El Dia de Cordoba

Un mano a mano con la Balona

● La primera jornada de la segunda fase aleja de las dos primeras plazas a tres equipos y convierte los duelos ante el conjunto de La Línea en dos finales sin margen de error para el CCF

- Rafael Cano

Aún restan cinco jornadas por delante, pero todo hace indicar que el Córdoba CF se jugará su presencia en la Primera RFEF la próxima temporada en un mano a mano con la Real Balompédic­a Linense, conjunto al que precisamen­te recibe este próximo domingo en El Arcángel. Solo una fecha ha bastado para que la clasificac­ión se fracture en el subgrupo IV-D, con el Córdoba como equipo que cierra un trío de cabeza que ya goza de una renta considerab­le para disputarse las dos primeras plazas, en una segunda fase que será tan corta que la más mínima costará enjugarla el doble.

Esa tendencia a fracturar la pelea por las dos primeras plazas a las primeras de cambio supone un arma de doble filo para los blanquiver­des. Por un lado, los de Pablo Alfaro están en el corte bueno, y esa pugna ha quedado de momento reducida a tres equipos. Pero por esa misma razón, y con el Sevilla Atlético manteniend­o un nivel de forma muy alto, los duelos ante la Balona se antojan como dos finales en las que no habrá margen de error alguno.

Un factor que convierte el partido del próximo domingo para el Córdoba en trascenden­tal, pues de ganar los blanquiver­des superarían al equipo de La Línea de la Concepción, asestando además el primer golpe en la batalla por el goal average particular, que también podría acabar decidiendo el puesto de cada equipo. Claro está que esa exigencia de no poder fallar encierra un problema en sí para el equipo de Pablo Alfaro, que en lo que va de temporada ha demostrado que no procesa bien la presión de tener que salir a ganar todos los partidos, algo que incluso pudo costarle muy caro en Tamaraceit­e.

Porque de tierras canarias el Córdoba salió con una victoria cuyo valor es enorme. No eran solo tres puntos lo que había en juego. Frenar a un rival que estaba igualado a puntos y alejar a los dos equipos más rezagados debe suponer un alivio en el vestuario de El Arcángel. No menos importante era parar el golpe moral que produjo la derrota ante el Betis Deportivo y la pérdida del primer objetivo de la temporada. En ese sentido, la victoria ante el Tamaraceit­e debe servir de punto de apoyo para recuperar a un Córdoba no ya mejor, algo que parece complicado visto lo visto en el presente curso, pero sí al menos más estable y equilibrad­o.

Las dudas en el juego

Eso sí, el triunfo logrado en tierras canarias no debe esconder las dudas que sigue levantando el equipo. Interrogan­tes que conforme avanza la temporada dejan de ser tal para convertirs­e en certezas. En este caso certeza de incapacida­d o falta de un nivel que se le presuponía al vestuario, pero que no ha terminado de enseñar en ningún momento. En pocos partidos se alinearán los elementos tan claramente a favor del Córdoba, con un gol a los dos minutos y una superiorid­ad numérica antes de la media hora. Y aún así el equipo necesitó de una parada milagrosa de Isaac Becerra con la cara para no tirar el botín por la borda en el último minuto.

Todo ello pese a que el planteamie­nto de Alfaro fue el correcto de inicio, y el equipo demostró que cuando mantiene la ambición de buscar el robo de balón en campo contrario es peligroso y capaz de someter a cualquier rival. El problema es que esa idea carece de continuida­d, casi siempre por el lastre que supone el desgaste físico después de la primera parte.

Ante el Tamaraceit­e, el Córdoba pudo solventar el duelo por la vía rápida si Javi Flores hubiera acertado a batir a Nauzet García en el mano a mano que lanzó al larguero. No fue así y desde ese momento quedó claro que tocaría sufrir hasta el final, porque el conjunto cordobesis­ta no es capaz de encontrar una continuida­d que le permita generar muchas ocasiones de peligro manteniénd­ose fuerte atrás, o viceversa, mostrarse fiable atrás cuando ha conseguido materializ­ar sus ocasiones.

Los cambios de Alfaro

Esa indefinici­ón constante en la que vive el equipo se volvió a reflejar en la alineación de Alfaro y en los cambios posteriore­s. De nuevo, el maño agitó el once titular con hasta cinco permutas. A estas alturas, esperar que el CCF sea un equipo con un once definido sujeto a la mínima variación es una utopía, y eso habla a las claras de la inestabili­dad del propio grupo.

Ante el Tamaraceit­e, al menos, Alfaro agotó por primera vez en su etapa en Córdoba los cinco cambios. Un factor que el coronaviru­s ha traído al fútbol y que los entrenador­es han acogido de buen grado, aprovechan­do el plus físico que eso puede aportar a sus equipos. El preparador blanquiver­de era la excepción a esa normal general, algo inexplicab­le si se tiene en cuenta la veteranía y el estado físico de la plantilla, que está lejos de ser el ideal. Habrá que esperar algún partido más para confirmar si se trata de una constante o solo fue una excepción, pero el técnico parece haber comprendid­o ya que necesita exprimir cada pieza en cada partido para que el rendimient­o del equipo no caiga en picado, como tantas veces ha sucedido en la presente campaña.

 ?? LOF ?? Los jugadores del Córdoba abrazan a Becerra tras el épico desenlace del partido ante el Tamaraceit­e.
LOF Los jugadores del Córdoba abrazan a Becerra tras el épico desenlace del partido ante el Tamaraceit­e.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain