"La ciencia e Internet pueden ser, a veces, una mala pareja de baile"
Internet es, sin duda, uno de los grandes avances de las últimas décadas y, posiblemente, se haya convertido en el gran trampolín para la difusión de la ciencia. En la actualidad es ya la herramienta más utilizada para nuestra propia actividad académica y profesional. Sin embargo, la ciencia e Internet también pueden ser, a veces, una mala pareja de baile, especialmente, cuando se erigen en líderes de opinión de masas desinformados. Una información a medias, o con desconocimiento de los principios biológicos, sin seguir ninguna evidencia científica, nos lleva a leer opiniones y consejos profesionales sobre planes de tratamiento que realmente pueden conducir a errores de procedimiento muy graves. La razón de que estemos llegando a situaciones tan surrealistas es que no existen filtros de calidad de lo que se publica u opina, a lo que se suma una difusión realmente rápida y sin fronteras. Cuando se publica algo en una revista científica existen ciertas garantías de calidad sobre el material publicado ya que ha sido evaluado previamente por un riguroso comité científico. En cambio, cuando navegas por la Red, ese comité editorial eres tú y solo tú, por eso creo que debemos contribuir cada uno de nosotros a que haya un mayor y real rigor científico en este entorno digital. En concreto, en la especialidad de Endodoncia a la que yo me dedico nos encontramos con la difusión de conceptos que fuera de un contexto muy específico pueden llevar a confusión, sobre todo cuando están realizados por habilidosos clínicos sin sustentación científica que avale el plan de tratamiento. Un ejemplo es lo que se llama “tratamiento de conductos selectivo”. Este tratamiento no es una opción de elección en el 99.99% de los casos de retratamientos no quirúrgicos, ya que por principio biológico hay que hacer un abordaje completo del sistema de conductos para obtener un resultado lo más predecible posible, y no un tratamiento parcial de una patología que puede afectar a todo el sistema de conductos radiculares.
¿Cómo no va a fracasar ese tratamiento? También vemos tutoriales de tratamientos de conductos realizados de cualquier manera: sin un diagnóstico
“Se presentan planes de tratamiento que para justificar reconstrucciones estéticas con ciertas técnicas de prótesis implanto-soportadas, se dan por perdidos dientes completamente sanos”
clínico y radiológico apropiado, sin dique de goma, sin aislamiento donde la saliva forma parte de la irrigación o donde un sistema radicular tiene unas gutaperchas simbólicamente colocadas dentro de los conductos; ¿cómo no va a fracasar ese tratamiento? O incluso tratamientos que radiológicamente pueden ser muy bonitos y biológicamente se han realizado siguiendo un protocolo estandarizado de unas limas mecanizadas aprendido en un vídeotutorial de una red social, donde el gurú de turno no te ha contado que el foramen apical es la parte más crítica de nuestro tratamiento. Y allí llegas con tu lima rotatoria destrozando la anatomía a la “longitud de trabajo” y sellando con el primer sistema de obturación que te ha dicho la casa comercial que encaja en el conducto. Que las limas mecanizadas por supuesto nos ayudan muchísimo hoy en día y son fundamentales es cierto, pero tanto como que en ningún momento sustituyen al 100% a las limas manuales en ciertas fases del tratamiento y de ninguna forma pueden estandarizar un tratamiento para todos los casos. También puedes encontrar en ciertos foros comentarios que afirman que la magnificación con microscopio quirúrgico o el uso de la radiología en 3 dimensiones para la especialidad de Endodoncia no es tan importante. Sin embargo, hoy en día ya no hay discusión: son herramientas imprescindibles para ciertos planes de tratamientos endodonticos. Pero el objetivo de estas herramientas de diagnóstico y trabajo no sirven para realizar las mal llamadas ‘aperturas ninja’, que personalmente sigo sin saber lo que son, sino tratamientos mínimamente invasivos respetando la mayor cantidad de anatomía sin sacrificar un procedimiento lo más eficaz posible. Eso tampoco quiere decir que se recomiende, como también se está indicando en algunos foros, hacer guías quirúrgicas con impresoras 3D para realizar cualquier apertura cameral cuando éstas realmente solo son una ayuda para localizar conductos muy calcificados. Otro ejemplo que nos encontramos frecuentemente en Internet es la opinión errónea según la cual hay que intentar tratar el tercio apical de una fractura horizontal radicular, cuando ésta mantiene su vitalidad intacta; el tratamiento indicado en casos en los que haya que intervenir es solo en el tercio coronal. Y, sin dejar la traumatología dental, se indican más exodoncias de las necesarias por una mala gestión de los planes de tratamiento a seguir. Hoy en día disponemos de los suficientes recursos y protocolos de actuación para obtener unos resultados óptimos minimizando las posibles complicaciones. Y en líneas generales, se presentan planes de tratamiento espectaculares que para justificar reconstrucciones estéticas con ciertas técnicas de prótesis implanto-soportadas, se dan por perdidos dientes completamente sanos o con patologías recuperables y un periodonto inmaculado que posiblemente se hubieran podido resolver con técnicas más conservadoras, aunque, eso sí, más complejas. Estos son solo unos pocos ejemplos de lo que a diario nos encontramos en Internet dentro de foros profesionales. Yo digo un NO en mayúsculas a estas prácticas tan habituales y os pido que entre todos luchemos por una Odontología más científica, digna y responsable.