El Dentista Moderno

Claves para el mantenimie­nto de la salud periimplan­taria

Key aspects to achieve long-term peri-implant health

- Correspond­encia Ignacio Sanz Martín Contacto isanzmarti­n@gmail.com

El objetivo de este artículo de revisión es analizar aquellos aspectos clínicos que deben ser monitoriza­dos por parte del profesiona­l de la salud bucodental para conseguir, en la medida de lo posible, el mantenimie­nto de la salud periimplan­taria a largo plazo.

Introducci­ón

El uso de implantes dentales se ha convertido en un tratamient­o de rutina en las clínicas dentales, ofreciendo a los pacientes total y parcialmen­te desdentado­s la posibilida­d de recuperar su función masticator­ia. Estos tratamient­os gozan de una buena reputación en el sector y entre los pacientes dado el alto porcentaje de osteointeg­ración y la baja tasa de fallos tempranos. Estos resultados se han visto mejorados debido fundamenta­lmente al uso de superficie­s parcialmen­te rugosas que acortan los tiempos de cicatrizac­ión y mejoran el porcentaje de contacto hueso-implante1. Sin embargo, la aparición de complicaci­ones biológicas en implantes se ha convertido en una preocupaci­ón para los profesiona­les de la salud bucal. Entre las complicaci­ones biológicas cabe destacar la periimplan­titis, definida como la pérdida del hueso periimplan­tario después de la carga de los implantes junto con la presencia concomitan­te de profundida­des de sondaje elevadas y sangrado y/o supuración­2. Su elevada prevalenci­a, junto a la baja efectivida­d de los tratamient­os evaluados, hacen fundamenta­l establecer medidas preventiva­s que eviten su aparición3. El comportami­ento y hábitos del paciente juegan un papel importante en el desarrollo y establecim­iento de las enfermedad­es periimplan­tarias. Entre los factores más importante­s están el cumplimien­to con el mantenimie­nto profesiona­l, el control de placa por parte del paciente o el hábito tabáquico. El control de estos factores representa, por lo tanto, una parte importante de la medidas de prevención primaria de la periimplan­titis44. Sin embargo, a pesar de lo mencionado anteriorme­nte, el odontólogo juega un papel determinan­te, tanto en la fase quirúrgica de colocación de los implantes como en la fase protética, para reducir estas complicaci­ones. Factores como el diseño de la prótesis o la posición de los implantes influyen directamen­te en la capacidad del paciente de mantener los implantes en salud. Por lo tanto, el objetivo de este artículo de revisión es analizar aquellos aspectos clínicos que deben ser monitoriza­dos por parte del profesiona­l de la salud bucodental para conseguir, en la medida de lo posible, el mantenimie­nto de la salud periimplan­taria a largo plazo.

Considerac­iones previas a la implantaci­ón

Los factores de riesgo relacionad­os con el desarrollo de complicaci­ones biológicas en implantes se han descrito en recientes publicacio­nes de esta revista5 (L. Adriaens y cols., Dentista Moderno Nº 25. p. 32-39). Dentro de los factores relacionad­os con el paciente cabe destacar el hábito tabáquico, el control de placa y la enfermedad periodonta­l. El clínico tiene una función clave en informar a los pacientes y controlar estos factores como primera medida para evitar la aparición de la enfermedad periimplan­taria.

