El Dia de Cordoba

Siete días con Laporta, cinco años sin Cruyff

● El regreso al poder del que fuera presidente reaviva la memoria del gran mito holandés en el Barcelona

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Bruno Fortea (Efe)

En el acto de investidur­a del pasado miércoles, el nuevo presidente del Barcelona, Joan Laporta, evocó la frase “Solo Dios sabe lo que ha costado llegar hasta aquí”, que pronunció en 1999 la leyenda azulgrana Johan Cruyff, antes de un partido de homenaje al Dream Team en el Camp Nou.

Ambos sabían de lo que hablaban. Laporta ha tardado 11 años en recuperar la presidenci­a del Barça tras haber dirigido el club entre 2003 y 2010, mientras que Cruyff, una vez terminó su etapa como entrenador en 1996, también tuvo que esperar hasta tres años para regresar al Camp Nou, el 10 de marzo de 1999.

Ese día, profirió la frase que Laporta reprodujo en su toma de posesión. Fue en motivo de un partido de homenaje que enfrentó a la plantilla del Barcelona contra un combinado de jugadores del Dream Team, el apodo que recibió el equipo de ensueño capitanead­o por Cruyff a principios de la década de 1990.

Entre 1991 y 1994, este conjunto ganó cuatro Ligas consecutiv­as y, en la temporada 1991-92, también logró la primera Copa de Europa del Barcelona. Entre otros, Cruyff tuvo bajo sus órdenes a futbolista­s como Pep Guardiola, Michael Laudrup, Hristo Stoichkov o al actual entrenador del Barça, Ronald Koeman.

A pesar de todos los éxitos cosechados, Cruyff fue destituido en 1996 por decisión del entonces presidente, Josep Lluís Núñez. Aquel controvert­ido cese marcó un punto y aparte en la historia del Barça, porque dividió al club en dos familias enfrentada­s entre si: los cruyffista­s y los nuñistas.

El partido de homenaje de 1999 fue una tregua festiva que se dieron ambos bloques para ensalzar las gestas del Dream Team y, en especial, reconocer la importanci­a de la figura de Johan Cruyff para la identidad y la historia del Barça.

Precisamen­te, hoy miércoles se cumplen cinco años del fallecimie­nto de Cruyff, el 24 de marzo de 2016, a consecuenc­ia de un cáncer de pulmón. Un lustro después de su muerte, la memoria del mítico jugador y entrenador aún sigue viva en el Barça, y más aún después del regreso de Laporta al frente de la entidad.

Laporta siempre ha reivindica­do su espíritu cruyffista, no solo a lo largo de esta campaña electoral, sino también durante su anterior etapa como máximo dirigente del club.

Tanto que, antes de abandonar el cargo en 2010, incluso nombró a Cruyff presidente honorífico de la entidad, al considerar que su estilo de fútbol total, basado en el control de la posesión del balón, fue lo que inspiró los triunfos del Barça de Guardiola.

Sin embargo, ese mismo año hubo elecciones. Ganó Sandro Rosell, un candidato al cual, justamente, Núñez mostró su apoyo. Desde su llegada, Rosell cuestionó la presidenci­a honorífica de Cruyff porque, según él, era un título que no estaba recogido en los estatutos del Barcelona.

Para zanjar el tema, el propio Cruyff decidió acudir a las oficinas del club para devolver la medalla de honor. “Parece que soy una molestia”, afirmó ese día. Ahora, una vez investido presidente, Laporta pretende retomar la herencia de Cruyff para guiar su gestión al frente del Barça, con el reto inmediato de reimpulsar La Masía.

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