Matsuyama, el sol naciente en Augusta
● El japonés ganó con un golpe de ventaja sobre el debutante Zalatoris
Rahm acabó quinto tras una gran remontada el último día con una tarjeta de 66 golpes
Hideki Matsuyama, número 25 del mundo, vio cumplido el gran sueño de su vida al convertirse en el primer japonés que conquista el Masters de Augusta (y un grande), su primer título mayor como profesional.
Golfistas japoneses compiten por la chaqueta verde desde la edición de 1936, pero lo logró Matsuyama, que metió el último putt para ganar cuando se levantaba el sol en su Japón natal. A sus 29 años, recordó emocionado cuando llegó a Augusta por primera vez una década atrás y logró terminar como mejor amateur del torneo. Diez años después, y tras varios momentos cerca del triunfo, Hideki recibió la chaqueta verde de manos del ganador de 2020, el estadounidense Dustin Johnson. Es el primer japonés que gana el Masters y, aunque le cuesta reconocerlo, el mejor golfista de la historia de su país.
Fueron dos semanas de grande y grandes para el golf nipón en la histórica sede del Masters, ya que el sábado anterior a la competición masculina se vivió la victoria de la japonesa de 17 años Tsubasa Kajitani en la segunda edición del Campeonato Femenino de Augusta National. Kajitani recibió el trofeo de campeona abrumada con un discurso tímido y Matsuyama tuvo que hacer un esfuerzo para superar su reticencia a los medios y someterse a las entrevistas y las ruedas de prensa del galardonado con la chaqueta verde.
Frente a esa resistencia a los focos están los millones de seguidores del golf femenino y masculino en Japón, donde las victorias de Kajitani y, especialmente, de Matsuyama resonarán más allá de los Juegos Olímpicos de julio.
Matsuyama jugó la última ronda junto con el estadounidense, de madre japonesa y padre alemán, Xander Schauffele, que intentó darle caza y finalmente terminó felicitándolo en su idioma en el green del 18. La primera reacción del campeón fue de alegría, porque era la primera victoria de su caddie, Shota Hayafuji, que lo abrazó, sacó la bandera de la asta para llevársela como recuerdo e hizo una reverencia de respeto al recorrido de Augusta National.
Momentos después, de entrevista en entrevista en compañía de su traductor y amigo desde la época universitaria Bob Turner, Matsuyama fue dándose cuenta de la enormidad de su hazaña para la historia del Masters y del golf japonés tras resistir la presión para desalojarlo del liderato que alcanzó el sábado. En el último recorrido firmó una tarjeta de 73 golpes (+1) para un acumulado de 278 impactos en las cuatro rondas (10), uno menos que el segundo clasificado, el estadounidense Will Zalatoris (279 y -9). El tercer lugar lo compartieron dos estadounidenses: Jordan Spieth, ganador del torneo en 2015; y Xander Schuffele, que luchó por el título hasta el hoyo 16 cuando hizo un doble bogey de tres golpes. Ambos terminaron con 281 golpes.
El nuevo campeón del Masters recibió la Green Jacket de manos del estadounidense Dustin Johnson, ganador del torneo en noviembre, pero que este año no entró en el corte, y un premio en metálico de 2.070.000 dólares (1.740.000 euros).
Matsuyama, que disputó su décimo Masters, el octavo como profesional, había logrado hasta ahora un quinto puesto compartido en 2015 como mejor resultado. Su triunfo en esta edición se despejó en el último golpe, un putt de bogey, que evitó que hubiese perdido una ventaja de cuatro con la que llegó a la última ronda. El registro de la última jornada (73, +1) curiosamente fue el peor en el torneo, pero le sir vió para hacer historia y superar por sólo un impacto al debutante estadounidense Will Zalatoris.
Jon Rahm, tercero en la clasificación mundial, surgió con su mejor repertorio de golpes largos y putts que lo convirtieron en uno de los grandes protagonista de la cuarta y última ronda del Masters al completarla con un registro de 66 golpes (-6), el mejor de la jornada, tras firmar las tres jornadas anteriores al par (72). Tras acumular 282 golpes (-6), Rahm recuperó 18 puestos para acabar quinto (compartido con el australiano Mar Leishman). Su cuarta ronda fue un auténtica cátedra de buen juego que comenzó con birdie en el primer hoyo y siguió con un eagle en el par 5 del segundo. Luego mantuvo el par hasta el hoyo 8, en el que volvió a conseguir un birdie, y se fue a la segunda mitad del recorrido sin ningún bogey, lo que mantuvo en la hasta el final con dos birdies más.
José María Olazabal, de 55 años, dos veces ganador del Masters, en su trigésima segunda participación, acabó la cuarta ronda con 75 golpes (+3) y un acumulado de 296 (+8) para ocupar el puesto 50 tras subir dos posiciones y empatar con el estadounidense Billy Horschel.