Psicosis de guerra: entre Gila y Tucídides
La lección de Irán al "enemigo sionista" no fue concertada, pero lo parece. Sin víctimas, sin efecto sorpresa. Solo en un monólogo de Gila aparece un precedente semejante: una de las dos partes en guerra pre‐ gunta a la otra por la hora y el lugar del ataque. En este caso la parte agresora informó la parte agredida. En el conflicto de Israel con Irán (o al revés, dicho así por no quedar en tie‐ rra de nadie a la espera de "acontecimientos", como Pe‐ dro Sánchez), la parte iraní ad‐ virtió con horas de antelación sobre la lluvia de drones y mi‐ siles que ya volaban hacia zo‐ nas poco pobladas del territo‐ rio israelí.
Los daños han sido mínimos. Prácticamente todos los arte‐ factos fueron destruidos en vuelo por las defensas israe‐ líes (su famosa "cúpula de hie‐ rro") y los cazas ingleses y nor‐ teamericanos desplazados con suficiente antelación. Las únicas consecuencias visibles en el país atacado han sido el cierre de colegios y prohibir concentraciones de más de mil personas.
El momento no se presta a evocar el humor surrealista de Gila. Nos remite más bien a la llamada "Trampa de Tucídi‐ des", un síndrome anunciador de que la tensión entre una po‐ tencia emergente y otra domi‐ nante, con el mismo miedo compartido por una y otra a ser atacada, casi siempre aca‐ ba en guerra abierta. Véase el libro Destinados a la guerra (2017) del politólogo Graham Allison, muy citado ente los ex‐ pertos en geoestrategia y me‐ dios diplomáticos de todo el mundo.
En paralelo a los hechos del fin de semana, la representación iraní en la ONU se acogía a los beneficios de la legalidad inter‐ nacional (artículo 51 de la Car‐ ta de las Naciones Unidas) pa‐ ra justificar su ataque a Israel con su derecho a la legítima defensa. El detalle no es me‐ nor porque pone en evidencia la provocadora violación del fuero diplomático iraní en Siria por parte de Israel, que el pa‐ sado 1 de abril mató a siete militares iraníes en la sección consular de su embajada en Damasco.
Las únicas consecuencias visi‐ bles en Israel han sido el cierre de colegios y prohibir concen‐ traciones de más de 1000 per‐ sonas
Pero nadie puede tirar la pri‐ mera piedra si llegamos a pa‐ sar de los fuegos artificiales (destrucción televisada de dro‐ nes y misiles sobre los cielos de Israel) a una guerra conta‐ giosa, más sangrienta y des‐ tructora que la de Gaza, o la de Ucrania.
Lo que oculta Irán al justificar sus ataques a Israel en la no‐ che del sábado al domingo es que su contenida venganza (incruenta, de momento, y que dure) pretende justificarse por hacer lo mismo que hizo en 1979 la revolución islamista, hoy reinante en el país de los ayatolas. Se llama violación del derecho internacional. Fue la histórica "crisis de los rehe‐ nes", tras el asalto de las ma‐ sas a la embajada de EE. UU. en Teherán.
Del mismo modo que Israel ca‐ lla que su ataque a la embaja‐ da iraní en Damasco no era la primera ni la única provoca‐ ción de Netanyahu desde la salvajada de Hamás sobre in‐ defensos ciudadanos israelíes el 7 de octubre. Lo recorda‐ mos ayer en una excelente pie‐ za informativa de A. Alamillos. El ejército israelí atacó y mató fuera de sus fronteras a dieci‐ siete mandos de la Guardia Re‐ volucionaria iraní en distintas operaciones (25 de diciembre, 28 de diciembre y 20 de enero).
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F. Garay Irán ha cumplido su amenaza con un ataque sin precedentes contra Israel, pero gracias al 'Iron dome' los dro‐ nes se han rastreado a tiempo Aciertan, a mi juicio, los analis‐ tas que endosan al primer mi‐ nistro, Benjamín Netanyahu, la intención de forzar una escala‐ da regional del conflicto de Ga‐ za. El ataque a la embajada iraní en Damasco habría sido el enésimo intento de recurrir a la épica nacionalista por razo‐ nes de política interior. Para re‐ forzar su tambaleante posi‐ ción política, cada vez más cuestionada a medida que iba dilapidando la legitimidad ini‐ cial de su cólera contra Hamás por el ataque terrorista del 7 de octubre.
En las actuales circunstancias, más vale aferrarse al tranquili‐ zador mensaje que envía la mi‐ sión iraní en la ONU: "Nosotros damos el conflicto por conclui‐ do". Con advertencia explícita: si Israel vuelve a las andadas, la respuesta será más dura. EE.UU. tiene la palabra entre apelaciones a la "responsabili‐ dad" y la "contención" para desactivar la psicosis de que estamos en fase prebélico.