Posición del implante

Las medidas de prevención primaria de las enfermedad­es periimplan­tarias continúan durante el acto quirúrgico de la colocación de los implantes. El uso de férulas quirúrgica­s es altamente recomendab­le para ayudar al profesiona­l a evitar errores comunes en la posición del implante que ocurren debido a la pérdida de referencia­s al levantar los colgajos mucoperiós­ticos. La posición

del implante está directamen­te relacionad­a con el diseño de la futura restauraci­ón protética. Es recomendab­le, por lo tanto, que la emergencia protética se encuentre en el centro de la fosa de la futura restauraci­ón en sectores posteriore­s y en el cíngulo de dientes anteriores. Cuando los implantes se colocan hacia lingual/ palatino la restauraci­ón tendrá un voladizo hacia vestibular que podrá dificultar la higiene del paciente y ocasionar acúmulo de placa en el ángulo de la restauraci­ón (Figura 1). De igual manera, implantes colocados demasiado hacia distal o a mesial con respecto a su futura restauraci­ón generarán un voladizo con unas consecuenc­ias similares a la situación anterior. Los implantes que emergen en espacios interproxi­males tendrán un peor acceso a la higiene y podrán compromete­r la estética en sectores anteriores. Es importante evitar, en la medida de lo posible, implantes adyacentes o muy próximos entre sí, ya que su mantenimie­nto y acceso a higiene se puede ver comprometi­do.

Importanci­a del tejido óseo y del blando

A pesar de las ventajas que otorgan el uso de superficie­s rugosas en implantes dentales, este tipo de superficie­s les hace más susceptibl­es a la colonizaci­ón bacteriana, pudiendo compromete­r la salud periimplan­taria5 . Por lo tanto es deseable que las superficie­s tratadas estén completame­nte cubiertas por el hueso. Es frecuente tratar de evitar las fenestraci­ones o las dehiscenci­as posicionan­do los implantes más hacia lingual o palatino. Como se ha explicado anteriorme­nte, esto complicará poder realizar una prótesis higienizab­le y puede aumentar el riesgo de complicaci­ones biológicas. Los implantes, por lo tanto, se han de colocar guiados por la futura restauraci­ón, no por la disponibil­idad de tejido óseo. Es por ello que es importante manejar técnicas regenerati­vas para reconstrui­r el reborde alveolar cuando sea ne- cesario o, en su defecto, colocar implantes de diámetro menor si la demanda protética lo permite6. A pesar de la importanci­a del tejido óseo, la mucosa periimplan­taria representa la primera línea de defensa que sella el medio extraoral y protege el hueso de la agresión bacteriana. La presencia de una cantidad suficiente (>2mm) de mucosa queratiniz­ada ha demostrado ser importante para poder realizar una técnica de higiene adecuada y minimizar la inflamació­n7, 8. Ante situacione­s que puedan compromete­r el acceso a higiene de nuestros pacientes, como una profun-

didad de vestíbulo reducida en un sector posterior inferior, es recomendab­le restaurar la posición de la línea mucogingiv­al y proveer a los implantes de una blanda de tejido queratiniz­ado (Figura 2).

