Pradales ganó (a los puntos) el debate de las elecciones vascas
Los debates electorales son apasionantes porque contie‐ nen uno de los ingredientes esenciales en cualquier espec‐ táculo: el Da igual cuántas horas puedan emplearse en la preparación, cuántos ensayos, y cuánta ex‐ periencia se tenga. La entrada del directo abre la puerta de la verdad. Y todo candidato se descubre sintiendo y pensan‐ do cosas que desconocía de sí mismo. La mezcla de tensión, competición, e incertidumbre, revelan la madera con que es‐ tá hecho cada uno.
Eso es lo que cuenta el manual que saltó por los aires pocas horas antes del debate. La in‐ tolerable agresión al candidato del PNV capaz de cambiar el curso de una campaña que venía siendo plana, y, desde luego, de trans‐ formar y condicionar entera‐ mente el estado emocional con el que la audiencia comen‐ zó a ver el debate. Empezó el encuentro y todos nos fijamos en el
Se le vio afecta‐ do, vulnerable, y eso le ayudó desde el inicio. El aire de debi‐ lidad le otorgó piel de ser hu‐
factor riesgo. desató una sacudida de Pradales. ojo izquierdo
mano a quien ha venido pare‐ ciendo un autómata durante toda la campaña. No puede decirse que el candidato del PNV ganase por eso, pero sí que puede sostenerse que su victoria habría sido bastante menor sin el plus emocional que añadió el injustificable ata‐ que recibido.
El público televisivo y poco po‐ litizado tiene la mirada entre‐ nada. Está acostumbrado a ca‐ lar a la primera todo lo que es‐ tá viendo.
Tarda pocos minu‐ tos en forjarse una opinión. Y
esa valoración puede o no coincidir con la que se ha ido forjando más lentamente entre los sectores más politizados. Imanol Pradales, atacado con 'spray' pimienta tras un mitin en Barakaldo Imanol Pradales, atacado con 'spray' pimienta tras un mitin en Barakaldo Por eso, por el factor humano, ya habían fracasado las tres participantes antes de que fi‐ nalizase el primer bloque so‐ bre economía. Pudo verse pronto por qué los votantes de
vienen
Vox, Podemos, y Sumar
otorgando valoraciones tan ba‐ jas a sus respectivas candida‐ tas.
Las tres plantearon estra‐ tégicamente mal el debate.
Y las tres prepararon poco sus interpretaciones. Ninguna de ellas ganó un solo voto. Y nin‐ guna podrá revertir la tenden‐ cia bajista de sus formacio‐ nes.
Los debates electorales son in‐ tensos porque los destellos pueden saltar en cualquier mo‐ mento. Para que broten
tiene que imprevisto. Un
romperse el guion, ocurrir algo ha de
choque. Un golpe de efecto. A veces, un simple descuido. Siempre,
la pérdida del control psicológico.
PNV y PSE cercan a Bildu con la gestión y la convivencia, pe‐ ro evitan nombrar a ETA
Inés P. Chávarri Las dos forma‐ ciones se centran en criticar las "ocurrencias" de la izquier‐ da radical, entre ellas, la inter‐ vención pública de Kutxabank, revisar el uso de armas por parte de la Ertzaintza o que los médicos de la pública no pue‐ dan ejercer en la privad El candidato socialista intentó una y otra vez que saltasen chispas. Es un buen fajador, superior a los candidatos del PSOE de los últimos tiempos.
buscó el cuer‐ po a cuerpo contra todos. Y puntuó en bastantes ocasio‐ nes. Sin embargo,
Eneko Andueza no consi‐ guió doblegar al de Bildu,
que supo plantarle cara sin dema‐ siadas dificultades. Teniendo en cuenta la madeja de contradicciones que repre‐ senta, lo justo es señalar que
es muy difícil hacerlo mejor.
Debió salir satisfecho de la