Venecia, Barcelona, Canarias...¿y Balears?
El final de la temporada alta en Canarias ha puesto el dedo en la llaga a la hora de valorar el turismo de masas que ha llegado al archipiélago canario desde finales de octubre hasta mediados de abril de un modo exagerado y muy por encima de lo previsto pese a la situación geopolítica. Aquello de apostar por la sostenibilidad y el turismo de calidad ha quedado, visto lo visto, en una entelequia. Hay una gran parte del sector turístico empresarial que sigue apostando por la cantidad antes que poder captar un tipo de turismo cívico, concienciado con el cuidado del destino y que disfrute de las vacaciones sin generar problemas y saturación. Está comprobado que ya no es suficiente con subir los precios, porque la demanda vacacional está disparada y estamos en una coyuntura donde los destinos seguros van a captar en los próximos meses la mayor llegada de visitantes de toda su historia. Lo ocurrido este pasado fin de semana en Canarias, con más 57.000 personas manifestándose por las calles de las siete islas en contra de la masificación, ha sido la prueba del algodón de lo que se avecina en Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera a partir de mayo, pero de manera más sangrante en los meses punta del verano. El sentir general de la población residente, sea en Canarias o Balears, es de rebelarse ante esta avalancha turística que provoca saturación, merma el poder adquisitivo a los locales y genera un crecimiento imparable del precio de los alquileres y de la vivienda. No extraña que muchos opten ya por irse fuera en julio y agosto a otras zonas españolas menos saturadas. Es un problema endémico y que va a más. Venecia ya tomó medidas el pasado año, Barcelona ha hecho lo propio con los cruceros y alguna línea de la EMT, Madrid quiere evitar la saturación de su centro histórico y ahora, pese a quien pese en el Govern y consells, en Balears se tiene que actuar con todas las medidas legales para evitar el descontrol que se avecina y que ello encone, aún más, el sentimiento de turismofobia por la saturación del pasado año y la que se prevé, aún más, este año. No es cuestión de generar alarmismo, pero lo cierto es que no hay control alguno y solo buenas palabras de los políticos en las ferias turísticas internacionales para contentar a la población residente y empresarios que sí cumplen con los preceptos de sostenibilidad. El pasado año el mundo empresarial turístico balear hizo algo más que caja: los niveles de rentabilidad (ebitda) fueron históricos, pero no así la situación de miles de trabajadores por las cargas de trabajo por falta de mano de obra. No se puede crecer más ni en la llegada de visitantes, en presión urbanística y en saturación-masificación.
El grupo aéreo IAG está ante una semana clave en la resolución de Competencia de la UE sobre la compra de Air Europa. El CEO de IAG Luis Gallego, está en plena campaña de concienciación y búsqueda factible de aerolíneas españolas y europeas que se pueden beneficiar con la producción excelente. Ryanair, Volotea, Binter, Plus Ultra, Iberojet, World2Fly, Latam y Delta Airlines están en la terna.