El Dia de Cordoba

El PSOE admite que su electorado “está despertand­o”

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Juan M. Marqués Perales

En uno de sus últimos programas de televisión, alardeó que ella es “más del PSOE que el escudo”. Susana Díaz es una habitual de algunos programas de Cuatro, es tertuliana en el programa de Risto Mejide, es senadora socialista por designació­n del Parlamento andaluz y preside una de sus comisiones, pero no interviene en esta campaña electoral del 19 de junio.

Fuentes de la campaña socialista explican que aún se está valorando la presencia de la última presidenta de la Junta, aunque todo apunta a que no recurrirán a ella. Sin embargo, el entorno de la ex lideresa mantiene que es ella la que no lo desea. No es así, Susana Díaz no es convenient­e para la campaña de Juan Espadas, a pesar de que fue el candidato quien gestionó su salida desde el Parlamento al Senado después de perder las primarias contra él.

Hace ahora cuatro años, Susana Díaz sufrió un gran castigo en las urnas, el PSOE perdió 400.000 votantes, y sólo consiguió 33 escaños, insuficien­tes para mantener el poder en la Junta. Incluso así, la ya ex presidenta y secretaria general del PSOE-A se negó a dejar sus cargos, quería volver a presentars­e, pero buena parte de su formación no lo deseaba. Compitió con Juan Espadas en unas primarias y perdió. Antes le había ocurrido lo mismo frente a Pedro Sánchez.

Susana Díaz ha iniciado una carrera televisiva, que parece que es ahora lo que le importa. Comenzó como colaborado­ra de Risto Mejide en el programa Todo es mentira, aunque también ha intervenid­o en el matinal de Ana Rosa Quintana. Una de sus últimas aparicione­s fue en Encuentros inesperado­s, de Mamen Mendizábal. Fue su primer programa no político, y allí coincidió con Santiago Segura, Juan José Millás y Bibiana Fernández.

En ese programa comentó que siempre había intentado no aparentar la juventud que tenía cuando ocupó los primeros puestos de su partido.

Algunas fuentes del PSOE mantienen que el susanismo aún tiene el 30% del partido, pero los hechos demuestran que, sin haberse disuelto, la facción sólo pesa cuando hay mucha división en la organizaci­ón. No obstante, el resultado del 19 de junio sí puede marcar el futuro de Espadas. Si mantuviese el listón de Díaz, que lo logró siendo presidenta del Gobierno andaluz, no habrá crisis interna.

El PSOE ha mantenido siempre unas difíciles relaciones con sus ex presidente­s de la Junta. El primero de ellos, Rafael Escuredo, es el que está apoyando a Juan Espadas en esta campaña, porque tanto Manuel Chaves como José Anto

La vicesecret­aria general del PP, Adriana Lastra, admitió ayer que el electorado del PP está “hipermovil­izado” y también aseveró que el del PSOE en Andalucía “claro que se está despertand­o”. En su opinión, “sorprende” ver el resultado que dan las encuestas para las elecciones autonómica­s con la movilizaci­ón que ella ha podido comprobar su electorado en la comunidad autónoma. Tras la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal, presidida por Pedro Sánchez, valoró que los populares llevan cuatro años diciendo que “mañana hay elecciones” utilizando “la mentira y la falsedad”. Al PSOE, por el contrario, dijo Lastra, le cuesta “arrancar las campañas”. En su opinión, el ambiente es bueno tanto entre la militancia, que está “muy movilizada y con ganas de contienda electoral”, como entre los alcaldes. La dirigente socialista también manifestó su “sorpresa” por los resultados que dan las encuestas y expuso que no se correspond­en con la movilizaci­ón que ha podido observar entre la militancia en los actos y visitas. nio Griñán se encuentran a la espera de la sentencia del Supremo sobre los ERE. Ambos no participan en los actos del partido desde que los condenó la Audiencia Provincial de Sevilla.

Los ex presidente­s de la Junta carecen de un estatus, tal como ocurre en Cataluña y el País Vasco. Hace unos años cobraban un complement­o de pensión al alcanzar la jubilación, pero José Antonio Griñán eliminó ese derecho. En el caso de Susana Díaz, que dejó la Presidenci­a a una edad temprana, ha encontrado un hueco en el Senado, donde cobra un plus por ser presidenta de una comisión. Pero fuera de eso, no hay nada más.

El PP intentó llegar a un acuerdo con el PSOE para establecer un estatus para los ex presidente­s, pero los socialista­s entendiero­n que era una trampa que le ponían los populares. Se produjo en un momento, cuando Juan Espadas iba a hacerse con el liderazgo, en el que el PSOE buscaba una solución para Díaz, por lo que podía trascender que era esta formación la que intentaba solucionar su problema. Lo que piensa la dirección socialista es que es Juanma Moreno el que maneja dejar la política en la siguiente legislatur­a, y su partido busca un retiro especial para los ex presidente­s.

Esas conversaci­ones no llegaron a plasmarse en propuestas, porque se filtraron las intencione­s.

El debate hizo añicos el mensaje socialista de que estos comicios van de elegir bloques

primer

debate televisado entre los principale­s candidatos a presidir la Junta de Andalucía hizo que saltara por los aires el planteamie­nto en el que basa su campaña el PSOE-A. Juan Espadas dice que estas elecciones van de elegir entre bloques ideológico­s, entre derecha e izquierda, y por ello se indigna porque el actual presidente autonómico, Juanma Moreno, apele al voto útil llamando al electorado moderado, incluso al que durante años eligió el puño y la rosa.

Pero si algo quedó claro en el debate de anoche es que en estos comicios la lucha es entre Moreno y todos los demás, a derecha e izquierda del PP. Sólo su socio en el Gabinete, Juan Marín, fue menos contundent­e, porque no podía ir contra su propia acción de Gobierno.

Contra el discurso electoral de Espadas, las intervenci­ones más duras contra “el señor Bonilla” –como se empecinó en llamar con cierto tono despectivo al presidente– fueron las de la candidata de Vox, Macarena Olona, quien por cierto volvió a mostrar las aristas que más preocupan a los electores, con discursos xenófobos que acusan de una falta de seguridad en los barrios andaluces que no es, ni mucho menos, la realidad, a la población inmigrante. Espadas tuvo en Olona su principal aliada, pese a presentars­e como único dique contra Vox.

Con otro tono, Nieto y Rodríguez se unieron a Espadas, que parecía no ser del partido que ha gobernado Andalucía 37 años, para reprochar que en tres años y medios no se hayan resuelto problemas seculares.

Frente a esos ataques a diestra y siniestra, Juanma Moreno optó por no alterarse, ser fiel al modo sereno que ha caracteriz­ado su acción de Gobierno. Con ello se centró en lo importante para él en este debate: no cometer ningún error de bulto que altere el amplio respaldo que todos los sondeos le auguran. En una palabra: triunfó.

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