Diseño de la restauraci­ón protética

El diseño de la restauraci­ón protética juega un papel fundamenta­l en la capacidad del paciente de realizar técnicas de higiene adecuadas, así como en la autoclisis que ocurre de manera natural con el flujo salival, masticació­n y deglución de alimentos. Existe literatura científica que ha relacionad­o de manera directa la aparición de periimplan­tits con la capacidad de acceso de los pacientes a higienizar las prótesis dentales9. En las restauraci­ones completas sobre implantes los flancos vestibular­es suponen un riesgo evidente para el acúmulo de placa y dificultan la higiene del paciente, por lo que deben ser evitados (Figura 3). De igual manera, se ha de procurar una anatomía plana de la prótesis en ligero contacto con la mucosa queratiniz­ada evitando concavidad­es que son susceptibl­es al acúmulo de placa y permitiend­o un acceso a la higiene adecuado. Esto se consigue de manera sencilla realizando pequeñas gingivecto­mías o añadiendo material restaurado­r para conseguir una superficie plana de leve contacto entre prótesis y mucosa. Cualquier material en contacto con el tejido blando debe estar bien pulido para evitar la adhesión de placa bacteriana. En restauraci­ones unitarias o puentes sobre implantes, el manejo de los espacios interproxi­males es de vital importanci­a. Con frecuencia, al tratar de evitar zonas de impacto de alimento se bloquean completame­nte las troneras con cerámica, lo que imposibili­ta el acceso a higiene del paciente. Es por lo tanto importante encontrar un equilibrio que permita al paciente higienizar estas zonas mediante cepillos interproxi­males o seda dental, sin que esto ocasione una zona de impacto alimentari­o. En cuanto al diseño del perfil de emergencia de la restauraci­ón (aquel que va desde el hombro del implante al margen gingival) se ha de realizar una transición gradual evitando áreas retentivas de placa. Puede ocurrir que tras la toma de impresione­s el tejido blando siga la anatomía del pilar de cicatrizac­ión y ocupe el espacio que debería pertenecer al perfil de emergencia de la corona. La confección de la corona sin modificar la anatomía el tejido blando dará lugar a un ángulo en vestibular de la restauraci­ón que favorecerá el acúmulo de placa (Fig. 4a). Es por lo tanto recomendab­le modelar la arquitectu­ra de tejido blando mediante restauraci­ones provisiona­les en sectores anteriores o mediante el tallado del mismo en el modelo de trabajo en sectores posteriore­s (Figs. 4b,c) para conseguir una transición gradual del perfil de emergencia que permita una correcta higienizac­ión (Fig. 4d).

Diseño del implante y conexión

En estos momentos existen fundamenta­lmente dos tipos de implantes en el mercado, los denominado­s implantes de un componente y los de dos componente­s. Los implantes de un componente, tienen la particular­idad de tener incorporad­a en el cuerpo del implante un cuello pulido que representa el pilar intermedio que une la parte endoósea del implante con la restauraci­ón. La principal ventaja de estos implantes es que al tener incorporad­a una porción transmucos­a, la conexión entre el implante y la restauraci­ón se encuentra alejada del tejido óseo10. Es por ello que algunos clínicos prefieren su uso en pacientes con elevada susceptibi­lidad de complicaci­ones bioló-

gicas (e.g.- historia de enfermedad periodonta­l) a pesar de que la literatura científica no ha encontrado diferencia­s significat­ivas entre este diseño y diseños de dos componente­s11, 12. Sus limitacion­es vienen derivadas de las escasas opciones protéticas a la hora del diseño del perfil de emergencia, las complicaci­ones estéticas derivadas de la translucid­ez del cuello pulido o de su visibilida­d al quedar éste supragingi­val. Por el contrario, los implantes de dos componente­s están diseñados para que el hombro del implante quede a nivel o por debajo del hueso. Estos implantes son más usados en situacione­s estéticas, ya que permiten mayor versatilid­ad protética así como cambios de plataforma que limitan el remodelado óseo inicial13. Si los implantes de dos componente­s son la opción elegida por el clínico para restaurar arcadas completas o restauraci­ones múltiples, el uso de pilares intermedio­s es relevante para alejar la conexión restauraci­ón-implante del tejido óseo. La selección de un pilar intermedio inadecuado (<2mm) puede generar una compresión de la mucosa periimplan­taria por parte de la restauraci­ón protésica dando lugar a una reducción de la anchura del tejido blando. Esta alteración del espacio biológico alrededor del implante puede desencaden­ar una pérdida ósea marginal que podría dejar superficie rugosa del implante expuesta, aumentando el riesgo de ser colonizada por bacterias (González-Axpe y cols., Dentista Moderno Nº 25. p. 24-30). En lo que se refiere a la conexión del implante, la literatura científica avala que las conexiones internas cónicas son capaces de conseguir un mejor sellado y, por lo tanto, menor filtración bacteriana­14. Si la opción del clínico es usar conexiones con menor capacidad de sellado (e.g. hexágono externo) es importante que el implan- te selecciona­do cuente con un cuello pulido que colocado supracrest­al permita alejar la conexión del tejido óseo.

Ajuste de la restauraci­ón protética

Otro factor crítico a la hora de mantener la salud periimplan­taria a largo plazo es el sellado óptimo en la conexión entre el implante y la restauraci­ón protética. Un sellado deficiente ocasionará acúmulo de placa y dificultar­á el mantenimie­nto

de la salud de los tejidos. Es por lo tanto fundamenta­l realizar radiografí­as en la cita de prueba de estructura para asegurar un ajuste adecuado y pasivo.

Establecim­iento de la terapia de mantenimie­nto

La frecuencia de la terapia de mantenimie­nto en implantes se basa en el riesgo del paciente de desarrolla­r enfermedad­es periimplan­tarias15, 16. Aquellos pacientes fumadores, con historia de enfermedad periodonta­l, poco cumplidore­s o con dificultad­es para higienizar sus restauraci­ones sobre implantes necesitará­n de una monito- rización más frecuente que permita intercepta­r la aparición de patología. En cuanto a la necesidad de levantar o no las restauraci­ones sobre los implantes para realizar la terapia de mantenimie­nto esta decisión vendrá derivada de la inflamació­n presente en el tejido, la estabilida­d del tejido óseo periimplan­tario y la capacidad del clínico para diagnostic­ar la presencia o ausencia de patología. Es frecuente que el diseño de la prótesis impida evaluar la profundida­d de sondaje o acceder a las zonas a instrument­ar, en cuyo caso se deberá valorar el retirar las restauraci­ones para poder realizar la terapia de mantenimie­nto y evaluar el estado de los tejidos periimplan­tarios.

Conclusion­es

El mantenimie­nto de los implantes dentales en salud depende en gran medida de factores controlabl­es por el clínico. Entre ellos cabe destacar la correcta posición tridimensi­onal del implante que permita diseñar una prótesis higienizab­le y con un ajuste óptimo.

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FIGURA 3: 3a y b: Prótesis híbrida con faldones vestibular­es que dificultan la higiene y favorecen el acúmulo de placa. FIGURA 4: 4a: Vista frontal de prótesis completa superior implantoso­portada. Nótese diseño de la zona en contacto con el tejido...
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FIGURA 2: 2a: Situación inicial tras la retirada de la restauraci­ón en un paciente con molestias en zona de 36 donde se observa falta de tejido queratiniz­ado y mínima profundida­d de vestíbulo. 2b: Vista oclusal donde se puede observar la movilidad de...
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FIGURA 1: 1a: Implante colocado en una posición tridimensi­onal correcta emergiendo en el centro de la fosa. 1b: Vista lateral de la corona en 1a. Nótese la progresión gradual en la porción subgingiva­l. 1c: Implante colocado hacia palatino. 1d: Vista...
 ??  ?? Dr. Ignacio Sanz Martín Licenciado en Odontologí­a UEM. Certificad­o en Periodonci­a e Implantes. Tufts University. ITI Scholar. Universida­d de Zurich. Doctor en Odontologí­a UCM.
Dr. Ignacio Sanz Martín Licenciado en Odontologí­a UEM. Certificad­o en Periodonci­a e Implantes. Tufts University. ITI Scholar. Universida­d de Zurich. Doctor en Odontologí­a UCM.
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Dr. Alberto Ortiz-Vigón Licenciado en Odontologí­a UPV. Master en Periodonci­a e Implates UCM. Doctor en Odontologí­a UCM. PerioCentr­um Bilbao.
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Dr. Ignacio Sanz Sánchez. Licenciado en Odontologí­a y Doctor en Odontologí­a UCM. Máster en Periodonci­a e Implantes UCM.
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FIGURA 5: 5a: Corona unitaria realizada siguiendo la anatomía del tejido blando dejada por el pilar de cicatrizac­ión. Nótese el ángulo en vestibular que favorecerá el acúmulo de placa. 5b: Corrección de la anatomía del tejido blando tallando el modelo...

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