Un paciente provoca un incendio en el hospital Puerta del Mar de Cádiz
● Las llamas, rápidamente sofocadas por los bomberos, obligaron a desalojar dos de las plantas Covid del centro gaditano
El hospital Puerta del Mar de Cádiz tembló ayer como lo hizo hace ahora treinta años, cuando un incendio en los sótanos del edificio obligó a desalojar el centro sanitario de referencia de la provincia gaditana. En esta ocasión, afortunadamente, el fuego fue rápidamente controlado por los bomberos, lo que evitó males mayores. Pero el susto quedó en muchos de los presentes que ya habían vivido el siniestro de hace tres décadas.
El fuego se inició en una habitación de la sexta planta, donde se encuentra el área de digestivos, aunque la zona afectada está ahora ocupada por enfermos de coronavirus. Fuentes policiales y sanitarias indicaron que el incendio fue intencionado, presuntamente provocado por el enfermo que estaba ingresado en la habitación 655, donde se inició el fuego. El supuesto autor del suceso fue localizado en la séptima planta del centro médico. Agentes de la Policía Nacional, de la Brigada de Seguridad Ciudadana debidamente protegidos con los pertinentes trajes EPI, lo detuvieron y lo trasladaron hasta una ambulancia medicalizada entre grandes medidas de seguridad. Fue internado en el Clínico de Puerto Real.
Detectado el fuego no tardaron en llegar varios vehículos del servicio de bomberos, junto a patrulleros de la Policía Nacional y Local y de Protección Civil.
La habitación donde se inició el siniestro se ubica junto a la escalera de incendio del ala del hospital más cercana al edificio Vistahermosa, lo que sin duda facilitó el acceso más rápido a los bomberos y que éstos pudiesen dominar el fuego con cierta rapidez. Y todo a pesar de las impactantes imágenes que producían las llamas calcinando la habitación. Las autoridades no informaron de si se habían producido más daños en otras estancias más allá de la habitación vecina.
Rápidamente el personal sanitario de servicio en la sexta planta comenzó el desalojo de los enfermos internados en las restantes habitaciones. También se desalojó la séptima planta como medida de seguridad. La rapidez de la actuación evidentemente dejó a un lado la seguridad de los mismos sanitarios a la hora de protegerse en el traslado de estos pacientes, en un zona habilitada al Covid. Todo ello evitó que se produjesen daños personales.
Junto a la reubicación de los enfermos, la preocupación del equipo directivo del centro fue evitar que el humo se expandiese por todo el hospital gaditano.
Ante la posibilidad del desalojo de otras plantas del centro médico, el SAS habilitó una planta del hospital de San Carlos en San Fernando. Igualmente, centros sanitarios privados de la capital ofrecieron sus instalaciones, así como el cercano colegio de San Felipe Neri.
Desde el primer instante el director del hospital, Sebastián Quintero, coordinó todas las operaciones tendentes a mantener el funcionamiento del hospital, a la vez que actuaban los bomberos.
A la zona llegó la delegada de la Junta en Cádiz, Ana Mestre, que destacó que al producirse el incendio en una zona Covid siempre era más complicado de actuar, lamentando que se afectase “a gente (internada en el hospital) que necesita ahora ayuda”.
En el corrillo que se formó junto a la delegada, Sebastián Quintero lanzó un suspiro: “¡Qué más nos puede pasar!”, tras el esfuerzo que está realizando todo el personal del Puerta del Mar desde el inicio de la pandemia. El propio Quintero ya trabajaba en el Puerta del Mar hace treinta años, cuando se produjo el incendio que obligó a su cierre.
Mestre pudo acceder al hospital para inspeccionar, con los controles obligados, las plantas del centro médico. El Ayuntamiento mandó a un técnico de Urbanismo para valorar si se habían producido daños estructurales en el edificio.
Lo cierto es que, frente a las imágenes de hace treinta años, con las ambulancias colapsando la Avenida, los enfermos en sus camas o en camillas en plena calle para ser desalojados, tras el susto inicial, se logró retornar a una nerviosa tranquilidad en muy poco tiempo, pues el resto de las dependencias del Hospital nunca dejaron de funcionar.
Entre el personal sanitario que se encontraba en la vía pública algunos vivieron el primer incendio. Todos destacaban la diferencia entre un siniestro y otro, “pues el de 1991 se produjo en los sótanos del hospital y rápidamente se extendió, el humo, por todas las plantas, lo que nos obliga a un desalojo urgente que, afortunadamente, en esta ocasión no ha sido posible”.
En esta ocasión pasadas las nueve de la noche estaba absolutamente controlado y poco a poco se recuperó la tranquilidad en la zona.
El fuego se inició en una habitación de la sexta planta, área de los pacientes de digestivo