El Dia de Cordoba

ANGOLA SENEGAL

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bién cuarteada Unión Europea, y de arbolar como éxitos las necedades y fracasos más rotundos del Gobierno que encabeza. Sánchez encara la tragedia evacuando deberes con una altivez enojosa que corean sus cuantiosos paniaguado­s y, de momento, condonan las encuestas, y se aprovecha, en pérfida comandita, del estado catatónico de una sociedad que ha perdido la capacidad crítica con sus gobernante­s.

Campaba el líder socialista en mociones de incautació­n de gobiernos regionales, reclutando adeptos en los desguaces que se producen en las filas rivales, cuando, lejos de sus cálculos, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que no es la Thatcher de Chamberí, como la llaman sus ufanos pre

YFrente a Ayuso y Casado e Iglesias no es rival Gabilondo, ese triste que ni molesta ni ilusiona

tendientes, se libró de la emboscada convocando a las urnas. Y Madrid, ese personaje literario del que hablaba Hemingway, amenaza con ser el primer gran envés del sanchismo. Si el próximo 4 de mayo es arrollado por los conser vadores, los buitres comenzarán a sobrevolar La Moncloa. El aparato de la Presidenci­a ha tocado a rebato y el jefe del Gobierno se ha calzado los guantes.

Frente a Díaz Ayuso y Casado, y frente al ex vicepresid­ente Pablo Iglesias en su combate in extremis por la superviven­cia de Podemos, no es rival Ángel Gabilondo, ese hombre triste y moderado que ni molesta ni ilusiona, al que pretendían gratificar con la canonjía de Defensor del Pueblo. No dio tiempo a cambiar al candidato, Gabilondo está en el cartel, hay quien asegura que palos, como el médico de la comedia-farsa de Moliére, pero al ring electoral subirá el gran líder. Ni aplicación de los estatutos, ni primarias, ni asambleas en las agrupacion­es, ni consulta a los secretario­s generales, que se han enterado por la prensa, ni rastro de aquella militancia otrora tan activa. Ya nada queda de las saludables hierbas democrátic­as que más de una vez rectificar­on las

arecetas de la dirección socialista, con Felipe González y después. De Gabilondo abajo la lista no es del PSOE, es de Sánchez.

La demoscopia augura un ascenso vertiginos­o del PP en Madrid, que tampoco resulta fácil de digerir salvo para bares y restaurant­es. El mayor logro de Díaz Ayuso, al menos el más visible, es haber sabido captar las iras del Gobierno social-comunista, golpear a Ciudadanos en su línea de f lotación e invadir parte del espacio que ocupa Vox. Dadas las circunstan­cias, no es poco, le asegura una victoria holgada, pero pudiera no ser suficiente para formar Gobierno si no obtiene mayoría absoluta. Ésa es la cuenta que se hacen en La Moncloa. Sánchez irá a por todas. No le queda otra. El PSOE es él.

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