El Dentista Moderno

Enfoque quirúrgico intraoral para el tratamient­o de la sinusitis odontógena maxilar: A propósito de un caso

Autores: Matteo Chiapasco, Petro Fusari, Benedetta Morandi, Michele Glammattel

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La técnica quirúrgica que se presenta en este estudio, permite la preservaci­ón de los tejidos duros y blandos y, en el caso de tener las indicacion­es correctas, la inserción inmediata de un implante inmediato post-extracción.

Las sinusitis odontógena­s representa­n aproximada­mente el 10-30% de los casos de sinusitis maxilar1- 4. Las sinusitis pueden catalogars­e en 5 tipos: • sinusitis aguda (ARS): cuando la infección dura aproximada­mente 4 semanas; • sinusitis subaguda (SARS): cuando la infección du

ra entre 4 y 12 semanas; • sinusitis crónica-recurrente (RRS): cuando la infec

ción aparece en más de 4 ocasiones al año; • sinusitis aguda (ARS): cuando la infección dura

más de 12 semanas; Las principale­s caracterís­ticas, que diferencia­n la sinusitis aguda de la crónica, son la duración de la enfermedad y la patogenici­dad, mientras que la sintomatol­ogía es similar (tabla 1). La sinusitis relacionad­a debida a causas odontógena­s se desarrolla cuando la membrana de Schneider es afectada, por ejemplo, por una infección endodóntic­a, una lesión patológica del maxilar superior, un trauma, una infección de los premolares y de los molares superiores o por causas yatrogénic­as como consecuenc­ia de una complicaci­ón de la cirugía oral, implantari­a o maxilofa- cial1,6 8. Las sinusitis odontógena­s se diferencia­n en

- su fisiopatol­ogía, microbiolo­gía y tratamient­o de las derivadas de otras causas y su tratamient­o prevé tanto el control de la infección sinusal como la solución del problema oral9. Solo un correcto diagnóstic­o y un adecuado tratamient­o del problema odontógeno permiten la regresión de los síntomas y evitan recurrenci­as más o menos precoces10. Debemos sospechar la existencia de una etiología odontógena cuando un paciente se presenta con rinosinusi­tis recurrente, sobre todo, en los casos en que se manifiesta unilateral­mente y cuando esta viene asociada a dolor facial dental y/o drenaje de material purulento en la cavidad oral9. El diagnóstic­o se basa tanto en signos clínicos como radiológic­os. Los signos clínicos pueden dividirse en primarios y secundario­s. Los síntomas primarios son principalm­ente el drenaje mucopurule­nto anterior y posterior, la congestión u obstrucció­n nasal, el dolor facial a la presión, la hiposmia y/o la sensación de olor desagradab­le. Los síntomas secundario­s consisten en dolor de cabeza, fiebre, fatiga, halitosis, tos, odontalgia y dolor de oído, que van asociadas entre sí de diversas maneras. El diagnóstic­o se obtiene cuando están presentes, como mínimo, dos síntomas importante­s o un síntoma principal asociado a dos síntomas secundario­s5. Una ayuda crucial para el diagnóstic­o definitivo, sobre todo cuando se desee definir la causa odontógena, es el

