La incómoda tesitura antiaérea de España: "¿Contra quién va a usar los Patriot? ¿Portugal?"
"Grecia tiene un vecino hostil, pero ¿contra quién va a utilizar España sus Patriot? ¿Portu‐ gal?". El comentario -con todo el retintín- es de Yaroslav Trofi‐ mov, el reputado corresponsal ucraniano que cubre asuntos exteriores en The Wall Street Journal. Reaccionaba así a la exclusiva del lunes en el Finan‐ cial Times, donde se revelaba que España y Grecia están ba‐ jo fuerte presión de sus alia‐ dos de la OTAN y la UE para enviar más defensas antiaé‐ reas a Ucrania.
El momento geopolítico ha puesto al Gobierno de Sánchez en una difícil tesitura. Tras mu‐ cha incertidumbre y demoras, Estados Unidos está a punto de dar luz verde al paquete de ayuda para Ucrania por 60.000 millones de dólares (que con‐ templa casi 14.000 millones para la compra de armamen‐ to). Esto está catalizando una nueva oleada de apoyos para Ucrania, que desde el fracaso de la contraofensiva del año pasado lleva meses a la defen‐ siva, racionando munición de artillería y con su defensa anti‐ aérea haciendo aguas.
Con los analistas militares alertando de un potencial co‐ lapso del frente y las implica‐ ciones de una victoria de Rusia para la seguridad continental, también los aliados en Europa -encabezados por Reino Unido y Alemania- están tratando de aprovechar la ventana de opor‐ tunidad que abre el Pentágono para redoblar la ayuda militar y financiera a Kiev. Es el momen‐ to de arrimar el hombro. Y a España le piden sus preciados Patriot.
Greece has a hostile neighbor, but who is Spain going to use its Patriots against? Portugal? https://t.co/a46u2Ix0S7 - Yaroslav Trofimov (@yaro‐ trof) April 22, 2024
Esto pilla al país con la defen‐ sa antiaérea con los andamios puestos; pocas unidades y en plena modernización. Además, sucede justo en un ejercicio con los presupuestos congela‐ dos. Tanto la ministra de De‐ fensa, Margarita Robles, como el de Exteriores, José Manuel, se han referido de forma vaga al asunto estos días. El mensa‐ je desde el Gobierno es de apoyo irrestricto a la causa ucraniana, pero, escudándose en la "discreción" y la "pruden‐ cia", evitan comprometerse a nada. En otras palabras. Espa‐ ña querer, quiere. ¿Pero pue‐ de? La respuesta es una ecua‐ ción complicada, con varias in‐ cógnitas operativas, estratégi‐ cas, diplomáticas y económi‐ cas a despejar.
En andamios
¿Por qué tanto interés en las Patriot? Estos sistemas de las estadounidenses Raytheon y Lockheed Martin se han mos‐ trado muy eficaces en la de‐ fensa antiaérea de medio al‐ cance, tanto en Ucrania como en Israel. Puede interceptar aviones, misiles balísticos y drones enemigos hasta 100 km de distancia y 24 km de al‐ titud, según el tipo de muni‐ ción. Actualmente, Ucrania opera entre tres y cinco bate‐
rías (en teoría modelos anti‐ guos). El número exacto y des‐ pliegue son secretos. El minis‐ tro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, le dijo a The
Washington Post que habían identificado más de un cente‐ nar de unidades que los alia‐ dos podrían mandar al país pa‐ ra defenderse del constante castigo aéreo por parte de los rusos. Kiev aspira a lograr 25 unidades.
