El PNV ejerce de cómodo carcelero para los etarras: 67 terceros grados y salidas sin aval judicial
El Gobierno vasco, del PNV, ejerce de cómodo carcelero para los desde que en octubre de 2021 asu‐ mió las competencias de pri‐ siones de manos del Ejecutivo central. A lo largo de estos dos años y medio ha otorgado ya
a un colectivo que hoy cuenta con
presos de ETA hasta 67 terceros grados 117 internos en lastres prisio‐ nes
vascas. Eso es una media aproximada de uno cada quin‐ ce días. Además, tal y como desveló El Confidencial, la Consejería de Justicia jeltzale utiliza un resquicio legal para conceder decenas de permi‐ sos de salida ordinarios de hasta 48 horas que no necesi‐ tan el aval judicial.
Esta
propiciada por la transfe‐ rencia y por las decisiones del Gobierno vasco ha contribuido a pacificar a los sectores más radicales dentro de la propia izquierda abertzale que enca‐ beza Desde el cese de los atentados en 2011, los herederos de la vieja Bata‐
les flexibilidad en las cárce‐ Arnaldo Otegi.
suna que retornaron a la insti‐ tucionalidad en torno a Sortu y la coalición Bildu, han convivi‐ do con Y el principal motivo de disputa
un sector crítico.
eran los presos. Los sectores más irredentos acusaban a Otegi y sus seguidores de ha‐ ber y abandonado a sus reclusos. En paralelo a la
traicionado la causa trasferencia de prisiones al País Vasco, el Mi‐ Fernan‐ fin a
nisterio del Interior de
puso de etarras que se mantuvo durante un cuarto de siglo. Los presos de la banda y sus familias vieron cumplida una reivindicación histórica,
do Grande-Marlaska la dispersión ya
no estarían repartidos por cen‐ tros penitenciarios de todo el territorio nacional como medi‐ da de seguridad. A lo largo de la pasada legislatura, el Go‐ bierno de Sánchez fue acer‐
a las cárceles de Basauri (Vizcaya), Martute‐ ne (Guipúzcoa) y Zaballa (Ála‐ va).
Interior también trasladó a la prisión de Pamplona a
que hoy su‐ man apenas seis internos. El colectivo lo completan otros seis reclusos en prisiones de Francia, según las listas de las propias plataformas de apoyo a presos de la organización criminal, autora de más de 800 asesinatos que se autodisolvió en 2018 tras casi una década sin atentados. Con las compe‐ tencias penitenciarias transfe‐ ridas a Euskadi,
cando a todos rroristas navarros, los te‐ Madrid fue perdiendo el control
sobre ca‐ da preso que llegaba a una cárcel vasca.
El juego imposible de Otegi co‐ mo 'hombre de paz' y las ten‐ siones en el mundo proetarra
Alejandro Requeijo EH Bildu fracasa en su equilibrio entre la vía institucional y mantener la hegemonía en la izquierda 'abertzale' frente a un sector disidente que le disputa la ban‐ dera de los presos de ETA Los presos ETA dejaron así de depender administrativamente del Ministerio del Interior para estar bajo la Consejería de Justicia, en manos del PNV.
Eso podría cambiar en las pró‐
ximas semanas si Bildu gana las elecciones el domingo, pe‐ ro lo cierto es que en estos dos años y medio los presos de ETA han disfrutado de una situación flexible por parte del Gobierno nacionalista de
Aunque judicialmente responden ante la Audiencia Nacional y las leyes son comu‐ nes a todo el Estado como el Reglamento Penitenciario y el Código Penal, la administra‐ ción cuenta con un amplio margen para impulsar benefi‐ cios
Urkullu. penitenciarios. Lo que determina que
el modo en el un preso va a cumplir su condena el grado peniten‐ ciario en el que se le clasifica. Aquí la administración empie‐ za a tener relevancia. Una vez se dicta una sentencia firme, la cárcel decide cuál de los tres grados se le aplica a un preso. El primero es el más severo, reservado a presos conflicti‐ vos condenados por delitos muy graves. Históricamente esta ha sido la situación de los etarras, pero eso ya ha cam‐ biado. El segundo grado es el más común en las cárceles es‐ pañolas y abre la puerta a sali‐ das periódicas.
es Íñigo El tercer grado es la semilibertad.
En la mayo‐ ría de los casos permite salir a diario a la calle y volver para dormir en la celda.