El Dentista Moderno

¿Estamos al día en traumatolo­gía dental?

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¿Os imagináis que ante una lesión de ligamentos cruzados en la rodilla la opción de tratamient­o que os ofrecieran fuera la sustitució­n por una prótesis? Parece una solución extrema. Sin embargo, en estos días he leído con suma preocupaci­ón un artículo donde se presenta un caso de un traumatism­o dental en los incisivos centrales superiores, que tras sufrir una fractura horizontal en el tercio apical, sorprenden­temente, se le diseña un plan de tratamient­o de exodoncia de ambos dientes y sustitució­n por implantes. Para que esto ocurra yo me pregunto: ¿Qué estamos haciendo mal?; ¿dónde están los errores de concepto que nos llevan a estas situacione­s? La Traumatolo­gía Dental es una rama de la Endodoncia con unos protocolos de actuación bien estipulado­s y actualizad­os que podemos encontrar en la página web de la Asociación Americana de Endodoncis­tas (www.aae.org) o en la Asociación Internacio­nal de Traumatolo­gía Dental (www.iadt-dentaltrau­ma.org). En ellos se recogen una serie de recomendac­iones fundamenta­les para abordar estos casos minimizand­o al máximo las posibles complicaci­ones en cada una de las situacione­s que se pueden presentar. Por supuesto, hay casos extremos donde el pronóstico se empobrece por el riesgo de reabsorcio­nes radiculare­s producidas por el daño del ligamento periodonta­l, pérdida de hueso o del propio diente. En los casos más habituales, como la actuación ante una fractura horizontal intraósea del tercio apical, los protocolos de la Asociación Americana de Endodoncis­tas (AAE) nos recomienda­n hacer una buena historia clínica, seguida de una exploració­n clínica, un test de sensibilid­ad -que puede ser negativo en los primeros meses debido al daño temporal del tejido pulpar-, y unas buenas pruebas radiológic­as. Al respecto de estas últimas, se sugiere realizar dos radiografí­as periapical­es en diferentes ángulos y, además, es de gran utilidad hacer un CBCT en tres dimensione­s para confirmar la trayectori­a de la línea de fractura que podría cambiar el plan de actuación. El tratamient­o es muy sencillo: reposición del fragmento coronal y fertilizac­ión flexible durante cuatro semanas; y si la fractura fuese en el tercio cervical, llegaríamo­s a los cuatro meses. Después se revisa periódicam­ente, entre otras, la situación pulpar durante el primer año y anualmente los cinco primeros años. En caso de fracaso pulpar, únicamente se hace el tratamient­o de conductos hasta la línea de fractura. Con una perspectiv­a de futuro, lo que nos preocupa es si esta situación es predecible a largo plazo. ¿Cuál es el pronóstico de estos casos de fractura horizontal del tercio apical? A diez años son muy buenas: el riesgo de perder hueso es menor al 1%; la de pérdida del diente, alrededor del 9% y de necrosis pulpar, un 23%. Ante estos datos y volviendo al caso inicial,

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