“No sé qué pasó ni por qué”
● El acusado de matar a su mujer en Fuengirola tras asestarle 64 puñaladas e intentar asesinar a su hijo dice no recordar los hechos: “Lo digo de corazón”
El hombre acusado de asesinar a su ex mujer con 64 puñaladas e intentar matar también a su hijo de 16 años en 2019 en Fuengirola (Málaga) se acogió a su derecho a no declarar en el juicio con jurado que comenzó ayer porque, según dijo, “de lo que pasó aquel día no recuerdo nada, lo estoy diciendo de corazón. No sé lo que pasó ni sé el porqué”, se limitó a decir.
La Fiscalía de Málaga solicita 34 años de cárcel al acusarlo de un delito de asesinato y otro de homicidio en grado de tentativa. La acusación particular, que representa a los familiares, se adhiere a lo solicitado por el fiscal.
La defensa, por su parte, no discute la autoría de la muerte de la mujer, pero rechaza que quisiera matar al hijo. “Uno puede ser autor de unos hechos pero no responsable, por muy atroces que sean”, argumenta el abogado defensor, quien sostiene que su cliente tenía las facultades anuladas por un trastorno mental, solicitando que se le imponga el internamiento para un tratamiento y libertad vigilada durante 10 años.
Los hechos sucedieron en enero de 2019. El acusado y la víctima habían estado casados durante 24 años. Ella dio por terminada la relación en octubre de 2018, fijando su residencia en Fuengirola, junto al hijo de ambos. El procesado acudía casi a diario a la casa para ver al niño, unas visitas que “inquietaban” a la mujer, dice el fiscal.
Según las conclusiones iniciales del Ministerio Público, el día de los hechos el hombre fue a la vivienda. Hubo una discusión. En un momento determinado, se dirigió a la mujer con un cuchillo de cocina y comenzó “a acuchillarla por todo el cuerpo”.
La mujer, según la acusación, “no pudo oponer una defensa eficaz al violento y sorpresivo ataque, para el que se encontraba desprevenida”, dándole 64 puñaladas en la cara, en el tronco y en las extremidades. La víctima, además, se mantuvo “con vida”, lo que le causó “un sufrimiento innecesario”. “Agonía durante el desangrado”, remata el texto de la Fiscalía.
El hijo de ambos estaba en la vivienda. Al escuchar gritos salió de su cuarto y vio en la cocina a su madre en el suelo y al acusado sujetándola “por los brazos y piernas mientras la acuchillaba reiteradamente”. El joven intentó impedirlo, apartándole y diciendo: “Papá, no”. Éste se fue hacia él y supuestamente le dio dos cuchilladas en el cuello.
El joven, de 19 años ahora, declaró como testigo y dijo que hasta los 14 años la relación con su padre era “normal” y que luego “todo cambió”. Añadió que su madre era “tan buena que no se daba cuenta de lo que estaba pasando”. Discutían siempre hasta llegar al “maltrato psicológico” y “no paraba hasta que obtenía lo que quería de ella”. El hijo de ambos afirmó que no sólo no está enfermo sino que sabía lo que hacía, pues se puso unos guantes.
“Tengo cargo de culpa porque por mí no se separó” hasta que fue mayor, pero señaló que su madre “nunca” hablaba mal de su padre; “me decía sólo lo bueno”.
Con respecto al día del crimen, el joven explicó que su padre fue al domicilio y comenzó una discusión con su madre. En un determinado momento, indicó, escuchó algo pero no le dio importancia. Cuando se les escuchaba más fuerte salió de la habitación para ver qué pasaba y, al llegar a la cocina, vio a su madre en el suelo sobre un charco de sangre. El hijo añadió que ha necesitado tratamiento psicológico.
El abogado de la acusación incidió en “la brutalidad” con la que actuó el procesado y la “frialdad” de su comportamiento cuando, tras perseguir a su hijo, subió a la casa, vio a la mujer en el suelo y salió, cerró la puerta y se fue “tranquilamente” al hospital para que lo viera un médico.
Al respecto, el letrado afirmó que ninguno de los dos médicos que lo vieron apreció un trastorno mental y que los miembros del jurado “tendrán que ver si una persona tan alterada como dice que estaba se va tranquilamente al médico e incluso dice que si ha golpeado a su mujer en defensa propia si le pasa algo”. El acusado, sostienen las acusaciones, actuó “con plena conciencia y voluntad”.
Al procesado se le juzga por un delito de asesinato, por el que el fiscal pide una pena de 25 años de cárcel y diez años de libertad vigilada; y por otro de homicidio en grado de tentativa, por el que pide que se le imponga una pena de nueve años de prisión y prohibición de acercarse a su hijo durante 15 años. En cuanto a la responsabilidad civil, la acusación pública pide que se le imponga el pago de una indemnización al hijo de 200.000 euros por las lesiones y por las secuelas psicológicas.
La Fiscalía pide 34 años de prisión en el inicio del juicio en la Audiencia de Málaga