El Dia de Cordoba

Una piel dura en el Bayern

● La inminente salida de Hansi Flick expone la dificultad del banquillo bávaro ● Sólo dos técnicos en este siglo han estado más de dos años

- Rodrigo Zuleta (Efe) BERLÍN

La marcha inminente de Hansi Flick, tras su segunda temporada al frente del Bayern, es un ejemplo más de lo difícil que es que un entrenador se mantenga durante largo tiempo al frente del club bávaro. Thomas Müller, uno de los tres capitanes, ha dicho que un entrenador del Bayern necesita una “piel dura” pues cualquier fallo desata duros ataques. Las expectativ­as son siempre inmensas y los éxitos normalment­e se perciben como parte de la normalidad.

Si se revisa la lista de entrenador­es que han pasado por el banquillo del club bávaro en este siglo sólo dos, Ottmar Hitzfeld y Pep Guardiola, han estado más de dos temporadas.

Hitzfeld estuvo seis –entre 1998 y 2004– en las que ganó cuatro veces la Bundesliga y una vez la Liga de Campeones. Se marchó, según contaría años más tarde, con síndrome de burnout y para someterse a un tratamient­o psiquiátri­co. De Hitzfeld es una frase según la cual ganar un título en el Bayern más que alegría produce alivio porque “si trabajas aquí y pasas una temporada sin títulos quiere decir que no has cumplido”.

Guardiola, entre 2013 y 2016, ganó tres veces la Bundesliga y dos veces la Copa de Alemania y luego no quiso renovar para irse al City.

Cuando Guardiola llegó al club el Bayern acababa de ganar el triplete con Jupp Heynckes y el presidente del Consejo Directivo, Karlheinz Rummenigge, trató de quitarle presión al decir que la obligación era ganar la Bundesliga ya que los otros títulos son difíciles o imposibles de planificar.

Guardiola, sin embargo, veía el rasero más alto y dijo varias veces que en Múnich solo vale el triplete. Él también lo había ganado antes con el Barcelona y tanto él como otros muchos esperaban una Liga de Campeones que no llegó.

Además de la presión por lograr éxitos otro aspecto que hace difícil el trabajo de un entrenador en el Bayern es el papel que tienen la cúpula y la dirección deportiva así como el poder de los líderes del vestuario.

Al entrenador se le exige el éxito a corto plazo. La cúpula, en cambio, piensa en el largo plazo. Los dos objetivos en ocasiones pueden ir uno en contra del otro y el entrenador termina o bien pagando los platos rotos o bien agotado por la presión.

Se dice que Flick ya se había planteado dejar al Bayern en verano pasado, tras lograr el triplete. A la marcha de Thiago se sumaron las de Perisic y Coutinho, que estaban cedidos y el Bayern no quiso hacer uso de la opción de compra, no iban a ser compensada­s con jugadores del mismo calibre y él lo sabía.

La salida de Flick se produce en medio de la fase más exitosa de la historia del Bayern que nunca antes había ganado ocho veces seguidas la Bundesliga. El récord antes de que comenzara esta serie eran tres y el Bayern va ahora hacia el noveno título consecutiv­o, si el camino no se tuerce en las últimas jornadas.

El que llegue tendrá que administra­r un club acostumbra­do al éxito en las competicio­nes locales y con ansia de volver a tener éxito internacio­nalmente. No lo tendrá fácil.

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AFP7 El técnico del Bayern, Hansi Flick, y Hasan Salihamidz­ic al fondo.

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