El Dia de Cordoba

Huertos urbanos junto al Guadalquiv­ir

● Los vecinos del barrio Guadalquiv­ir fundaron hace seis años Hortecor, una asociación que pone a disposició­n 102 huertos para que gente aficionada o necesitada trabaje sus tierras de manera ecológica

- Alejandro Balsera

Vecinos del Distrito Sur se encargan de cultivar 102 pequeñas parcelas

En el barrio Guadalquiv­ir, entre el Cordel de Écija y el río, se encuentran los huertos de Hortecor, una asociación sociocultu­ral ecológica de Córdoba que cuenta con 102 parcelas de tierra cultivable disponible para trabajar. En este espacio, Hortecor lleva a cabo una labor social y sociocultu­ral en la que pone estos huertos gratuitos a disposició­n de todo aquel que esté interesado en plantar su cosecha. Normalment­e, estos terrenos van destinados a gente mayor que necesita tener actividade­s en su tiempo libre o a personas en situación de desempleo con el objetivo de que lleven alimentos a sus hogares.

Sin embargo, la asociación cordobesa no solo cumple con esa labor, sino que también es un espacio multicultu­ral donde hay parcelas que las trabajan, por ejemplo familias asiáticas y marroquíes, e igualmente, las conforman personas de todos los lugares de Córdoba

Muchos de los productos que cosechan los miembros de la asociación los donan a gente que las necesita. De ahí la función social que ejerce “humildemen­te” Hortecor. Por ejemplo, Ana María Roldán, integrante de la asociación desde que esta fue fundada, siempre regala hortalizas a su vecina, “que tiene bastante necesidad por su situación laboral”.

De hecho, Hortecor también cuenta con varios huertos destinados a colegios, que son utilizados como medio de enseñanza del mundo rural a los más pequeños, y a organizaci­ones que hacen su propia labor social.

Pero Hortecor no es ningún estilo de comuna, ya que funciona con una junta directiva propia compuesta por un presidente, un vicepresid­ente, un secretario, un tesorero y seis vocales. Entre todos, se encargan de que se cumpla la normativa de la comunidad, que tiene como obligación que todos los productos con los que se trabaja sean ecológicos, sin usar fertilizan­tes químicos, y que está prohibido vender cualquier producto de la cosecha. Esta directiva también es la encargada de construir los establecim­ientos con los que Hortecor cuenta, cuya garita, vallas e incluso cuarto de baño común está construido con palets.

Y es que, el orden en los terrenos impera ante todo, pues los huertos están cada uno enumerado y dividido en tres secciones. Todos los huertos están hechos con una dimensión de 60 metros cuadrados y otros, que los llevan varias familias o asociacion­es, ocupan 120 metros cuadrados.

Además, cada individuo dispone de su maquinaria particular y trabaja su huerto con total libertad, y a la hora de regar sus cultivos, hay un pozo que alimenta a todos los huertos. De hecho, también tiene su normativa particular, pues un huerto no puede exceder los 180 goteros de riego, mientras que los huertos unifamilia­res cuentan con 120 goteros como máximo.

La historia de Hortecor es un símbolo de pasión por llenar de ocio y naturaleza a los más necesitado­s. Los terrenos donde esta asociación sin ánimo de lucro lleva a cabo su función pertenecen a la Junta de Andalucía y fueron cedidos de manera gratuita a los vecinos del Sector Sur “tras más de diez años de lucha con las administra­ciones”.

No obstante, la asociación no recibe ningún tipo de ayuda ni subvención por ninguna parte, ni siquiera para utensilios, semillas o para recuperar pérdidas en caso de robo o estropicio. “Hace un tiempo sufrimos un robo importante, donde nos dejaron sin pozo, sin muchas herramient­as y con huertos saqueados, pero no podemos permitirno­s vigilancia porque aquí no llega ningún di

“La norma es que todo sea 100% ecológico sin uso de ningún tipo de fertilizan­te químico”

nero”, denuncia Manuel Hens, actual presidente de Hortecor.

Y eso que Hortecor está inscrito en todos los trámites legales, pero, como afirma Antonio Cortés, vicepresid­ente, no son escuchados por las institucio­nes. “Por ejemplo, además de no recibir ayudas, no nos ponen contenedor­es o no nos facilitan cosas tan sencillas como un botiquín”, dice el secretario Francisco Relaño.

El único dinero que recibe la dirección de Hortecor es la de cinco euros mensuales que cada individuo aporta de manera solidaria con el fin de cubrir gastos de gasolina y desbrozado­ras de mantenimie­nto de las tuberías de riego. “Estamos luchando para que la asociación se coloque en algún lugar visible para las administra­ciones y así poder solicitar ayudas”, señala Antonio Córdoba, expresiden­te y miembro número uno de la asociación.

Precisamen­te, desde Antonio Córdoba hasta los últimos integrante­s que han llegado a formar parte de la asociación, todos tienen una historia que les acompaña en el día a día de sus cultivos. Por ejemplo, Francisco José de Dios es uno de los actuales integrante­s más activos de Hortecor. Francisco, a causa de una enfermedad está prejubilad­o y eso le permite dedicar todo su tiempo libre al huerto y así aportar “alimentos ecológicos en casa”.

El huerto donde este miembro trabaja lo llevan cuatro familias. Allí plantan acelgas durante todo el año, habas, colif lor, brócoli, romanesco, col, calabacín, tomate, pimiento, cebolla, lechuga y una infinita cantidad de hortalizas y verduras destinadas al consumo propio.

Antonio Tendero es vecino del Polígono Guadalquiv­ir y lleva cuatro años como miembro de la asociación debido a su “amor por el campo desde pequeño”. Su parcela la tiene organizada por bancales que ha construido él mismo y donde planta lechugas, ajos, habas, coles, romanesco, espinacas, acelgas y un sinfín de hortalizas comunes del la época.

En septiembre de 2020 se realizó el último sorteo hecho hasta ahora, donde quedaron libres 15 huertos que se sortearon ante una gran demanda de personas.

“Me tocó hacerme con un huerto tras este sistema democrátic­o y ya llevo dos meses en los que puedo disfrutar de comer alimentos totalmente naturales, además me siento muy gratificad­o cuando de una semilla crece un vegetal”, explica Ángel Ortiz, uno de los nuevos integrante­s de la asociación.

Un caso especial es el de Raúl Salas, que también se hizo miembro en el último sorteo realizado. En su situación, suele disfrutar del huerto junto a su familia. De hecho, para Raúl es especial, ya que en el huerto es cuando puede pasar rato con su padre y enseñar a sus hijas cómo se trabaja la naturaleza. “Estaba parado y ahora que tengo trabajo, vengo los fines de semana, pero estuve esperando el sorteo más de ocho meses”, menciona el integrante.

Entre tomates, calabacine­s, acelgas y una infinita variedad de hortalizas y verduras se fragua una comunidad especial como Hortecor, que trabaja por la integració­n de las personas, el entretenim­iento de los ancianos y la labor social desde la máxima humildad de un grupo de vecinos del Polígono Guadalquiv­ir.

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MIGUEL ÁNGEL SALAS
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REPORTAJE GRÁFICO: MIGUEL ÁNGEL SALAS 1
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Francisco José de Dios muestra contento varias hortalizas recogidas.
 ??  ?? 4 1. El integrante de Hortecor Antonio Tendero trabaja en su avanzado huerto, que está protegido por bancales. 2. El miembro de Hortecor Ángel Ortiz, junto a su familia, trabaja la parcela de su huerto adquirido hace algo más de dos meses. 3. El miembro de Hortecor Raúl Salas labra con la pala la tierra de su cultivo. 4. Familia integrante de Hortecor recoge algunos de los productos cosechados en el cultivo. 5. Ana María Roldán, miembro de la asociación, trabaja su huerto a la espera de recoger algunas hortalizas. 6. Familia al completo labra la tierra y monta vallas en una de las parcelas de Hortecor.
4 1. El integrante de Hortecor Antonio Tendero trabaja en su avanzado huerto, que está protegido por bancales. 2. El miembro de Hortecor Ángel Ortiz, junto a su familia, trabaja la parcela de su huerto adquirido hace algo más de dos meses. 3. El miembro de Hortecor Raúl Salas labra con la pala la tierra de su cultivo. 4. Familia integrante de Hortecor recoge algunos de los productos cosechados en el cultivo. 5. Ana María Roldán, miembro de la asociación, trabaja su huerto a la espera de recoger algunas hortalizas. 6. Familia al completo labra la tierra y monta vallas en una de las parcelas de Hortecor.
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