Bulgaria afronta una difícil formación de Gobierno tras los comicios
Bulgaria, el país más pobre de la UE, afronta una muy difícil formación de Gobierno tras las elecciones ganadas el domingo, aunque con pérdida de apoyo, por el primer ministro, el populista Boiko Borisov, y marcadas por la irrupción de partidos protesta reacios a pactar con las fuerzas tradicionales.
Borisov logró ganar sus quintas elecciones consecutivas desde 2009 pese a la mala gestión de la pandemia, las acusaciones de corrupción y el hartazgo de muchos búlgaros hacia un sistema político y social que ven en manos de una pequeña oligarquía.
Con el 87% de las papeletas escrutadas, su conservador Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) logró el 26% de los apoyos y, según cálculos no oficiales, 69 de los 240 escaños del Parlamento, 26 menos de los que tenía.
Este resultado, el peor del GERB desde que Borisov lo fundó en 2006, y la anunciada negativa a pactar con él de cuatro de los otros cinco partidos que entrarán en el Parlamento le ponen muy difícil poder formar Gobierno.
Borisov se dirigió la noche del domingo a todos los partidos a través de Facebook para “ofrecer la paz” y proponer un Ejecutivo tecnócrata de unidad que dirija el país hasta finales de año y gestione la crisis de la pandemia, que afecta muy duramente al país.
Si el GERB ha sido el ganador matemático, el gran triunfador de los comicios fue Existe Tal Pueblo, un partido surgido de las protestas antigubernamentales del pasado verano y que en su primera carrera electoral quedó segundo, con el 18% y 47 escaños.
Su líder es Slavi Trifonov, un cantante y ex presentador de un popular programa de sátira política que ha lanzado un mensaje populista contra la corrupción, el clientelismo político y la oligarquía con la que identifica al GERB y al Partido Socialista, las fuerzas que han dominado la política búlgara la última década.
Los nuevos partidos protesta son reacios a pactar con las fuerzas tradicionales