Una de las virtudes del siste‐ ma es que hay munición, re‐ puestos y capacidad logística, ya que 18 países los utilizan, incluyendo Estados Unidos y ocho en Europa. Pero los tiem‐ pos de fabricación son lentos (hasta dos años por unidad, según cálculos de analistas) y muy caros (dependiendo de la configuración final, las lanza‐ deras y los misiles intercepto‐ res). Alemania ya ha contribui‐ do con tres baterías para Kiev, en parte para quitarse la pre‐ sión por su negativa en redon‐ do a enviar los misiles Taurus. Pero ahora Berlín presiona pa‐ ra que otros socios hagan lo mismo. Entre ellos, España. Los Patriot constituyen el cora‐ zón de la defensa antiaérea nacional. Son dos baterías configuración 2+ compradas de segunda mano a Alemania hace diez años que opera el Regimiento de Artillería Antiaé‐ rea 74 en Marines (Valencia). Además, el Ejército de Tierra tiene otra batería más antigua (de 2004) desplegada en Tur‐ quía desde hace una década como parte de una misión de la OTAN para proteger al país de posibles ataques desde la vecina Siria.
Defensa presentó el año pasa‐ do un plan para comprar cua‐ tro nuevas baterías en la confi‐ guración +3, la más moderna, por 2.600 millones. El contrato con 51 misiles PAC-3 mejora‐ dos, 24 estaciones de lanza‐ miento M903 y varios equipos adicionales). Sin embargo, esa operación todavía no ha recibi‐ do la luz verde definitiva del Consejo de Ministros y podría verse afectada por la prorroga‐ ción de presupuestos, que limi‐ ta el techo presupuestario de Defensa para esta 2024. Detrás de los Patriot Tener solo una batería activa en territorio nacional supon‐ dría arriesgarse a perder la ca‐ pacidad de intercepción más eficaz que tenemos, avisan los expertos. La siguiente capa de defensa antiaérea la aportan los veteranos misiles Hawk, con medio siglo de servicio y un alcance de 40 kilómetros. Luego están los cuatro siste‐
mas Nasams, con alcance de 25 kilómetros. Y a más corto alcance, los misiles Mistral, para un área de hasta 6 kiló‐ metros. La última línea la constituirían los cañones anti‐
aéreos 35/90. A estas medi‐ das hay que sumar los siste‐ mas antidrón y los cazas (Eu‐ rofighter y F-18) que pueden neutralizar vehículos no tripu‐ lados.
En el plan de actualización an‐ tiaérea, el Ministerio de Defen‐ sa acaba de adjudicar esta se‐ mana la modernización de los Nasams a la noruega Kongs‐ berg por 410 millones de eu‐ ros. El contrato incluye actuali‐ zar a la configuración 2+ las cuatro baterías que opera des‐ de 2003 el Mando de Artillería Antiaérea y dotar con una nue‐ va al Ejército del Aire. Además, defensa también firmó la com‐ pra de los avanzados Mistral 3 a MBDA.
Estas adquisiciones servirán para reemplazar al sistema As‐ pide, enviado a Ucrania al final de su vida útil, y los veteranos lanzadores Hawk, de los que ya se mandaron seis unidades y se comprometieron otras seis más. Los analistas sospe‐ chan que estos últimos proba‐ blemente estén dañados o
inoperativos, ya que Estados Unidos aprobó hace varias se‐ manas una partida urgente de
138 millones de dólares para su reparación.
Fuentes militares consultadas consideran que España no es‐ tá ahora mismo en disposición de enviar más defensas anti‐ aéreas a las ya aportadas. Con la batería Patriot desplegada en Turquía, tenemos un tercio de nuestros activos compro‐ metidos. Algo similar pasa con las Nasams. Hay dos en Carta‐ gena, una en Canarias y, desde el año pasado, otra desplega‐
da en Letonia como parte del refuerzo de la OTAN del flanco este. El año pasado llegamos a tener dos baterías Nasams fuera del país, con otra movili‐ zada a Estonia (que probable‐ mente volverá a ser desplega‐ da algunos meses de este 2024).
"Yo no los mandaría, pero vere‐
mos qué hace el Gobierno. No nos sobra mucha defensa anti‐ aérea y los socios de la UE no son muy fiables para tratar es‐ tos temas. Tenemos pendiente de modernizar las baterías Pa‐ triot de Valencia (y Turquía) y comprar cuatro más, moderni‐ zar las Nasams y los Mistral. También tenenos los Hawk, que están obsoletos y que mandamos a Ucrania", apunta el teniente general (r) Juan
Montenegro, quien fuera repre‐ sentante español ante los co‐ mités militares de la OTAN y de la UE hasta 2021. ¿Alerta antiaérea?
La opción más factible, men‐ cionan algunos militares y ana‐ listas, sería mover el sistema que está en Turquía. Pero eso podría poner en riesgo la diplo‐ macia militar con Ankara, alia‐ do de la OTAN, actor geopolíti‐ co clave (con el que España tiene influencia) y buen cliente de la industria nacional de de‐ fensa. De hecho, no ha pasado inadvertido entre los círculos militares españoles que mu‐ chos analistas internacionales consideren que Grecia tiene una amenaza creíble por su conflicto territorial con Turquía en Chipre y el Mediterráneo, al mismo tiempo que España mantiene equipos militares en el país.
"Debemos reubicar urgente‐ mente la batería Patriot que tiene España en Turquía a Ucrania y proveer un radar y una estación de control de Grecia", sugirió Fabian Hoffma‐
nn, experto militar de la Univer‐ sidad de Oslo. "Después, ya se podría convencer a Alemania, Países Bajos, Suecia, Polonia y Rumania que cada uno done uno o dos lanzadores".
Por el momento, parece que Atenas estaría dispuesta a en‐ viar uno de sus Patriot PAC-3, a cambio de obtener de Wa‐ shington ciertas garantías de seguridad y compensación económica, según han publica‐ do medios locales. Grecia tie‐ ne seis baterías, incluyendo una en Arabia Saudí. Además, los ucranianos también les gustaría que los griegos les mandaran el veterano S-300 soviético, con el que ya tienen mucha experiencia. Países co‐ mo Dinamarca o Países Bajos (que ha enviado dos lanzado‐ res y misiles, pero no una bate‐ ría), se han ofrecido a respal‐
dar financieramente la transfe‐ rencia de sistemas a Ucrania. Sin embargo, Polonia, Suecia y Rumanía alegan estar dema‐ siado cerca del conflicto como para ceder sus Patriots. ¿Y Es‐ paña?
Esta es la extraña alianza que pone los pelos de punta a los militares españoles
Enrique Andrés Pretel La cone‐ xión Marruecos-Israel plantea inquietud entre militares, diplo‐ máticos y analistas. El refuer‐ zo militar de Rabat podría des‐ estabilizar el 'statu quo' del Mediterráneo Occidental Las amenazas más directas para España provendrían de una desestabilización política radical en el Magreb, donde la defensa nacional debe estar preparada para múltiples esce‐ narios hipotéticos. Una crisis en Rabat (golpe de Estado, guerra civil o algún tipo de in‐ surgencia) o un conflicto regio‐ nal Argelia-Marruecos podrían llegar a poner en peligro la so‐ beranía de Ceuta y Melilla, y habría riesgo (directo o colate‐ ral) para varios territorios es‐ pañoles. Actualmente, el desafío de se‐ guridad más inmediato pro‐ vendría de una expansión del conflicto ucraniano al espacio
OTAN/UE. España alberga cua‐ tro destructores antiaéreos es‐ tadounidenses -pronto serán seis- en la base naval de Rota, que forman parte del escudo europeo antimisiles; y también tiene importantes centros de producción de munición, blin‐ dados, buques, submarinos y aviones militares. Gibraltar, por su parte, cuenta una base na‐ val británica con capacidad pa‐ ra albergar submarinos nuclea‐
res, un aeródromo militar y un importante puesto de señales de inteligencia.
"No entiendo esa petición. Pa‐ ra las Fuerzas Armadas es im‐ pensable dejar al país con una sola batería Patriot. Los líde‐ res europeos lleven meses alertando de que el conflicto se podría extender en cual‐ quier momento y España sería un objetivo potencial, con una posición geográfica y estraté‐ gica fundamental en el Medite‐ rráneo, con bases con perso‐ nal y equipos estadouniden‐ ses. ¿Qué hacemos si entra‐ mos en guerra, pedirlas a Kiev de vuelta por correo urgente?", ironiza un alto oficial del Ejérci‐ to de Tierra.