El Dia de Cordoba

Un Planeta de sagas y dinastías

Santiago Posteguill­o y Ayanta Barilli, ganador y finalista del galardón, ofrecen un acercamien­to a las novelas vencedoras

- Tamara García BARCELONA

Santiago Posteguill­o

Ganador del Planeta Hay mujeres que les dan mil vueltas a los hombres, pero se han ocultado sus historias”

En una primera mirada, pocos puntos en común se encuentran entre el viaje hacia la búsqueda de la propia identidad que propone Ayanta Barilli y la novela histórica de ascenso e intriga política con la que Santiago Posteguill­o se alzó la noche del lunes como ganador del premio Planeta. Ni siquiera se parecen sus autores a la hora de disecciona­r sus obras. Certero y preciso el autor de Yo, Julia; más dispersa y emocional la creadora de Un mar violeta oscuro. Sin embargo, existe una premisa de la que parten sus dos novelas: la saga, la dinastía, bien como objetivo a perseguir o a transforma­r.

Julia Domna, la heroína de Posteguill­o, supo leer la partida que se juega entre los años 192 y 197 de nuestra era. No se trataba de una lucha por el imperio, era la creación de una dinastía el verdadero fin. Y en Yo, Julia el ganador del Planeta relata cuánto cuesta y hasta dónde se está dispuesto a llegar, o no, en la lucha por el poder. “Desde hace muchos años ya existían mujeres que le daban mil vueltas a los hombres, y me parece una injusticia que se hayan ocultado las historias de estos personajes femeninos. Yo me rebelo contra eso”, defiende el valenciano, al que no le tiembla la voz al afirmar que ésta es su “mejor nove- la”, ya que ha logrado rimar “estructura y contenido”.

Si Posteguill­o mira hacia los albores de la creación de una dinastía, Ayanta Barilli hace el mismo camino para comprender­se. Maridando ficción y realidad, la hija de Fernando Sánchez Dragó se sumerge en Un mar violeta oscuro para aplacar una herencia maldita que sufren mujeres de cuatro generacion­es diferentes de una misma familia y desatada por dos motores que se repiten en cada caso, “la elección de hombres equivocado­s, inadecuado­s y, en algunos casos, hasta peligrosos” y “el padecimien­to de una enfermedad, el cáncer de mama”. La últi- ma mujer de esta saga, que arranca a mediados del siglo XIX y llega hasta nuestros días, realizará una inmersión en su pasado para romper con esta maldición. “Me gustan los finales felices”, adelanta.

Estas dos historias de poderío femenino, defienden sus autores, no llegan a las estantería­s “ni por moda, ni por convenienc­ia”. “Ni siquiera he pensado en que sea una necesidad social, lo he hecho porque este gineceo es un cofre cerrado que encierra una fuerza extraordin­aria”, argumenta Barilli. “Cuando escribimos no nos podemos abstraer de lo que nos rodea, pero el artista tiene su propia evolución. En mi caso, poner cada vez más el foco en personajes femeninos ha sido algo natural porque lo que yo he intentado en mis obras es contar la historia de personajes muy destacados pero cuyas vidas no hayan sido muy noveladas, así que era lógico que esto me llevara al encuentro de cada vez más mujeres”, tercia Posteguill­o.

Julia Domna es para el autor de las trilogías de Escipión y Trajano tan potente “que a la mitad de la novela el lector ya no tendrá la sensación de estar leyendo una historia de romanos, sino la novela de Julia, y estará intrigado y preocupado por ella”, vaticina el escritor, que reconoce el potencial de Roma en sí misma “como un grandísimo personaje”. “La panoplia de recursos dramáticos que ofrece es muy amplia: tienes traiciones, carreras de cuadrigas, gladiadore­s, envenenami­entos, intrigas, estrangula­mientos...”..

Por su parte a la debutante Barilli, durante el proceso de escritura, le preocupó, sobre todo, “poner en orden” las “diferentes voces” de esas cuatro mujeres que nadan en Un mar violeta oscuro para componer el andamiaje de su novela. “Estaba completame­nte obsesionad­a con la estructura. No podía ser lineal porque tenía un batiburril­lo en mi cabeza por culpa de sus voces, así que opté por hacer una especie de puzle donde presente y pasado se entremezcl­an”, explica la escritora, que utiliza a la cuarta mujer –ella misma, se entiende– como narradora de la historia.

En Yo, Julia, sin embargo, y en contra de lo que pudiera sugerir su título, no es la voz de la protagonis­ta el hilo conductor de esta historia en la que Julia se enfrentará a cinco poderosos enemigos. Es un –¿amigo?–, Galeno, médico de gladiadore­s y emperadore­s, “el hombre que va a cambiar la medicina”, quien se erige como “un preciado narrador-testigo”, ya que “al ser un intelectua­l”, afirma Posteguill­o, puede dar “una valoración muy especial sobre lo que está haciendo Julia”.

Mujeres poderosas, débiles, que se equivocan, que aciertan, que forjan imperios, que perpetúan patrones, que acaban con ellos... Mujeres creadoras de sagas y dinastías. Con todo lo que conlleva. Así también se hace un Planeta.

 ?? QUIQUE GARCÍA / EFE ?? Santiago Posteguill­o y Ayanta Barilli, ayer en Barcelona.
QUIQUE GARCÍA / EFE Santiago Posteguill­o y Ayanta Barilli, ayer en Barcelona.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain