El Adesal, al límite por el impago de las ayudas públicas
“Estamos en riesgo de no poder acabar la temporada”. Ese es el grito de auxilio que ha lanzado el Adesal, club cordobés que milita en la máxima categoría del balonmano femenino nacional, la llamada Liga Guerreras Iberdrola, ante lo que consideran una situación límite por el incumplimiento de “los compromisos adquiridos” por las distintas instituciones. Un problema sobrevenido a mitad del curso que ha dejado a la entidad fuensantina, en palabras de su presidente, Francisco Castillo, prácticamente “sin liquidez” siquiera para poder competir en igualdad de condiciones con el resto de rivales.
De hecho, el Adesal juega hoy en Granollers un partido aplazado de la jornada 8 y partió anoche en autocar hacia tierras catalanas ante la imposibilidad de hacer frente al gasto de un hotel, con el viaje de vuelta programado nada más finalizar el choque, una situación del todo alejada a la que se espera de un club que vive en la División de Honor. El lunes recibirán al Elche, pero para la final ante el Morvedre valenciano –equipo con el mismo objetivo de la permanencia– del siguiente fin de semana “no sabemos ni cómo vamos a poder realizar el desplazamiento”, recuerda el dirigente.
“Tenemos un serio problema de liquidez”, insiste Castillo, que achaca al retraso continuado en plasmar negro sobre blanco “los compromisos adquiridos” por las distintas instituciones tras el ascenso a la Liga Guerreras Iberdrola del pasado verano el “serio problema” que amenaza con ahogar al club. “No sabemos si podemos contar con ese dinero o no, aunque está contabilizado en el presupuesto”, continúa el mandatario, sabedor de que las cuentas a mitad de campaña empiezan a no salir por esos incumplimientos y de que “las ayudas luego serán tarde, porque al club lo meten en un problema”.
El equipo, que juega hoy en Granollers, viajó anoche en autocar para ahorrar