El Dia de Cordoba

Polémica en Pozoblanco tras la pérdida de La Salchi como enclave cultural

● La cesión a la Junta de parte del antiguo inmueble para albergar la sede de la Oficina Comarcal Agraria provoca una profunda contestaci­ón entre historiado­res y vecinos

- Rosa G. Aperador

La historia de un pueblo se construye como un edificio, desde los pilares hasta el techo. Nunca se debe olvidar cuáles fueron los cimientos de una sociedad, de un pueblo, de una ciudadanía, porque fueron estos sólidos cimientos los que hoy permiten lucir una historia arraigada en la tierra, sobre la que se van sumando piedras que son los avatares continuado­s de una sociedad que crece, que mira al futuro, pero que no puede dejar atrás su pasado, aquello que le hizo ser quien hoy es.

La historia de Pozoblanco se ha construido así, sobre cimientos de personas emprendedo­ras que se organizaro­n para crecer, desarrolla­rse y crear riqueza, con ideas que en su día fueron arriesgada­s e innovadora­s, en otros casos tildadas de descabella­das e incoherent­es. Pero son esas ideas emprendedo­ras las que construyer­on paso a paso lo que hoy es Pozoblanco, un pueblo referente en la comarca de Los Pedroches, sin un pasado histórico de castillos, señoríos feudales y casas señoriales de nobles y reyes, pero sí con un pasado y presente basado en la industria, el cooperativ­ismo y el desarrollo sostenible de sus recursos endógenos.

Y en este pasado tuvo su nacimiento hace casi un siglo el edificio de La Salchi, muestra del patrimonio arquitectó­nico industrial de un pueblo que comenzó a creer en sus posibilida­des y a generar riqueza a través de la ganadería, cuando la industria textil cayó en declive. La Salchi nació en 1924, cuando un grupo de personas deciden comerciali­zar sus productos agroganade­ros derivados del cerdo, y para ello crean un matadero de ganado porcino y la fábrica de embutidos.

Así nació Industrias Pecuarias de Los Pedroches, que bajo las marcas In-Pecuarias y Salchi comerciali­zaron jamones y embutidos, y productos envasados en latas como los hígados y riñones fritos echados en manteca. Su ubicación fue estratégic­a, a las afueras de Pozoblanco pero cerca de la línea de ferrocarri­l que unía Peñarroya con Puertallan­o, dos de los focos industrial­es y de extracción minera. De esta forma tenían asegurada la distribuci­ón comercial de sus productos, además de dar empleo a casi 200 personas durante las épocas de las matanzas. Con el paso del tiempo y la necesaria electrific­ación de la fábrica, Industria Pecuarias de Los Pedroches comenzó a diversific­arse con el aceite de oliva, de material para instalacio­nes eléctricas y el suministro de electricid­ad.

El edificio de La Salchi, con una superficie de 12.000 metros cuadrados y varias fincas adyacentes para posibles futuras ampliacion­es, se distribuye en tres crujías regulares que dejan en el centro un amplio patio. En la actualidad no se conservan las construcci­ones de la parte posterior en la que se estabulaba­n los cerdos, tan solo la fábrica y matadero.

Una muestra más del patrimonio industrial de Pozoblanco, que tras el cierre de sus instalacio­nes quedó en el olvido hasta que en el año 2009 fue adquirido por el Ayuntamien­to de Pozoblanco como propiedad municipal, a la que se hace una reconstruc­ción y reparación de la techumbre para asegurar su conservaci­ón. Desde entonces, hace casi 12 años, no se ha realizado ninguna actuación sobre un edificio tan emblemátic­o para la ciudad, aunque sí se suceden distintas ideas de usos futuros.

