El triple desafío en Tamaraceite
● Los cordobesistas deben mejorar sus prestaciones en un escenario peculiar fortificado por su ‘dueño’
El Córdoba arranca este domingo ese camino de espinas en el que ha convertido su segunda fase de la temporada, en la que parte con el único objetivo de conseguir la permanencia en la tercera categoría nacional o, lo que es lo mismo, amarrar uno de los billetes aún sin dueño para la futura Primera RFEF. Los blanquiverdes inician esta singular andadura en Las Palmas de Gran Canaria, donde tendrán que superar no pocos retos en el duelo que les espera ante el modesto Tamaraceite (Juan Guedes, 13:00, hora peninsular).
El primer desafío, y quizás el mayor de todos, que tiene el Córdoba ante sí es trasladar al verde, de una vez por todas, la teórica superioridad sobre sus rivales a tenor del presupuesto, los nombres, la historia... De momento, en los 18 partidos que han conformado la primera fase del curso, el CCF no ha dominado, menos aún desde la posesión, “más de dos, tres o cuatro partidos, y a ratos y de forma muy intermitente”, como indicó Carlos Valverde el pasado domingo en una entrevista en el Día.
Pero todo lo que no sea empezar por ahí será poner más piedras hacia la consecución del objetivo. Porque más allá del “fracaso”, en el que todos coinciden, que ha supuesto quedar apartado de la pelea por el ascenso a Segunda División en marzo, a las primeras de cambio, no entrar en la Primera RFEF sería una “hecatombe”, lo más parecido a un drama que a buen seguro tendría consecuencias importantísimas en el proyecto de Infinity, ya muy tocado.
La semana de reflexión tras el revés ante el Betis Deportivo ya reflejó la apuesta por Pablo Alfaro, no sin dudas. Y por tanto debe ser ahora el técnico, junto al resto de jugadores, los que se encarguen de disiparlas desde el primer minuto de este purgatorio de segunda fase que el Córdoba comienza con desventaja, lo que reduce mucho su margen de error. Es tercero, con los mismos 27 puntos que el Tamaraceite, a uno de la Balompédica Linense y con tres menos –y el goal average– que el Sevilla Atlético.
Esa tarea inicial de mostrarse como un grupo sólido y ganador es la única que depende, exclusivamente, de los blanquiverdes, que luego tendrán ante sí otros retos ya ligados al rival. El primero queda representado por lo que es el Juan Guedes, un escenario peculiar, de césped artificial no en muy buen estado, que pasa por ser el hogar del modesto cuadro canario. Para adaptarse a esa superficie, la plantilla trabajará, en principio de jueves a sábado, en las instalaciones municipales de Miralbaida, pues son las que más se parecen al estadio insular, de ahí que quedaran descartados los campos sintéticos de la Ciudad Deportiva.
Bien hará el Córdoba en coger medidas y tacto, aunque luego toque una ligera aclimatación ya en la previa del choque, porque el Tamaraceite ya ha dejado muestras más que sobradas de su fortaleza de local en sus primeros meses como equipo de Segunda B. Baste un dato que va más allá de sus números en lo que va de curso (cinco victorias, tres empates y una derrota), pues hasta que en el cierre de la primera fase cayó en el derbi con el filial de Las Palmas (0-2), el equipo de Chus Trujillo acumulaba 17 partidos sin caer en su feudo.
Desde el 9 de noviembre, cuando perdió a manos del Tenisca en Tercera División (1-3), el Tamaraceite enlazó nueve triunfos antes de la suspensión de todo el fútbol nacional por la pandemia. Ya tras conseguir dar el salto de categoría, arrancó con un empate ante el San Fernando al que siguieron cinco victorias (Marbella, Cádiz B, Recreativo, Balona y Marino), antes de encadenar dos igualadas más ante el Algeciras y el Sanluqueño. Luego llegó el tropiezo ante Las Palmas B, por lo que recibirá al Córdoba tras tres partidos sin ganar de local, todo un hito.
Porque si alguien sabe adaptarse a ese césped artificial remozado en 2014, cuando se descubrió el mural en honor a Juan Guedes, y muy deteriorado, que condiciona todo el juego, es lógicamente el Tamaraceite, el primer rival en esta segunda fase llena de trampas de un CCF que tiene que empezar a derribar obstáculos para no quedarse fuera de la carrera. Los retos están para superarlos, y más cuando hay tantos detalles detrás que convierten ese paso en obligación.