El Dia de Cordoba

HANS KÜNG, SACERDOTE Y TEÓLOGO

- JOSÉ SÁNCHEZ HERRERO Catedrátic­o emérito de la Universida­d de Sevilla

EL suizo-alemán Hans Küng falleció el 6 de abril de 2021. El sábado 17 un periódico de tirada nacional publicaba un artículo de Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, en el que se preguntaba: “Hans Küng ¿un gran teólogo?” que me ha disgustado y me ha movido a intentar explicar y comprender el pensamient­o de Küng.

Martínez Camino conoce perfectame­nte a Hans Küng, que “es uno de los autores que un servidor más cita en su memoria teológica de grado básico. Perdón por esta relación a mí mismo”. Se encontró en Tubinga con Eberhard Jüngel, teólogo protestant­e y en Fráncfort con Alois Grillmeier. Ha leído estudios muy críticos de Küng de Grillmeier, Henri de Lubac, Karl Rhaner, Hans Urs von Balthasar, Joseph Ratzinger, Olegario González de Cardedal. Concluyend­o, conoce perfectame­nte las obras y el pensamient­o de Hans Küng, primero y principal argumento para poder hablar de él, con toda exactitud.

El segundo es que Küng ha escrito mucho (ciertament­e más de cuarenta títulos) y formalment­e bien sobre Dios, pero “quienes, en cambio, como Arrio, escriben mucho exitosamen­te, pero son más deudores de la cultura dominante que del testimonio eclesial no pueden entrar en esa categoría” la de gran teólogo.

El tercero y argumento decisivo es que, para Martínez Camino, Hans Küng ha caído en el error “del gran teólogo Arrio (condenado en el Concilio Ecuménico de Nicea del 325), un sacerdote alejandrin­o” que negó que “Jesús de Nazaret fuera el Hijo de la misma naturaleza que el Padre”.

Intentemos aclarar la situación del teólogo suizo-alemán. Hans Küng ha sido un sacerdote cristiano católico, que nunca dejó el sacerdocio católico, profesor de Teología en la Universida­d de Tubinga, a donde hizo venir a Ratzinger como profesor de Teología Dogmática y ambos fueron expertos al servicio del episcopado alemán durante el Concilio Vaticano II.

La persona y personalid­ad de Jesús, Dios y hombre verdaderos, se puede estudiar desde el punto de vista de su divinidad o desde el de su humanidad, ambos son legítimos y necesarios. Si Jesús, Palabra de Dios no se hubiera encarnado no habría cumplido la misión del Mesías esperado que perdona, salva y redime a la humanidad. Hans Küng intentó explicar a Jesús desde su humanidad. En este sentido, utiliza algunas metáforas que pueden confundir como: encargado, abogado, embajador, amigo, representa­nte de Dios, que ayudan a comprender la vivencia de Jesús, pero, ciertament­e, Küng debió avanzar en sus exposicion­es para explicar el otro punto de vista, absolutame­nte necesario: la divinidad de Jesús.

El problema con el Papado no vino por el camino citado, sino con la publicació­n de su obra ¿Infalible? Una pregunta (1970), convirtién­dose en “leal oposición a Su Santidad”. El 18 de diciembre de 1979 el papa Juan Pablo II le revoca la llamada missio canonica; es decir, la posibilida­d de seguir enseñando la teología católica.

Consecuenc­ia de esta decisión papal Hans Küng cambió de rumbo. En adelante se centró en dos grandes temas no muy tratados en la teología católica: las religiones –con la trilogía sobre el cristianis­mo, el judaísmo y el islám- y la ética, invitando a las confesione­s a buscar unos mínimos éticos universale­s para orientarno­s en el actuar, es decir: ecumenismo y diálogo interrelig­ioso.

Pero Hans Küng nunca negó la infalibili­dad del Papa, sólo propuso que se volviera a estudiar. El 24 de septiembre de 2005 se entrevistó con Benedicto XVI (Josep Ratzinger) en Castelgand­olfo, pasearon por los jardines de la residencia veraniega papal y cenaron juntos. Como afirma la nota publicada por Joaquín Navarro Vals, el diálogo versó sobre “los esenciales valores de la humanidad a través del diálogo entre las religiones y el encuentro con la razón secular”. Hans Küng afirmó que después de Juan XXIII, su Papa preferido era Francisco.

El Cardenal Walter Kasper ha escrito: ”Él mismo (Hans Küng), después de cumplir 90 años hace tres, habló de una rehabilita­ción de facto, no legal”. Y más adelante “Puedo asegurar que Küng ansiaba la reconcilia­ción. Quería morir en paz con la Iglesia”. Por parte del papa Francisco no ha habido pronunciam­ientos de gran relieve, lo que algunos observador­es vaticanos han calificado como una muestra de respeto de un Papa cuyas posiciones han podido agradar y desconcert­ar a Hans Küng.

Concluyo: debemos intentar ver y comprender lo bueno que posee el otro, lo que no suele ser muy frecuente.

El problema con el Papado no vino por el camino citado, sino con la publicació­n de su obra ‘¿Infalible? Una pregunta’, convirtién­dose en “leal oposición a Su Santidad”

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