Un guardia civil muere en Granada al forcejear con un sospechoso de robo
El agresor se abalanzó sobre el agente, que le perseguía a pie, le arrebató su arma y le disparó Fue detenido horas después
Como cada noche, el agente José Manuel Arcos salió a patrullar por Huétor Vega (Granada). Esta vez no iba con su compañero habitual, sino que le acompañaba una agente en prácticas del puesto de la Guardia Civil de La Zubia, demarcación que da servicio a esta localidad cercana a la capital. Faltaban menos de dos horas para que acabase su turno cuando pararon a un conductor sospechoso que observó en la zona de la avenida Ingeniero Santa Cruz, un servicio en el que Arcos terminó recibiendo un disparo que horas más tarde acabó con su vida.
De madrugada, los agentes habían recibido el aviso de que se había producido un robo en un bar de Las Gabias en el que se había visto implicado un Ford Escort blanco. Sobre las 4:20 de la madrugada, el agente Arcos observó un coche del modelo indicado que aumentó de velocidad al percatarse de la pre- sencia policial, un hecho que propició que decidieran darle el alto.
El conductor se bajó del vehículo y tras iniciar una conversación con el agente, trató de darse a la fuga a pie. Arcos salió detrás de él, pero al fugado le dio tiempo a esconderse y, cuando el agente llegó hasta el lugar, le sorprendió abalanzándose sobre él e iniciando un forcejeo. En ese momento, el hombre se apropió del arma reglamentaria del agente y le disparó a bocajarro en la ingle.
La otra guardia civil, que se había quedado en la zona donde estaban los vehículos para evitar que el conductor pudiese coger el coche, se aproximó hasta el lugar y disparó contra el delincuente, al menos en tres ocasiones –así lo apuntaron varios vecinos que oyeron los disparos–, sin fortuna. Fue entonces cuando dio aviso sobre lo ocurrido y trató de taponar la hemorragia de la víctima. Todo ello mientras el autor de los disparos se daba a la fuga. Sin embargo, éste pudo ser identificado como Juan Antonio M. G., un conocido delincuente granadino de 40 años, con antecedentes por robo, amenazas o violencia de género, lo que dio pie a poner en marcha la Operación Jaula.
Arcos fue trasladado al Hospital con una herida de bala que le había perforado la arteria femoral. De urgencia, el agente pasó a la sala de quirófanos donde “tres anestesistas, cuatro cirujanos generales, dos cirujanos vascula- res, tres intensivistas, seis enfermeros y dos auxiliares”, según relató Rafael, uno de los instrumentistas del PTS, intentaron salvarle la vida. No hubo suerte. Arcos falleció a consecuencia de las heridas que le había provocado la bala.
Mientras tanto, sus compañeros habían desplegado un amplio dispositivo en el área metropolitana de Granada. Hicieron falta cinco horas de dispositivo para que la operación diera sus frutos, pero la incansable dedicación de los agentes permitió que la culminasen: sobre las 9:30 horas de la mañana de ayer, el control situado en la rotonda que conecta Huétor Vega con la capital, junto al centro comercial Serrallo Plaza, el autor del disparo era detenido. Los agentes de ese control policial, que pertenecían a una patrulla de Albolote, dieron el alto a la furgoneta blanca en la que viajaba Juan Antonio M. G. y que presuntamente acababa de robar, dando lugar a un arresto que se efectuó bajo la mirada de decenas de granadinos que, en hora punta, circulaban por la zona y capturaron dicho momento.
Tras lo ocurrido, el Ayuntamiento de Huétor Vega convocó a las doce del mediodía un minuto de silencio en memoria del guardia civil fallecido. Hoy se celebrará su funeral en la Catedral de Granada, al que está prevista la asistencia de numerosas personalidades, entre ellas el ministro del Interior, Fernando GrandeMarlaska, el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, y la consejera de Justicia, Rosa Aguilar.
Las fuerzas de seguridad habían recibido el aviso de un robo en un bar cercano