Córdoba vive en alerta roja por tercer día debido a la calima
● Los tres observatorios de la ciudad, en la Asomadilla, la avenida Al-Nasir y Lepanto, avisan de la alta concentración de partículas
El Ministerio para la Transición Ecológica mantuvo el Jueves Santo por tercer día la alerta roja en Córdoba capital debido a la mala calidad del aire como consecuencia de una masa de aire cargada de polvo sahariano que ha cruzado el Mediterráneo y descansa sobre el Valle del Guadalquivir. La calima deja cielos oscuros en el horizonte y es fácil distinguir sobre los tejados de la ciudad.
El color rojo equivale a una situación “desfavorable” y es el cuarto de los seis niveles de gravedad con los que el Ministerio mide la calidad de las micropartículas en el aire. El color marrón equivale a una situación “muy desfavorable” y el morado, a “extremadamente desfavorable”. En igual estadío que Córdoba se sitúan Sevilla, Huelva, Málaga, Granada o Jaén, mientras que la localidad gallega de Oural es la única ciudad clasificada con el color morado, es decir, “extremadamente desfavorable”.
Transición Ecológica recuerda que en España son habituales las intrusiones de polvo sahariano, que provocan un incremento de los niveles de material particulado. En estas circunstancias, “toda la población puede experimentar efectos negativos sobre la salud y los grupos de riesgo, efectos mucho más serios”.
Este Jueves Santo, los tres observatorios que midieron la calidad del aire en Córdoba capital avisaban de niveles “desfavorables” debido al nivel de PM10, es decir, de partículas en suspensión. Se ubican en la Asomadilla, la avenida Al-Nasir y Lepanto; esta última es la que presentaba los peores datos. Las recomendaciones para la salud para la población general incluyen reducir las actividades prolongadas y enérgicas al aire libre, especialmente si se experimenta tos, falta de aire o irritación de garganta. Los grupos de riesgo y personas sensibles deben mantenerse en el interior o posponer las actividades al aire libre para cuando la calidad del aire sea buena o razonablemente buena.
Los aerosoles que forman la calima están constituidos por pequeñísimas partículas de polvo mineral, de origen natural (el desierto del Sahara en el caso que nos ocupa), cuyos diámetros están comprendidos en su mayoría entre las 10 y las 2,5 micras (una micra es la milésima parte de un milímetro). Este particulado fino se conoce como PM10 y tiene la capacidad de penetrar por las vías respiratorias.
Ante un episodio de esta magnitud, el uso de mascarillas, particularmente las FPP2, que ahora –debido a la pandemia– se usan en el día a día, son una buena medida preventiva, según los expertos.