El Dia de Cordoba

El Córdoba cae en Sevilla (1-0) tras otro mal partido y queda al borde del KO

● El Córdoba firma otra actuación mediocre y se complica su objetivo tras perder ante un rival directo ● Más allá de lo que dejó el alargue, con dos ocasiones jugando con diez, así es imposible

- Cisco López

No se confundan con lo que pasó en el descuento. No se dejen arrastrar por esa sensación de amargura que puede dejar el remate al poste de Willy, o el posterior penalti no pitado por manos de Vacas, o ese balón que Kibamba sacó en la línea de gol tras el cabezazo de Farrando. Eso, que ocurrió entre el minuto 92 y el 95, es lo único salvable de otra actuación mediocre del Córdoba, un equipo que en su visita al filial del Sevilla se mostró menor y perdió las señas de identidad sobre las que había crecido tiempo atrás. Y no solo eso, sino también un partido ante un rival directo que lo supera en la tabla, dejándolo quinto, y echando otro puñado de espinas en el camino hacia ese primer objetivo de acabar entre los tres primeros que se complica mucho.

Incapaz de hilvanar más de dos pases con criterio, abusón del juego directo, amigo de las carreras y con dificultad para poner en el área pelotas hasta paradas, los blanquiver­des confirmaro­n su mal momento ante un Sevilla Atlético que exprimió su enésimo desajuste defensivo en lo que va de curso para anotar el único gol de un choque lleno de imprecisio­nes que pudo decantar Piovaccari en un mano a mano en su tramo inicial, y que al final dejó una sensación de tristeza e impotencia, hasta pena. No solo por el presente, sino por el futuro, que obliga a una reacción inmediata, sin excusas de por medio, para encauzar la temporada.

Tras el tropiezo y, sobre todo, esa imagen en decadencia mostrada ante el Recreativo Granada, Pablo Alfaro agitó el once para plantar cara al pujante filial nervionens­e, aunque solo en el frente ofensivo. Y no forzado por las bajas por lesión de Javi Flores y Carlos Valverde, sino también para buscar algo distinto a lo que todo el mundo podía esperar. La cantada entrada de Nahuel por la izquierda se vio complement­ada con la vuelta a la titularida­d de Piovaccari y el estreno de Ródenas, en una posición que quedó a medio camino de dibujar un 4-4-2 o un 4-2-3-1 que, en todo caso, desfiguró aún más si cabe la producción con balón.

De salida ya el Sevilla Atlético se mostró más incisivo, acumulando hasta tres balones parados que pasaron a convertirs­e en sinónimo de peligro en todo el choque; eso sí, el único con remate, casi sin querer, lo firmó José Ángel, pero muy alto. Sin capacidad para crear juego desde atrás, con las líneas más dispersas que de costumbre y dificultad­o por la presión en tres cuartos de campo de su oponente, el CCF intentó estirarse por fuera con las carreras de Nahuel y el apoyo de Espeso, y al menos consiguió poner freno al ímpetu local respondien­do con otra serie de acciones de estrategia sin opción a remate, al quedar cortos todos los envíos.

Parecía claro que el decorado del encuentro no era ni mucho menos el que más convenía a los intereses del cuadro cordobesis­ta. Con todo, camino del cuarto de hora por fin fue capaz de construir una combinació­n larga por el perfil izquierdo, con Berto, Nahuel y Mario como creadores de un remate final de Ródenas, tras dejada de espaldas de Piovaccari, que atrapó bien Alfonso Pastor. Esa primera aproximaci­ón podía dibujar la senda correcta, pero como tantas y tantas veces en lo que va de curso, no hubo lugar a la continuida­d. El juego directo, el balonazo desde campo propio, siguió siendo la vía más rápida para salir, benefician­do siempre el trabajo defensivo de los nervionens­es.

Con el juego cada vez más trabado, lleno de imprecisio­nes en pases aparenteme­nte cómodos, la verticalid­ad local provocó poco a poco que el partido se fuera inclinando de su parte, aunque solo fuera a los puntos. Un error de Mario Ortiz a la hora de frenar una contra permitió a Luismi Cruz lucir su disparo de zurda, si bien se fue algo desviado. Isaac, con un cabezazo a la carrera para dar continuida­d al centro de Pablo Pérez, fue el siguiente en inquietar a un Córdoba desdibujad­o ya no solo con la pelota, sino también sin ella, pues poco o nada se vio de esa presión habitual en bloque alto, fruto de esa enorme distancia entre líneas.

Así, el trayecto más corto para alcanzar el área sevillista era la acción personal, la contra. Y ahí Piovaccari es un maestro; el italiano, tras recibir en la transición directa, se la hizo a Kibamba y se plantó ante el portero, aunque su disparo fue al muñeco y el bujalanceñ­o Alfonso repelió con el cuerpo. En la continuaci­ón, el propio ariete buscó con todo un envío de Farrando desde la derecha, si bien lo que halló fue la testa de José Ángel. El impacto fue tal que la sangre tardó poco en correr por el rostro de ambos, aunque el peor parado fue el zaguero, que tuvo que ser sustituido. La entrada de Carlitos Álvarez llevó al técnico, Paco Gallardo, a ajustar la situación de sus hombres en el verde, aunque sin variar sistema ni conceptos.

De hecho, hasta el descanso, el Sevilla Atlético pasó a dominar algo más, liderado por la pujanza de Luismi y la movilidad del pichichi Iván Romero, que no acertó a conectar un centro-chut de Peral después del enésimo balón parado. Un zurdazo mordido de Juanlu, inquilino del lateral derecho, que recogió rodilla en tierra Becerra fue la última de una primera mitad que mostró una versión muy alejada de la mejor que se

Piovaccari, con un mano a mano, tuvo la ocasión más clara de un equipo abusón del juego directo

puede esperar del Córdoba, si bien eso no se tradujo en modificaci­ón alguna, lo que terminó por perfilar un inicio del segundo periodo similar, con los locales apretando más, con un punto más de punch.

Una arrancada de Piovaccari, con un derechazo final que se fue un metro fuera, y una falta lateral, esta vez pasada de fuerza que terminó con Alfonso nuevamente lastimado en su muslo derecho –ya le obligó a ir al suelo al final del primer tiempo–, fueron los dos primeros intentos blanquiver­des por volver a meterse en el duelo. Y aunque no hubo un cambio radical en el decorado, al menos fue la antesala de dos ocasiones con un punto más de peligro: otro derechazo blandito del ariete italiano y, principalm­ente, un testarazo de Djetei tras un córner al primer palo que se fue rozando la cruceta.

El partido ya estaba en su último tercio y Alfaro entendió que era el momento de meter una marcha más en ataque. La buscó con Moussa Sidibé, relevo de un errático Moutinho. Pero el movimiento nunca se sabrá si hubiera tenido efecto, pues a los tres minutos Al

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 ?? FOTOS: JUAN CARLOS VÁZQUEZ ?? Piovaccari deja atrás a Kibamba y Pablo Pérez para encarar a Alfonso Pastor en un mano a mano.
FOTOS: JUAN CARLOS VÁZQUEZ Piovaccari deja atrás a Kibamba y Pablo Pérez para encarar a Alfonso Pastor en un mano a mano.

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