El Dia de Cordoba

Las viviendas de Córdoba están entre las más viejas de Andalucía

La edad de los inmuebles es de 35 años, por encima de la media regional La rehabilita­ción y el alquiler se sitúan como nichos de negocio para crecer

- F. Rufo CÁDIZ

Astilleros. Esta palabra es para la provincia de Cádiz algo más que una industria. En un territorio en el que tener una tasa de paro del 30% es casi una buena noticia (no hace muchos meses llegó a superar el 42% de desempleo), que los astilleros de Navantia consigan contratos para construir barcos es más que una pura estadístic­a laboral. Quienes trabajan en el astillero de San Fernando, de Puerto Real o el de la capital gaditana saben que fabricar un buque supone que la economía vuelva a emerger. Una imagen lo resume: las enormes explanadas de los aparcamien­tos reservados para los trabajador­es que a diario entran en los astilleros llenas de coches. Ni siquiera hay hueco para una visita. Es la mejor señal.

Es también de sobra conocido que estos periodos de bonanza en los diques no suelen durar mucho. Cortes de carretera, protestas y cargas policiales han acompañado a los trabajador­es de los astilleros desde que llegó la de- mocracia. Es un hecho en el que el impacto de las imágenes del enfrentami­ento con la Policía ha tapado habitualme­nte el trasfondo: siempre ha sido la manera de lograr más pedidos cuando los periodos de subactivid­ad han sido muy prolongado­s. Y porque, como empresa pública, el que llegaran o no barcos siempre ha de-

pendido de una decisión política del Gobierno de turno.

Esta vez, sin embargo, hay una variante. El último contrato rubricado y hecho oficial para Navantia llega desde Arabia Saudí. El astillero de San Fernando, fundamenta­lmente, tendrá que construir cinco corbetas desde finales de este año y hasta 2022. Serán cinco años en el que, según las previsione­s oficiales, se crea- rán 6.000 empleos entre directos, indirectos e inducidos. De nuevo las explanadas de los aparcamien­tos estarán repletas. Y además las economías de las familias gaditanas lo notarán. Los astilleros son los centros de trabajo, pero también los comercios, los restaurant­es, las vacaciones....

En el caso del contrato de Arabia han sido casi cuatro años de dura negociació­n. Y para lograrlo, han tenido que pasar dos reyes de España (Juan Carlos I, primero; Felipe VI, después); dos presidente­s del Gobierno (Mariano Rajoy y Pedro Sánchez); y dos presidente­s de Navantia (José Manuel Revuelta y Esteban García Vilasánche­z). Una vez ratificado, ahora toca ponerse manos a la obra. No en vano es el mayor contrato de la historia de los astilleros públicos españoles con un cliente extranjero. Antes, quedan en la memoria los 1.300 millones que le supuso a Navantia la construcci­ón en la Bahía de Cádiz de las siete fragatas para la Venezuela de Hugo Chávez (acuerdo firmado por el Gobierno de Zapatero); y antes los cuatro Buques de Acción Marítima (BAM) y el Buque de Aprovision­amiento en Combate (BAC) para la Armada.

Hoy, el astillero de Puerto Real hace frente a la fase final de construcci­ón de cuatro petroleros tipo Suezmax (capaces de atravesar el canal de Suez) para la naviera vasca Ondimar que, a su vez, los construye para su cliente,

Cepsa. Este martes entrega el segundo. A mitad del próximo año, se quedará sin faena.

Y en esto tendrá mucho que decir también el acuerdo con Arabia. Serán siete millones de horas de trabajo, el 90% para San Fernando. Pero, como explicaba a este periódico el presidente del comité de empresa de este astillero, Jesús Peralta (CCOO), “está previsto que Puerto Real se que- de con unos 30 bloques de acero, que se puede correspond­er con dos corbetas enteras, que inicialmen­te iban a ir a Ferrol, pero se quedarán aquí para que los compañeros de Puerto Real empiecen el trabajo”.

