El equipo hace examen de conciencia en grupo
Mosquera y sus hombres estuvieron más de una hora hablando antes del entrenamiento de ayer
El Córdoba CF arrancó la semana tras su varapalo en Majadahonda con mucho trabajo psicológico y pendiente de la enfermería, con Calderón como el principal protagonista de las dudas físicas del plantel, en una semana que finalizará con la llegada a El Arcángel del Deportivo, en un partido que puede volver a enchufar a los blanquiverdes o directamente cercenar ya todas sus opciones de conquistar un puesto en el play off de ascenso.
Mirando hacia el estado físico de la plantilla, las principales dudas se centran en José Manuel Calderón. El lateral izquierdo sevillano no viajó a Majadahonda al perderse el entrenamiento del sábado por unas molestias musculares que han llevado a los servicios médicos a realizarle pruebas para determinar si sufre algún tipo de lesión. En las próximas horas se debe conocer el veredicto de esas revisiones médicas, aunque parece que el de Paradas tendrá complicado estar disponible para el encuentro del domingo ante el Deportivo.
Tampoco se ejercitaron sobre el césped de la Ciudad Deportiva Felipe Ramos, que sigue en proceso de recuperación de su lesión de gemelo, y Canario, aquejado también de unas molestias que le hicieron retirarse a El Arcángel, en su caso más por precaución y para evitar una dolencia mayor.
Buena parte del entrenamiento en el campo principal de la Ciudad Deportiva también se desarrolló sin Puga, cuyos problemas de pubalgia siguen resultando un lastre en su día a día y, lógicamente, también en los partidos. Un factor que explica su caída del once inicial de Manuel Mosquera en las dos últimas jornadas.
La buena noticia de la sesión la protagonizó Marco Camus, que realizó el entrenamiento con aparente normalidad y parece que está listo para volver a entrar en convocatoria. Su presencia ante el Deportivo dependerá de sus sensaciones en lo que resta de semana, aunque Mosquera podría recuperar a un efectivo importante que le daría una opción más para el juego de ataque por bandas, zona del terreno de juego en la que el gallego no anda precisamente sobrado de efectivo.
Antes del entrenamiento de auer, Manuel Mosquera y sus hombres se reunieron por espacio de más de una hora sobre el césped de la Ciudad Deportiva, en presencia de los medios de comunicación y los aficionados que se acercaron para seguir el entrenamiento. Fue una charla extensa, con los jugadores tomando la palabra entre las indicaciones del cuerpo técnico, de la que el preparador gallego aseguró que había sacado grandes conclusiones, sin querer revelar detalles de los temas que se trataron.
La terapia grupal, a la que Mosquera se agarra para recuperar anímicamente a los suyos, finalizó con una arenga en la que el equipo se conjuró para ganar el domingo ante el Deportivo de La Coruña. Una voluntad que habrá que esperar a que se refleje sobre el césped para valorarla, a tenor de las dos decepciones acumuladas en los duelos ante el Alcorcón y el Rayo Majadahonda.