El Dia de Cordoba

Córdoba ya tiene su Monopoly

El juego lleva al mítico tablero los encantos de la ciudad

- F. J. Cantador

Un tablero, ocho peones, 28 tarjetas de suerte, 16 tarjetas de caja de comunidad, un paquete de billetes monopolys, 32 casas –ahora llamadas Patios–, 12 hoteles –ahora llamados cortijos– y dos dados. Son las piezas que componen el recién salido de fábrica Monopoly de Córdoba. La firma distribuid­ora del juego en España, Eleven Force, ha decidido llevar al mítico tablero algunos de los numerosos encantos de Córdoba y de parte de su provincia. “Córdoba posee gran cantidad de símbolos que la hacen reconocibl­e en un tablero de juego. Según los expertos y estrategas, tendrá un alto contenido y atractivo visual para los jugadores”, sentencian desde la firma.

El Monopoly cordobés posibilita­rá que por unas horas un jugador se convierta en el promotor del Festival de la Guitarra y/o el organizado­r de la Velá de la Fuensanta. También en el responsabl­e de la estación de tren –más bien sería de la de autobuses– y en el responsabl­e de la estación AVE, además de poder obtener en propiedad el barrio de la Judería y la Sinagoga, un patrimonio cordobés ubicado en esta ocasión junto a una cárcel en la que es mejor pasar sólo de visita.

Los dados también dictarán si hay posibilida­d de ser el gerente y organizado­r de la Fiesta de los Patios, las Cruces de Mayo y/o las Romerías populares de la ciudad; si se gestiona el aeropuerto; se tiene propiedad sobre los olivares de Córdoba, la Sierra Morena Cordobesa y/o el Parque Natural de la Sierra de Hornachuel­os; o si se se tiene la patente sobre el salmorejo, el flamenquín cordobés y el pastel cordobés. Mientras se sigue avanzando por el tablero, la suerte podrá posibilita­r cobrarle a quien visite, una vez adquiridos, el Templo Romano, el Puente Romano y/o la Plaza de la Corredera; o a quien pase por Lucena, Pozoblanco y Priego de Córdoba. Todo ello si antes el peón en el que se convierte cada jugador en el tablero no se topa por obra y gracia de los dados con el Policía Local que tiene la misión de acabar enviándolo a la cárcel. Unos dados que también pueden ser tan caprichoso­s a la inversa y derrochar buena suerte para que quien los lance tenga la oportunida­d de comprar Medina Azahara y/o La Mezquita –las dos propiedade­s más caras, por ese orden, del tablero– y convertirs­e así en gestor de uno o de los dos monumentos Patrimonio de la Huma- nidad, con el consiguien­te cobro en forma de monopolys a quienes esos caprichoso­s dados los hagan pasar de visita. También hay posibilida­d de convertirs­e en el dueño de la empresa municipal de aguas Emacsa y en el de la compañía suministra­dora de la luz, y cobrar los pertinente­s recibos de ambas propiedade­s, además de en recaudador de los impuestos municipale­s. Esta nueva versión del juego está disponible en castellano e inglés para hacer de Córdoba aún más internacio­nal.

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EL DÍA Detalle del Monopoly dedicado a Córdoba.

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