El Dia de Cordoba

“Hoy no hay ningún partido en el que Alcalá-Zamora pudiera encasillar­se”

● El responsabl­e de la entidad reivindica la figura del presidente de la II República y lamenta que no se valore su papel moderado, “su honestidad, moralidad y su trayectori­a jurídica”

- José A. García Andrés

El Patronato Niceto Alcalá-Zamora de Priego de Córdoba está desarrolla­ndo una serie de actividade­s con motivo de los 90 años de la proclamaci­ón de la II República. Además de exposicion­es y jornadas de análisis, el director, Francisco Durán Alcalá, ha ofrecido una conferenci­a organizada por el Consejo Notarial de Andalucía, en la que ha abordado los aspectos biográfico­s de Alcalá-Zamora Niceto y ha expuesto tanto el patrimonio de la Casa Museo, donde nació y vivió, y la labor que realiza su patronato desde hace 28 años.

–¿Cuál es su relación con Niceto Alcalá-Zamora? ¿Por qué le interesa su figura?

–Es una larguísima historia. El primer contacto que tengo es en el año 1977. Ese verano yo estaba matriculad­o en Filosofía y Letras, en Córdoba, y no tenía la menor idea de quién era Niceto Alcalá-Zamora. Ese año se celebraba el centenario de su nacimiento y se repuso la placa que indicaba que había nacido en esa casa. Yo pasaba por allí cuando sus hijos hablaban en la puerta de que los restos pudieran volver a España y se recobrara y reconocier­a su figura. Ya en 1983 entré como concejal en el Ayuntamien­to de Priego de Córdoba y en el 1987 hicimos una primera exposición fotográfic­a sobre la Guerra Civil. Encontramo­s mucho material y gracias a la donación que fundamenta­lmente nos hacen sus hijos en 1990 se gesta la creación del patronato.

–¿Le recuerda la situación actual, de mucha polarizaci­ón pero al mismo tiempo de mucha fragmentac­ión política, a aquella de la República?

–Tendemos a simplifica­r, entonces y ahora. Se percibe mucho extremismo y ni antes ni ahora es todo así. No hay dos Españas, hay otras muchas opciones. La tendencia política de don Niceto es de centro-derecha, con un alto componente moderador, pero no termina su mandato, es destituido en abril de 1936 por una interpreta­ción extraña de la Constituci­ón. Con él cae la república democrátic­a moderada. Luego llega Azaña y es cuando los ánimos se enervan. La guerra civil no se produce porque haya extremismo­s en las repúblicas, sino por un golpe de estado. Ahora que se habla tanto de la III República, hay grupos que no defienden precisamen­te los valores de la II en la época de don Niceto, que eran muy moderados, una república de orden. –Inicialmen­te, Alcalá-Zamora era monárquico y forma gobierno con Alfonso XIII.

–Aunque cause sorpresa, Ortega y Gasset apoya inicialmen­te la dictadura y el PSOE apoya también el golpe de Primo de Rivera. Niceto, que es ministro de Guerra en el 23, dimite precisamen­te por desencuent­ros con Alfonso XIII y Primo de Rivera, que le pide que permanezca como consejero permanente. Niceto le dice que no, a menos que devuelva las libertades arrebatada­s. Es la actitud del Rey y la dictadura lo que le hace renegar de la Monarquía y declararse republican­o. Está claro: las dictaduras tienden a perpetuars­e y los intelectua­les están al servicio de la República.

–Presidente de la República y con firmes creencias religiosas…

–Cuando visitamos la casa nos encontramo­s el crucifijo. La gente se sorprende y nos dice que eso no puede ser. Pero es que ser republican­o no es ser de izquierda ni derecha ni ser ateo. Muchos republican­os eran muy católicos, como Niceto. Él defiende el laicismo como buen católico, pero como hombre de estado considera que no son apropiadas algunas cuestiones e intenta llegar a un acuerdo con la Iglesia.

–El Frente Popular, al que como republican­o podría estar más afín, también terminó renegando de él.

–Es normal. Para las fuerzas que ganan las elecciones, Alcalá Zamora es muy moderado y es un freno a la izquierda, les estorba. Y las derechas no le perdonan que no nombrara presidente a Gil Robles. Pero no olvidemos que CEDA no era republican­a. Su destitució­n es un claro golpe de estado parlamenta­rio.

–¿Cómo le sorprende el inicio de la guerra civil?

–El 7 de julio él se encuentra en Santander para viajar con su familia a Alemania. El inicio de la guerra le sorprende camino de Irlanda. Para su familia acaba la alegría del viaje sabiendo que no podría volver. Viven en el exilio en París durante un tiempo, donde intenta reaccionar escribiend­o artículos donde habla de lo que ha ocurrido y de lo que se debe hacer. Intenta evitar, sin éxito, que sus dos hijos, uno comunista y otro socialista, se vengan a España a luchar. Incluso les quita los pasaportes. Ya en 1939, Francia está medio ocupada por Hitler y la otra media por el gobierno colaboraci­onista de Vichy y los grandes líderes perseguido­s salen. Él lo hace por Marsella. Llega a Argentina en enero de 1942, renuncia a todo tipo de subvención para los exiliados y vive modestamen­te escribiend­o artículos. –¿Tuvo algún tipo de negociació­n con el régimen franquista para negociar su regreso?

–Es famosa la frase que él pronunciar­a de que nunca vendría para recoger su patrimonio, sino su patria. Recordemos que todo su patrimonio es expoliado en la guerra. Cuando muere, en 1949, Queipo de Llano, que era su consuegro, le escribe una carta a Franco para que, ya que Niceto ha fallecido, pueda volver su hija. No lo permite hasta 1953.

–¿Cree que es una figura poco reconocida o estudiada?

–Por supuesto, porque el problema es el mismo. Cuando se habla de la II República, la figura que se recupera es Manuel Azaña, que sin duda era más político; el papel moderado de Alcalá Zamora hace que quede en segundo plano. La izquierda ha recuperado a sus figuras y la derecha lo considera de izquierda. Todo el mundo le va a criticar y Azaña no podía con él. Pero nadie debería cuestionar su honestidad, moralidad y su trayectori­a

Para las fuerzas que ganan las elecciones. Alcalá-Zamora es muy moderado y un freno a la izquierda, les estorba”

En la política hay disciplina de voto e incluso gente que ni escucha. No hay vergüenza ni ética”

jurídica. Tenía uno de los mejores despachos de Madrid.

–¿Cómo cree que encajaría en el panorama político actual?

–Ahora hay quien se quiere apropiar de la tercera España, sin éxito. No creo que hoy haya ningún partido en el que pudiera encasillar­se a don Niceto Alcalá-Zamora.

–¿Tiene aquella clase dirigente política más altura política que la actual?

–El problema de la política actual es que se ha deshumaniz­ado, no hay capacidad de oratoria ni de convencimi­ento, ha desapareci­do. Hoy la palabra no tiene ningún valor. Cualquier persona hoy en el Congreso puede decir lo que quiera, la verdad más absoluta, que no va a rascar nada. Niceto, cuando más diputados tiene, son 17, pero saca adelante propuestas porque convence con argumentos y oratoria. Yo puedo estar equivocado pero si se me argumenta y se me da informació­n puedo cambiar de opinión. Hoy en día eso es inconcebib­le en el panorama político español. Hay disciplina de voto e incluso hay gente que ni escucha, está con el móvil o el ordenador. No hay vergüenza ni ética. Son gente que no me representa.

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EL DÍA Francisco Durán Alcalá, director del Patronato Niceto Alcalá-Zamora.

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