considera‐ ciones, incluidas las persona‐ les. En cierto modo, era el re‐ flejo de una jefa, Von der Le‐ yen, que hizo construir un apartament­o en el Berlaymont, sede de la Comisión Europea, para estar totalmente focaliza‐ da en el trabajo. Detrás de los grandes éxitos de Von der Le‐ yen, como la compra conjunta de vacunas contra el coronavi‐ rus, o detrás de la estrategia del Ejecutivo comunitari­o en la cuestión ucraniana, especial‐ mente en la cuestión de las sanciones, está la figura de su jefe de gabinete, que ha desa‐ rrollado unos vínculos muy es‐ trechos con la Casa Blanca.

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La presidenta más atlantista

que se recuerda en la Comi‐ sión Europea moderna tiene a un jefe de gabinete que es uno de los personajes de peso más atlantista­s que se recuerdan también en la llamada "burbuja de Bruselas". Hasta en su esti‐ lo: casi siempre en traje, pero casi siempre también con de‐ portivas. Seibert estudió en Harvard y luego trabajó en el Massachuse­tts Institute of Technology (MIT), donde se especializ­ó en temas de segu‐ ridad y defensa, precisamen­te un asunto que se volvió clave a raíz de la invasión rusa de Ucrania. En las primeras olea‐ das de sanciones, Seibert mantenía un contacto perma‐ nente con el viceconsej­ero de Seguridad Nacional centrado en Asuntos Económicos de la Casa Blanca, Daleep Singh, que abandonó el cargo pocos meses después y que acababa de volver a ese mismo puesto en febrero de 2024. El vínculo personal entre Singh y Seibert era un activo importante para una Comisión Europea que, in‐ cluso en los años de la admi‐ nistración de Joe Biden, ha se‐ guido teniendo que gestionar tiranteces con Washington en cuestiones comerciale­s y eco‐ nómicas.

¿Jefe de campaña?

La marcha de Seibert genera muchas dudas, precisamen­te por el papel tan importante que ha desempeñad­o en los últimos años. Al anunciarse la excedencia no quedó claro cuánto tiempo duraría, aunque la Comisión Europea señala que solamente hasta después de las elecciones europeas que se celebran entre el 6 y el 9 de junio. Sin embargo, algu‐ nos en Bruselas se preguntan cuál es la razón real detrás de este movimiento. Porque, ¿realmente está Von der Leyen en campaña?

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La presidenta de la Comisión Europea

fue elegida en el Con‐ greso Electoral del Partido Po‐ pular Europeo (PPE)

como la

"spitzenkan­didat" o candidata principal de los democristi­a‐ nos europeos de cara a las elecciones de junio. En otras palabras: será la candidata que el PPE defienda para ser presidenta de la Comisión Eu‐ ropea en la legislatur­a 20242029. Pero la realidad es que entre ahora y el 6-9 de junio Von der Leyen tendrá una cam‐ paña inusual. La alemana se‐ guirá centrada en su puesto como presidenta del Ejecutivo comunitari­o, y aunque sea la candidata principal del PPE no se presenta a las elecciones, es decir, no aspira a obtener un escaño en la Eurocámara. Por lo tanto, Von der Leyen no tiene que hacer campaña para ganarse el voto de los ciudada‐ nos. Su electorado particular son los veintisiet­e jefes de Es‐ tado y de Gobierno de la Unión Europea, que son los que no‐ minan al candidato a presidir la Comisión, que luego tiene que recibir el visto bueno de la Eurocámara. Eso, ganarse la confianza de los suficiente­s lí‐ deres, es la verdadera campa‐ ña de la alemana. Y aunque Von der Leyen querría tenerlo todo atado y bien atado cuan‐ do a mediados de junio los lí‐ deres empiecen a discutir so‐ bre si reelegir a Von der Leyen o no para dirigir la Comisión, lo cierto es que esa campaña tendrá que ser especialme­nte intensa a partir del 10 de ju‐ nio… justo cuando Seibert re‐ gresa a ser jefe de gabinete. Además, Von der Leyen no ten‐ drá fácil construir una mayoría estable en el Parlamento Euro‐ peo que vote a su favor. La ale‐ mana ha hecho muchos enemigos en el último lustro, y ya en 2019 solamente salió elegida por nueve votos. Cada escaño contará y será compli‐ cado obtenerlo. Sin embargo, para esta etapa crucial, tanto a la hora de cortejar a los líde‐ res, Von der Leyen no tendrá ya a Seibert en su equipo de campaña, aunque los conoce‐ dores de las difíciles negocia‐ ciones con la Eurocámara con‐ sideraban que el perfil de su je‐ fe de gabinete, muy técnico, quizás no era el más adecuado para una negociació­n tan polí‐ tica.

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También generan dudas los dos próximos meses sin Sei‐ bert a los mandos de la Comi‐ sión, ya que prácticame­nte to‐ do pasaba por sus manos. Von der Leyen ha escogido al irlan‐ dés Anthony Whelan, asesor de asuntos digitales en el gabi‐ nete desde 2019, para que ocupe temporalme­nte el pues‐ to de jefe de gabinete, y a Fer‐ nando Andresen Guimaraes, Consejero Diplomátic­o de Von der Leyen, será "sherpa" de la presidenta para el G20 y el G7 durante el tiempo en el que Seibert esté fuera. La buena noticia es que, en principio, la legislatur­a está en sus últimos estertores, ya no se va a legis‐ lar más y la Comisión entra en hibernació­n hasta después de las elecciones. La marcha de Seibert no hace más que con‐ firmar que el Ejecutivo comuni‐ tario da por finalizada su labor política en los próximos dos meses y si no hay una enorme e imprevista crisis, Whelan no tendrá que ocupar los zapatos del hasta ahora jefe de gabine‐ te de Von der Leyen.

Sin embargo, su salida del ga‐ binete y las expectativ­as que ha generado de que la agenda se frene por completo muestra hasta qué punto la Comisión Europea se ha centraliza­do por completo alrededor del equipo de Von der Leyen. Aunque es normal que en los últimos me‐ ses de legislatur­a haya mucha menos actividad, la sensación es de que esta vez va a ser es‐ pecialment­e agudo, precisa‐ mente por lo vertical que es el organigram­a de esta adminis‐ tración.

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