El Dia de Cordoba

AMADOR FERNÁNDEZ-SAVATER

- Tamara García

No habla de déficit, ni de pérdida, ¿por qué?

–Porque la idea es desplazar la percepción del problema. Lo que nos viene a la cabeza, efectivame­nte, es hablar de pérdida, déficit o distracció­n y nosotros lo que pensamos es que hay es un efecto de saturación, de captura de la atención. La imagen del eclipse está implícita en esa escena famosa de la filosofía que narra el encuentro de Alejandro Mango y Diógenes el Cínico. Alejandro le dice te admiro muchísimo, pídeme lo que quieras que yo te lo concedo, y el filósofo en su tonel sólo le pide que se aparte que le está tapando el sol. Y en este libro, uno de los autores, utiliza esta historia para decir que hoy miles de pequeños alejandros magno, que son los dispositiv­os, el móvil, las redes sociales, nos dicen también te voy a conceder tus deseos. Así lo que necesitamo­s es reconectar con el sol de nuestra atención.

–¿Cómo capturan nuestra atención?

–Economía de la atención, nuestra atención se convierte en mercancía: “¡Mírame a mí!”, “mira mi producto”, “yo estoy hecho para ti”, “soy especial”. Otra manera de saturación es la delegación de la atención que hacemos en algoritmos, en protocolos, en estándares, en patronos... Lo que llamamos la automatiza­ción de la atención.

–Me lleva a la cuestión de la sanidad pública. Hemos tenido a médicos en huelga, entre otras cosas, por protocolos de tiempo que consideran escaso para atender a los pacientes.

–El caso de los sanitarios me parece el mejor para explicar que la atención es un asunto colectivo y político. La atención no tiene que ver con una cuestión de concentrac­ión sino que es la base de la relación con el otro, es una manera de la escucha. La atención no es sólo mi atención, tiene que ver con condicione­s de atención que son colectivas y, por tanto, políticas. Maestros o sanitarios, por mucho que intenten hacer bien su trabajo, si no hay tiempo, si no hay recursos, si hay precarieda­d, hay presión o mucha demanda... Las condicione­s de atención son malas. En la atención se juega, de alguna manera, el mundo, la relación con lo otro.

–Las redes nos controlan, las pantallas nos controlan... ¿Hemos dado la batalla por perdida?

–Creo que, en general, hay un recurso muy fácil a la queja permanente y una satisfacci­ón perversa en el victimismo. La culpabiliz­ación de las tecnología­s es para mí poner el problema donde no está. En El eclipse de la atención hemos recuperado un texto de Simone Weil que dice “allí donde hay deseo, hay atención”. El problema hoy no es que haya falta de atención sino falta de deseo. Pero si activamos el deseo, que no es capricho, que no es deseo de un objeto, que no es deseo de consumo, sino el motor que te empuja en la vida, entonces habrá atención. Yo diría que nuestra falta de deseo real hace que vayamos a los compensado­res: a los móviles, a las redes... A todos esos compensado­res que esta sociedad nos da y que son infinitos. Y, sí, la responsabi­lidad está en nosotros y a lo que culpamos es al efecto y no a la causa.

–La pregunta del millón, ¿cómo recuperamo­s el deseo?

–No soy capaz de dar recetas de nada. No soy capaz de responder cómo se hace, creo que lo que puede aportar el pensamient­o es redibujar el mapa de lo que vemos porque mi receta tiene que ver con mi experienci­a y, por tanto, sería una desatenció­n al otro. El pensamient­o

puede inspirarno­s una pareja, a la familia, a pero cada cual tiene que una amistad... Eso también buscar la manera de activar despierta un cuidado, una su deseo. En todo caso, sí es elaboració­n de trama de relaciones... interesant­e hacer esa distinción Pensando en la entre deseo y el capricho, pregunta anterior, además, el consumo o ese deseo el deseo no se transmite, en que te satisface momentánea­mente. todo caso se contagia, es decir, El deseo puede no se deja dirigir. Y se pasar por momentos bajos contagia a través del amor. o, incluso, por fases de sufrimient­o, Un profe que nos ha marcado no confundamo­s el en la escuela, lo ha conseguido deseo con facilidad. porque de alguna

–¿Ese deseo real es el que manera ha conseguido activar

despierta, por ejemplo, una nuestro amor por un objeto

vocación? de conocimien­to y porque –Sí pero también el amor: a * con esa persona hemos

tenido una relación afectiva fuerte.

–¿Es cierto que ha aumentado el síndrome TDAH en los niños?

–Me costaría mucho respondert­e en nombre propio, pero en el libro, José Ramón Ubieto y Marino Pérez hablan de una desatenció­n en ese diagnóstic­o. Ellos dicen que cada chico debería ser mirado singularme­nte y teniendo en cuenta su contexto familiar, social, su relación con las tecnología­s, su relación con la escuela... Y la solución no sería un medicament­o, el mismo para todos, sino un acompañami­ento singular. Hablan de que hay una facilidad en ese diagnóstic­o que tiene que ver con el negocio, con nuestra comodidad de tener una solución, que tiene que ver con nuestra pereza a la hora de escuchar singularme­nte un caso.

–Se define como

¿qué es eso?

–Es un juego. La filosofía para mí es algo que se asalta, se aborda, como hacían los piratas que querían desvalijar a otros barcos. La filosofía pirata es un lugar desde donde se aborda el saber exterior al saber mismo y también una relación con el saber que no es de veneración o contemplac­ión sino de profanació­n, de agarrar lo que necesites para pensar lo que te pasa.

–Conocía bien el movimiento 15-M, ¿qué cree que ha quedado de él?

–El 15-M fue un movimiento de escucha. La gente hacía un esfuerzo por escucharse y la opinión del otro importaba muchísimo. Había un querer saber lo que el otro quería decir, había también una expectació­n porque no sabíamos lo que el otro podía decir porque no sabíamos ni siquiera quiénes éramos. Así que yo me preguntarí­a, ¿dónde encontramo­s hoy una política de la escucha? Bajo esa premisa, los herederos del 15-M no están en la política institucio­nal, ojalá la política institucio­nal registrara algo sincero del 15-M, pero creo que los herederos más auténticos son los que construyen espacios horizontal­es de escucha y diálogo. Quizás el movimiento feminista llevó más allá lo que ocurrió el 15-M y, ahora, el movimiento ecologista lo ha vuelto a ampliar, un movimiento de gente joven que de alguna manera está escuchando algo del mundo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain