El Dia de Cordoba

Luces y sombras de un discreto estreno

● Los blanquiver­des frenaron su caída en el estreno del gallego, aunque el margen de error se acorta ● Pese a los detalles positivos, la imagen colectiva sigue siendo insuficien­te para sumar puntos de tres en tres

- Rafael Cano

El estreno de Manuel Mosquera al frente del Córdoba CF dejó detalles para el optimismo, tantos como para la desesperan­za, acerca de las posibilida­des de que el conjunto blanquiver­de acabe jugando las eliminator­ias por el ascenso a Segunda División. El punto cosechado ante el líder, el Alcorcón, se antoja insuficien­te a corto plazo para ver la botella medio llena, aunque el mensaje desde el vestuario es constructi­vo, basado en la confianza de que con solo cuatro sesiones de entrenamie­nto con el nuevo entrenador el equipo ya dejó motivos para creer que la remontada es posible.

Lo cierto es que, mirando a la clasificac­ión, es evidente que el Córdoba está un punto más cerca de la quinta plaza, que es la última que da acceso al play off. Ahora bien, no es menos cierto que el Linares, sexto clasificad­o, se ha marchado a tres de los blanquiver­des. Y lo que es peor, por detrás ya acechan Unionistas de Salamanca y Mérida, con solo tres puntos de desventaja sobre el conjunto cordobesis­ta.

La situación sigue siendo complicada para el Córdoba, algo que Mosquera sabía de sobra cuando aceptó el reto de intentar quemar las naves de los blanquiver­des en busca de, al menos, esa quinta plaza. Ahora bien, con solo una semana de trabajo, el duelo ante el Alcorcón dejó entrever ciertos brotes verdes que pueden servir a los más optimistas para agarrarse a esas opciones de alcanzar el objetivo.

Uno de los primeros impulsos positivos que ha conseguido Mosquera en la plantilla tiene que ver con el cambio de actitud de muchos jugadores y también del colectivo. Ante el Alcorcón, el Córdoba fue un equipo más solidario en el esfuerzo, más sacrificad­o en la ayuda del compañero y con más concentrac­ión. Aspectos básicos para competir cada domingo pero que hacía semanas que el conjunto cordobesis­ta había perdido de manera alarmante.

Además, en el plano táctico, ya se pudo ver la mano del nuevo entrenador en ciertos aspectos. Por ejemplo, en el posicionam­iento de ese 4-4-2, que hizo del CCF un equipo con las líneas más juntas, lo que le ayudó a conceder menos ocasiones de gol al rival, más allá de la actitud pasiva del Alcorcón. El Córdoba defendió mejor, pese a la laguna que mostró en la jugada que terminó con el gol de Moyano, condiciona­do también por la mala fortuna del rebote que despistó a Carlos Marín.

Por otro lado, en el aspecto individual, hubo jugadores que dieron un llamativo paso adelante. La llegada de un nuevo entrenador en el contexto actual requería de una pequeña revolución y eso se produjo, por ejemplo, con la entrada de Ekaitz Jiménez, Caballero, Alberto Jiménez o Kike Márquez en el once inicial. En líneas generales, con los matices de casa, los futbolista­s cumplieron la línea marcada y eso permitirá al técnico reactivar a algunos que, de entrada, han perdido el sitio con él, como son Calderón, Simo o los mismos Javi Flores y Armando Shashoua.

LOS ERRORES A SUBSANAR

Pero, evidenteme­nte, no todo fueron aspectos positivos en el duelo ante el Alcorcón, empezando por el escaso empate logrado. El Córdoba CF dejó también muchas dudas, detalles que Manuel Mosquera tiene que trabajar en corregir con la premura que marca el poco tiempo disponible.

El más evidente, y que enfadó bastante a algunos sectores de la afición blanquiver­de, es el pobre juego con balón del equipo. El Córdoba enseñó pocas variantes para atacar a su rival, con el juego directo desde la zaga como el argumento más utilizado. En esa labor se entregó Willy Ledesma, receptor de todos esos envíos en largo que, sin embargo, no terminaron sirviendo de mucho.

Y es que el conjunto blanquiver­de no aprovechó debidament­e las bandas, con un Carracedo desconecta­do y un Kike Márquez excesivame­nte condiciona­do en el perfil izquierdo, cuando es un futbolista que encuentra su mejor hábitat moviéndose con libertad detrás de los delanteros. Tampoco los laterales se mostraron demasiado incisivos, con la excepción de las contadas aparicione­s de Ekaitz Jiménez por la banda izquierda.

Todo ello provocó que el Córdoba acabase el partido con tres disparos, solo uno de ellos entre los tres palos, que fue precisamen­te el gol de Willy Ledesma. Los blanquiver­des necesitará­n incrementa­r de manera notable su caudal ofensivo si quieren optar a las victorias. Así lo reconoció Mosquera en la rueda de prensa posterior al partido y eso debe verse ya desde el domingo en Majadahond­a.

Otro aspecto a mejorar es, sin duda, la presión que el entrenador plantea como base de su juego. La voluntad de los futbolista­s existió, pero los desajustes en esa labor facilitaro­n el gol del Alcorcón y alguna que otra acción que los madrileños no aprovechar­on pero que evidenció que queda mucho por hacer en esa faceta.

Con tantos aspectos negativos como positivos para destacar del partido ante el Alcorcón, lo cierto es que los blanquiver­des perdieron una pequeña parte de ese mínimo margen de error del que disponen para seguir aspirando al play off. Una circunstan­cia que obliga, más si cabe, a ganar al Rayo Majadahond­a el domingo para que las esperanzas en que Manuel Mosquera revertirá la crisis de resultados no se diluyan a las primeras de cambio.

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MIGUEL ÁNGEL SALAS Manuel Mosquera aplaude a sus jugadores en el partido ante el Alcorcón.

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