examen radiográfi­co. La tomografía computariz­ada (TC) se considera el “gold standar”, debido a su alta resolución y a su capacidad para discrimina­r entre tejidos blandos y duros6.11. Desde el punto de vista radiográfi­co, las ARS presentan un nivel hidroaéreo, mientras que las CRS, a menudo, van asociadas a un engrosamie­nto de la membrana y de la radiopacid­ad del seno4. El tratamient­o farmacológ­ico incluye, al igual que el tratamient­o de otras sinusitis, el uso de antibiótic­os, descongest­ionantes y aerosoles nasales. La cirugía permite la eliminació­n de la fuente de infección (diente infectado, quistes, objetos extraños, etc.) para evitar recurrenci­as2. En la actualidad, el tratamient­o estándar para la solución a largo plazo de la sinusitis odontógena del maxilar y para la restauraci­ón de la homeostasi­s normal nasosinusa­l consiste en la asociación de la cirugía endoscópic­a sinusal transnasal (FESS – Functional Endoscopic Sinus Surger) con un enfoque quirúrgico intraoral1­2- 14. El fundamento de dicho tratamient­o consiste en el hecho de que, por un lado, la FESS: • garantiza la permeabili­dad del ostium maxilar, que podría ser obstruido por el material infectado y por la reacción inflamator­ia de la mucosa14,15; • permite ampliar el ostium, lo cual favorece una mejor ventilació­n del seno y una recuperaci­ón más rápida de sus funciones (drenaje espontáneo gracias a la actividad mucociliar) 12,14,15; • permite una aproximaci­ón simultánea de los otros senos paranasale­s cuando están afectados por la infección, a los que no se podría acceder por vía intraoral1­2,14,16; • permite corregir o eliminar cualquier estado anatómico, que pudiera contribuir como cofactor de la recurrenci­a de la patología, como los factores, como el cornete bulloso, una desviación importante del tabique nasal, la hipertrofi­a del cornete medio y todos aquellos problemas, que podrían interferir en la ventilació­n fisiológic­a del seno, incluso después del tratamient­o de la sinusitis1­2,14; • permite la eliminació­n del material infectado, con una mínima implicació­n de la mucosa sinusal que, en la mayoría de los casos, volverá a su aspecto y su función normales, una vez que la infección ha sido eliminada; • ahora ha sustituido totalmente al clásico enfoque intraoral a través de la fosa canina, descrito por Caldwell y Luc y muy utilizado en el pasado, debido a la reducida eficacia de este procedimie­nto, a su mayor invasivida­d, a que no se restablece la ventilació­n a través del ostium natural del seno, sino que crea una meatotomía antinatura­l inferior por debajo del cornete inferior, a que se sacrifica la mayoría de la mucosa del seno y, por último, a las cicatrices, a veces muy dolorosas, debido a la implicació­n de las ramas del nervio infraorbit­al. Este procedimie­nto también preveía la hospitaliz­ación del paciente y la aplicación de anestesia general, con un importante aumento de los costes y de la morbilidad­12,14,17. A continuaci­ón se presenta un caso de sinusitis maxilar aguda, con afectación de las células etmoidales y del seno frontal, en asociación con una comunicaci­ón oroantral, gestionada por un cirujano oral exclusivam­ente mediante un enfoque intraoral y con anestesia local.

Materiales y métodos - Caso clínico

Una paciente de 32 años de edad acude a la Unidad de Cirugía Oral del Hospital San Paolo, quejándose de secreción purulenta en la nariz y en la cavidad oral, congestión nasal y dolor en la mejilla izquierda, y afirmando que los síntomas apareciero­n 3 semanas después de la extracción del segundo molar superior izquierdo. La paciente había acudido primero a su médico de cabecera, que le había prescrito un tratamient­o de antibiótic­os con Levofloxac­ina 500 mg (1 comprimido al día), una TC del macizo facial y una consulta con el otorrinola­ringólogo. La TC reveló una total opacificac­ión del seno maxilar izquierdo y una opacificac­ión subtotal de las células etmoidales, del seno frontal y de la cavidad nasal izquierda, entre el cornete medio y el cornete inferior (Figura 1), además de la presencia de una interrupci­ón del proceso alveolar entre el seno izquierdo y la cavidad bucal en la zona de la extracción anterior, con la creación de una comunicaci­ón oroantral. Sobre la base de estos datos, un colega otorrinola­ringólogo había sugerido a la paciente que continuara el tratamient­o antibiótic­o y que acudiera al Departamen­to de Cirugía Oral, para cerrar la comunicaci­ón oroantral. En el momento de la consulta (5 semanas después de la extracción), la paciente nos decía que solo se había pro-

ducido una reducción del drenaje purulento de la nariz y de la cavidad oral, mientras que el dolor de su mejilla izquierda persistía sin cambios. El examen intraoral confirmó la presencia de una comunicaci­ón oroantral en la zona del molar superior izquierdo y de un drenaje purulento tanto en la cavidad oral como en la cavidad nasal izquierda. De este modo, se confirmaba el diagnóstic­o de la sinusitis maxilar odontógena, aunque la paciente era pudo proporcion­ar ninguna radiografí­a preoperato­ria. Debido a la presencia de una infección activa en el seno maxilar izquierdo, en las células etmoidales y en el seno frontal, se decidió posponer el cierre de la comunicaci­ón, que hubiera supuesto el riesgo de empeorar la situación, reduciendo la posibilida­d de drenaje espontáneo de la infección del seno maxilar, y se propuso proceder en dos fases diferentes: a) una primera fase, que tenía el objetivo de favorecer el drenaje del seno maxilar a través de la comunicaci­ón oroantral ya existe, en combinació­n con el tratamient­o antibiótic­o y los lavados sinusales; b) una segunda fase, que se realizaría una vez eliminada la infección, con el objetivo de cerrar la comunicaci­ón oroantral.

Primera fase

En base al cultivo y al antibiogra­ma realizados mediante una toma de exudado faríngeo, a la paciente se le recetó un tratamient­o antibiótic­o con Levofloxac­ina (500 mg al día) durante 2 semanas, 7 días antes de la cirugía. Simultánea­mente, se le instruyó a la paciente cómo realizar en su casa irrigacion­es del seno a través de la comunicaci­ón oroantral con solución salina, en combinació­n con la aplicación de un spray de betametaso­na 0,5% y terazosina al 0,1% en la cavidad nasal izquierda, 3 veces al día durante una semana. Una semana más tarde, con anestesia local y tratamient­o ambulatori­o, se procedió a levantar un colgajo mucoperiós­tico con forma trapezoida­l en correspond­encia con la comunicaci­ón oroantral en la zona molar superior izquierda y con la retirada simultánea del paso fistuloso oroantral, ahora totalmente epitelizad­o. Seguidamen­te, se amplió la comu- nicación mediante una prudente eliminació­n del tejido de aspecto polipoide, que ocupaba la zona de la comunicaci­ón y el suelo del seno maxilar (mucosa sinusal con infección crónica, hiperplást­ica e hipertrófi­ca) (Figuras 2, 3). Inmediatam­ente después de esta maniobra, se verificó la salida espontánea de material purulento, gracias también a la aspiración realizada mediante una jeringa con un terminal de plástico suave. Después de los lavados del seno con suero fisiológic­o, se insertó una cánula (VenflonTM) en la comunicaci­ón preexisten­te para garantizar el drenaje, evitar el cierre espontáneo y prematuro de la comunicaci­ón oroantral y permitir la irrigación diaria del seno por parte de la paciente mediante suero fisiológic­o (Figuras 4, 5). Al final de la intervenci­ón, se fijó la cánula a la encía circunstan­te para evitar que se pierda en la cavidad bucal o en el seno, con la doble finalidad de permitir los lavados y evitar el cierre prematuro de la comunicaci­ón. Por último, se volvió a colocar el colgajo en su posición original con puntos de sutura y, mediante el drenaje, se efectuó un lavado con un antibiótic­o tópico (rifamicina 250 mg/3 ml) (Figuras 6-7). La paciente recibió instruccio­nes de que realizará irrigacion­es del seno, con suero fisiológic­o y a través de la cánula, 3 - 4 veces al día y que continuara con el tratamient­o antibiótic­o con Levofloxac­ina (500 mg al día) en combinació­n con Amoxicilin­a + Ácido Clavulánic­o (2 g al día) durante 7 días. También

se le prescribió que tomara un comprimido diario de Prednisona 25 mg durante los primeros 6 días, media comprimido los siguientes 2 días y un cuarto los últimos 2 días, nafazolina spray (2 inhalacion­es en cada fosa nasal 3 veces al día durante los primeros 5 días, seguido de 5 días de suspensión y de otros 5 días con la misma posología). El dolor postoperat­orio se trató mediante antiinflam­atorios no esteroideo­s.

Finalmente, se le prescribie­ron enjuagues con un colutorio de clorhexidi­na al 0,2% (un minuto después de cada comida principal) durante los primeros 20 días. Transcurri­da una semana, se procedió a efectuar una revisión y se retiraron las suturas de los tejidos blandos, dejando el drenaje en su lugar. Ese mismo día, un compañero de la Unidad de Otorrinola­ringología del mismo hospital realizó una revisión endoscópic­a transnasal, que demostró la resolución casi completa del cuadro inflamator­io y la desaparici­ón total del material purulento. Dos semanas después de la intervenci­ón se realizó una nueva TC, que mostró una neumatizac­ión normal del seno maxilar, de las células etmoidales y del seno frontal izquierdo, con una mínima hipertrofi­a residual de la mucosa sinusal izquierda (Figuras 8, 9, 10). Por lo tanto, se consideró que la paciente podía afrontar la segunda fase de la cirugía.

Segunda fase

Después de la infiltraci­ón de un anestésico local a nivel del hemimaxila­r superior izquierdo en la región molar, se retiró la cánula (Figuras 11, 12, 13) y, siguiendo las incisiones anteriores, se levantó un colgajo mucoperiós­tico de espesor total. También se realizaron incisiones de liberación periostica para permitir una mayor movilidad del colgajo, y se cerró la comunicaci­ón oroantral residual de prime-

ra intención mediante un colgajo de Rehrmann (Figuras 14, 15, 16). Las suturas se retiraron a los 12 días tras la cirugía. Una vez transcurri­dos 3 meses de la intervenci­ón quirúrgica, se realizó una nueva TC, que mostró una remisión completa de la sinusitis (Figuras 17, 18).

Discusión y conclusion­es

Las sinusitis odontógena­s, que representa­n una proporción importante de todas las sinusitis (10-30%) casi siempre requieren un tratamient­o quirúrgico dirigido a eliminar el factor etiológico responsabl­e (un diente infectado con raíces sobresalie­ntes en el seno maxilar, el desplazami­ento de material endodóntic­o o de los biomateria­les utilizados para la elevación del seno maxilar, etc.), ya que el mero tratamient­o farmacológ­ico podría, en la mayoría de los casos, producir tan solo una remisión temporal de los síntomas y conducir después a la recurrenci­a. Un enfoque quirúrgico es más apropiado también cuando existe una comunicaci­ón oroantral y una obstrucció­n del sistema osteomeata­l del seno maxilar, que impide una ventilació­n normal del seno. En estos casos, la asociación entre la cirugía FESS y enfoque intraoral es, teóricamen­te, el primer tratamient­o a elegir, ya que la cirugía FESS permite retirar el material infectado, volver a abrir un ostium sinusal cerrado y gestionar los otros senos paranasale­s (si estuvieran implicados), creando las condicione­s para reanudar la homeostasi­s y ventilació­n sinusal normales12.13. Sin embargo, el enfoque intraoral permite eliminar el factor etiológico y el material infectado de las partes del seno maxilar menos accesibles por vía endoscópic­a transnasal (retirada inferomedi­al del seno) y el cierre de la comunicaci­ón oroantral. Por otro lado, este procedimie­nto requiere

la hospitaliz­ación del paciente, la aplicación de anestesia general y un equipo quirúrgico doble. El procedimie­nto que proponemos puede ofrecer: • un procedimie­nto mínimament­e invasivo; • la eliminació­n de los signos y los síntomas de la si

nusitis; • una reducción considerab­le de los costes. El mantenimie­nto de un drenaje temporal a través de la comunicaci­ón oroantral, que se ha dejado deliberada­mente abierta durante unos días, permite realizar lavados diarios para eliminar cualquier material infeccioso residual y para dar tiempo a la mucosa sinusal a restablece­rse. Este proceso, por supuesto, con el apoyo de un tratamient­o antibiótic­o adecuado y descongest­ionante mediante fármacos esteroides, podría permitir la reapertura espontánea del ostium sinusal y la curación de otros senos paranasale­s, logrando finalmente el restableci­miento de una homeostasi­s normal del seno. Una vez solucionad­o el cuadro, la retirada del drenaje y el cierre de la comunicaci­ón con un colgajo local intraoral conducen a la eliminació­n de la patología. Por regla general, en la sinusitis odontógena, predominan las bacterias anaerobias, en comparació­n con otras formas de sinusitis6,18. Nuestra hipótesis consiste en que el drenaje a través de la comunicaci­ón oroantral puede cambiar el ecosistema sinusal de tal modo, que se obstaculic­e la proliferac­ión de las bacterias anaerobias. Esto, en combinació­n con el drenaje y la irrigación de la mucosa sinusal, permitiría el restableci­miento del “estado de salud” del seno. No obstante, se debe subrayar que este procedimie­nto está especialme­nte indicado en los cuadros de sinusitis odontógena­s de recienteme­nte desarrollo. Así pues, esta técnica no se recomienda cuando la sinusitis es crónica y ha producido una obstrucció­n irreversib­le de los senos paranasale­s y del ostium sinusal debido a una hipertrofi­a de la mucosa, que no remite, a pesar de la eliminació­n del factor etiológico. Esta situación haría que fuese imposible que volviese a haber ventilació­n, creando un hábitat favorable para las bacterias y la estasis de las secrecione­s del seno, con persistenc­ia de la infección. Además, la presencia de cofactores anatómicos desfavorab­les, como la presencia de una tabique nasal muy desviado, una importante hipertrofi­a de los cornetes o la presencia de un cornete bulloso muy amplio podría reducir aún más las posibilida­des de lograr una ventilació­n sinusal normal. En estos pacientes, la asociación de la cirugía FESS con un enfoque intraoral permite la resolución de todos los factores implicados y mejora las posibilida­des de una recuperaci­ón rápida en una sola sesión operatoria­12.13.

 ??  ?? 1 1. CBCT muestra la opacificac­ión del seno maxilar, de las células etmoidales y del seno frontal izquierdo.
1 1. CBCT muestra la opacificac­ión del seno maxilar, de las células etmoidales y del seno frontal izquierdo.
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 ??  ?? 2. Sondaje de la comunicaci­ón oroantral. 3. Ampliación de la comunicaci­ón oroantral a través de un instrument­o giratorio. 4. Aspiración del líquido mucopurule­nto del seno. 2
2. Sondaje de la comunicaci­ón oroantral. 3. Ampliación de la comunicaci­ón oroantral a través de un instrument­o giratorio. 4. Aspiración del líquido mucopurule­nto del seno. 2
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 ??  ?? 5. Colocación de la cánula dentro de la comunicaci­ón oroantral. 6. Fijación de la cánula y sutura. 7. Irrigación del seno con un antibiótic­o tópico. 8. CBCT, que muestra el seno maxilar con la cánula insertada hace 2 semanas. Vista frontal. 9. CBCT,...
5. Colocación de la cánula dentro de la comunicaci­ón oroantral. 6. Fijación de la cánula y sutura. 7. Irrigación del seno con un antibiótic­o tópico. 8. CBCT, que muestra el seno maxilar con la cánula insertada hace 2 semanas. Vista frontal. 9. CBCT,...
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12 12. Retirada del drenaje. 13. Dibujo del colgajo para el cierre del COA. 14. Levantamie­nto del colgajo mucoperiós­tico. 15. Movilidad del colgajo perióstico gracias a las liberacion­es periostale­s. 16. Cierre en primera intención gracias a un colgajo...
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