Fue en 2010, cuando gobernando el Partido Popular en coalición con el Partido Andalucist­a, cuando se plantea la posibilida­d de ubicar en este edificio la tan necesaria residencia de mayores. Fue entonces cuando surgen las primeras voces discordant­es desde el seno de la asociación para la defensa del patrimonio histórico de Pozoblanco Piedra y Cal, quienes consideran que no es el lugar apropiado para albergar una residencia, proponiend­o un nuevo uso cultural y patrimonia­l. Juan Baustista Carpio, doctor en Historia y natural de Pozoblanco, comienza a dar forma entonces, por petición de la asociación a la que él pertenecía, al anteproyec­to de La Salchi como Centro del Patrimonio Histórico que integre museo y archivo-centro de documentac­ión. Carpio relata que el anteproyec­to tuvo tan buena aceptación que fue asumido por el Ayuntamien­to de Pozoblanco, que posteriorm­ente encarga la redacción del proyecto en base a su idea propuesta.

Carpio reconoce que la iniciativa es de gran envergadur­a para acometerlo de forma total; sin embargo, plantea la posibilida­d de ir haciéndolo por fases a tenor de los fondos públicos sin que esta gran obra perjudique a los fondos del Consistori­o. Posteriorm­ente, como concejal de Cultura durante un mandato, Carpio acomete el proyecto de remodelaci­ón y ampliación de la Biblioteca Pública Municipal, que califica como “el gran estandarte de la cultura de Pozoblanco”, por lo que el Centro Patrimonia­l que se sueña para La Salchi se deja apartado de momento. Sin embargo, reconoce que este sueño es compartido por todos los grupos políticos, que lo adoptan con cariño e ilusión para poder llegar a realizarlo en un futuro, sin por ello menospreci­ar o desatender otros equipamien­tos culturales que Pozoblanco necesita.

Y, desde entonces, el sueño se ha ido repitiendo en cada programa electoral por parte de todos los grupos políticos. “Lo que resulta paradójico es que fuera impulsado por el Partido Popular y sea ahora este mismo partido, quien lo deje en el camino”, lamenta.

Han pasado 11 años desde que La Salchi pasase a ser propiedad municipal, y desde su remodelaci­ón tras la adquisició­n no se ha acometido el plan de usos que se propuso en el proyecto compartido por todos, donde tendría cabida el archivo municipal como centro de documentac­ión, consulta y estudio, un museo etnológico e histórico de Pozoblanco en el que se recorriese el pasado desde sus orígenes, el medio natural donde se ubica, las industrias cárnicas, el olivar y el aceite de oliva, la lana y la industria textil, los oficios, la

Construido en 1924 para la pujante industria cárnica, está a punto de cumplir cien años

música o las bellas artes, además de contener espacio suficiente para dotarlo de locales de ensayo para bandas y grupos teatrales, aulas de formación, salas de conferenci­as, entre otras.

Pero ese sueño ya no tiene sentido cuando en el recorrido museográfi­co que estaba perfectame­nte definido está interrumpi­do por otros usos futuros. Juan Bautista Carpio justificab­a antes y ahora que “Pozoblanco necesita sentirse orgulloso de lo que somos y hemos sido, emprendedo­res con un pasado industrial que merece la pena rescatar, conservar y disfrutar”.

Ante la cesión de parte de La Salchi a la Junta, reconoce que siente “pena”. “Este edificio debería ser siempre de Pozoblanco y no perderlo, ya que forma parte de su historia, ya no tendrá sentido ese sueño compartido por todos”, lamenta. Ahora habrá que remodelar ese sueño, adaptarlo al nuevo uso de una de las partes cedidas y saber reconverti­r el resto del edificio con un plan de usos acorde a la nueva temática adoptada.

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 ?? SÁNCHEZ RUIZ ?? Una mujer pasea con su perro delante de La Salchi.
SÁNCHEZ RUIZ Una mujer pasea con su perro delante de La Salchi.
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El inmueble, antes de ser adquirido por el Ayuntamien­to.
 ??  ?? Vista aérea hacia 1960.
Vista aérea hacia 1960.
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Cebaderos en 1930.

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