Zverev y la ‘Next Gen’ reconquistan Madrid
● El alemán, verdugo de Nadal y campeón en 2018, se impuso con remontada a Berrettini por 6-7, 6-4 y 6-3
El triunfo de Alexander Zverev en el Mutua Madrid Open apuntaló la consolidación de la conocida como Next Gen, la nueva generación de jugadores que pretende invadir el longevo dominio del llamado Big Three de Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic.
La Next gen empuja. Numerosos jugadores alimentan la relación de talentosas raquetas que están al acecho de los grandes éxitos en relevantes torneos. El italiano Matteo Berrettini es el último en reclamar su espacio y un lugar entre los presumibles animadores de cada competición.
Ocurrió en Madrid como sucedió en los tres Masters 1.000 que precedían al de la Caja Mágica. Ninguno de los finalistas, si quiera, fue un componente de la gloriosa terna. El ruso Daniil Medvedev se apuntó el de París del 2020 y el polaco Hubert Hurkacz ganó en Miami. Hace unas semanas, el griego Stefanos Tsitsipas se impuso al ruso Andrey Rublev y en Madrid salió triunfal Zverev.
En la capital española sólo compareció Nadal. Roger Federer hace tiempo que no compite y Novak Djokovic se bajó de la competición a última hora. El español, cinco veces campeón en la Caja Mágica fue a más en el cuadro individual. Hasta que se topó con Zverev que ya se coronó en Madrid en el 2018. En la final el alemán
La lluvia caída sobre Madrid propició el cierre del techo de la pista Manolo Santana
se citó con Berrettini, al que superó por 6-7 (10), 6-4 y 6-3.
El germano, más nutrido de experiencia, se repuso de la derrota del primer parcial en el tie-break. El italiano aventajó con 0-5 pero Zverev acechó. Hubo alternativas. Posibilidad de set para los dos pero fue el italiano el que resistió, ganó la manga y tomó ventaja.
Reaccionó Zverev que quebró en el noveno juego del segundo parcial, consolidó la rotura con su saque e igualó el encuentro. En el tercer set el alemán mantuvo la fortaleza a la vez que Berrettini empezaba a flaquear. El break en el quinto juego fue definitivo para que Zverev reconquistara Madrid.