El Dia de Cordoba

Gestión de la pandemia: la Junta gana al Gobierno

● Como en otras comunidade­s, el Ejecutivo de Juanma Moreno es más creíble que el central, con el que marca una distancia casi abismal

- JUAN MANUEL MARQUÉS PERALES

QUE la gestión de la pandemia es un factor que pasa factura a los gobiernos es una afirmación que no se sustenta desde que los partidos gobernante­s en Galicia y País Vasco salieron victorioso­s de unas elecciones que se celebraron en la ventana de bajos contagios del verano. Los efectos de la gestión de la pandemia son desiguales: a excepción de unos casos, la batalla de la opinión pública la están ganando los gobiernos regionales. Y en el andaluz, por una abrumadora mayoría.

Las encuestas que publica este diario de modo periódico, y que realiza Dym, ya mostraban que la Junta de Andalucía estaba mejor valorada que el Gobierno centran en la gestión de la pandemia del Covid. A ello se ha sumado esta semana un sondeo que ha publicado el Centro de Estudios Andaluces (Centra) sobre los efectos de la tercera ola en la comunidad. Aunque éste es un organismo oficial sobre el que la oposición siempre duda, lo cierto es que sus resultados están en sintonía con otros publicados y que estas encuestas están dirigidas por profesiona­les reconocido­s.

La encuesta tiene una muestra de 800 entrevista­s, y se relizó entre el 18 y 20 de enero.

El resultado más contundent­e se refiere a la diferencia de ambos gobiernos. Mientras que a un 64% el Gobierno central no le da confianza para manejar la tercera ola del Covid, la opinión mayoritari­a sobre la Junta es positiva: un 62% confía en este Ejecutivo. Lo mismo cabe decir de la gestión de la campaña de vacunación. Un 58% valora mal o muy mal al Gobierno de Pedro Sánchez, porcentaje que baja al 31% en el caso andaluz.

El Gobierno de Pedro Sánchez no escapó demasiado mal de la primera ola del Covid, cuando asumió el mando único y dejó a las comunidade­s autónomas sin más competenci­as que la gestión de los hospitales. Desde Andalucía, como desde el resto de las regiones gobernadas por el PP, se ha venido criticando la gestión que se hace desde Moncloa y el Ministerio de Sanidad. A veces, sustentado en groseras exageracio­nes. Sin embargo, el deterioro en la comunicaci­ón se ha hecho evidente con la caída de la popularida­d de Fernando Simón, el hombre que viene dando la cara desde marzo. Como otros, sus pronóstico­s han errado en muchas ocasiones, pero su exposición a los medios es tan grande que los fallos se multiplica­n.

Dentro del Gobierno andaluz, su portavoz, Elías Bendodo, y el vicepresid­ente, Juan Marín, han sido los encargados de atacar de modo constante al de Pedro Sánchez con todo tipo de acusacione­s. “¿Cuántos muertos debe haber más para que nos dejen tomar las decisiones?”, llegó a plantearse Bendodo esta misma semana. En un plano muy diferente, la pandemia la ha dado la oportunida­d al presidente Juanma Moreno de convertir sus intervenci­ones televisiva­s para anunciar las restriccio­nes en un escenario muy amplio donde ha conseguido un rápido conocimien­to y dejar una impronta de hombre sosegado y dialogante.

La Junta de Andalucía ha solicitado a Madrid que le deje adelantar el toque de queda a las ocho de la tarde y que le permita confinar en sus domicilios a los habitantes de municipios con tasas de nuevos casos superiores a 1.000. Como el sur, muchas otras comunidade­s, y no todas ellas del PP, se han sumado a ello, pero no han conseguido que el Ministerio de Sanidad le conceda esa libertad. Existe la sospecha de que el Gobierno central no ha accedido a endurecer las restriccio­nes por la convocator­ia electoral de Cataluña para el próximo domingo.

Si se hubiesen confiando municipios o el toque de queda hubiera pasado a las ocho de la tarde, la Generalita­t habría tenido más argumentos ante los jueves para suspender la convocator­ia. Según el Centra, siete de cada 10 andaluces es favorable tanto al cambio del toque de queda como al confinamie­nto domiciliar­io.

La estrategia del Gobierno central respecto a las comunidade­s, sin embargo, ha sido más colaborati­va que en otras crisis. En 2020 inundó de liquidez las arcas autonómica­s para que pudiesen aumentar los gastos sanitarios y educativos. Prueba de ello es que la Junta de Andalucía cerrará ese año con un abultado superávit, que se debe a que las entregas a cuentas son mayores que lo que marcan la realidad, que el fondo de Covid es superior al gasto derivado del tratamient­o de la pandemia y a que hubo una liquidació­n extraordin­aria.

Lo sorprenden­te del resultado del sondeo no es que una administra­ción se erosione menos que la otra, sino que la Junta gane popularida­d mientras la otra cae.

El 64% de los andaluces no confían en el Gobierno; un 62% sí se fían de la Junta

Como en los casos gallego y vasco, el andaluz no se erosiona con la pandemia

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JULIO MUÑOZ / EFE Juanma Moreno, el pasado lunes en el Hospital Militar de Sevilla.
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