E igual que el acuerdo con los venezolano­s supuso para la Bahía de Cádiz la llegada de centenares de ciudadanos de aquel país (sobre todo en Puerto Real), ahora le toca el turno a los saudíes. De hecho, está previsto que lleguen hasta San Fernando unos 600 en distintas fases. Primero llegarán 300, que empezarán a formarse para ser la futura tripulació­n de estas cinco corbetas. Así, acudirán a la Escuela Naval de Marín y a la de Ferrol para formarse en el manejo de buques; también recibirán las adecuadas nociones militares y; en tercer lugar, visitarán el Reino Unido para dominar el inglés. Mientras todo eso ocurre, mientras van y vienen y se preparan, se habilitará­n varias instalacio­nes en el Arsenal de La Carraca (instalacio­nes militares contiguas al astillero de San Fernando). Eso, como expli-

có Peralta, supone también economía para la comarca. No es extraño pensar que muchos quieran vivir en un piso, realizar compras... Es otro añadido.

Pero lo vital, según Peralta, son dos cosas. La primera, el empleo. En su opinión, además de los 6.000 trabajador­es que se verán beneficiad­os anualmente durante los cinco años que durará la construcci­ón, “en total podemos hablar de unas 12.000 familias de la Bahía de Cádiz en las que repercutir­á de alguna forma este contrato. Veremos cómo el paro en esta provincia se va rebajando”.

La segunda pata del gran beneficio de este acuerdo afecta a la propia compañía: “Se ha asegurado la base económica del plan estratégic­o que estamos negociando y que va por buen camino; y además sitúa a Navantia en un punto, Oriente Próximo, en el que puede l ograr más acuerdos”. De hecho, apuntó Peralta, ya hay otros países como Egipto o Marruecos que, atraídos por la nueva relación con Arabia, han comenzado a insinuar su predisposi­ción a realizar algún nuevo encargo a la empresa pública española.

Y no será lo único. Hay que tener en cuenta que Navantia se quedó a las puertas del que hubiera representa­do el mayor contrato de la historia de cualquier compañía española, el de las nueve fragatas para Australia valoradas en más de 22.000 millones de euros. Motivos políticos y económicos (la salida del Reino Unido de Europa con el Brexit y el hecho de que ingleses y australian­os forman la Commonweal­th) llevaron a que el contrato se lo quedase la inglesa BAE Systems. De esa forma Australia diversific­a proveedore­s y no depende casi en exclusiva de la compañía española (que ya tiene cuatro sedes en tierras australian­as, con decenas de gaditanos).

Por la misma razón puede haberse producido la adjudicaci­ón de Arabia a la empresa española. Pero en este caso con un valor añadido más: Navantia se hará cargo del apoyo al ciclo de vida de los barcos, es decir, se encargará de su mantenimie­nto futuro y, mirando a medio plazo, puede suponer una relación que dé más frutos. Como en el negocio automovilí­stico, en la garantía y el seguro está también hoy el negocio.

Pero eso vendrá después. Ahora toca prepararse. De entrada, la dirección del astillero de San Fernando está viendo de qué manera puede duplicarse el espacio para aparcamien­tos en la facto-

ría. Y, además, el comité de empresa ha querido recordar a las administra­ciones competente­s la urgente necesidad de adecuar la carretera de entrada al recinto de Navantia. Para quien no lo conozca, baste decir que sólo se puede acceder a través de un puente que sólo tiene un sentido de la circulació­n, con lo que los vehículos tienen que ceder el paso en uno y otro sentido, generando considerab­les atascos, más allá de la dificultad que puede conllevar para la entrada de suministro­s como el acero.

Precisamen­te, hace un par de días se hizo ya el primer encargo de acero para las corbetas de Arabia. Se han solicitado las planchas necesarias para hacer seis bloques (seis anillos) que comenzarán a llegar a finales de septiembre. La idea, según prevén en el astillero, es que el primer corte de chapa se haga el próximo 3 de enero. Los Reyes Magos, esta vez, llegarán desde Arabia.

 ?? JESÚS MARÍN ?? Imagen reciente de la proa del BAM Audaz, buque para la Armada también construido en el astillero de San Fernando.
JESÚS MARÍN Imagen reciente de la proa del BAM Audaz, buque para la Armada también construido en el astillero de San Fernando.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain