Renzi cuestiona al Ejecutivo y dice que retirará su apoyo
Italia se precipita hacia una nueva crisis política por la gestión de los fondos euopeos
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha empezado 2021 trabajando contrarreloj. No solo para evitar que la tercera ola de contagios arrase con el sistema sanitario italiano, sino también para impedir que estalle una crisis política en uno de los momentos más críticos de la historia transalpina. Ayer por la noche el Gobierno presidido por Conte aprobó nuevas medidas, prorrogando durante otra semana el confinamiento que Italia experimentó en Navidades. Sin embargo es otra reunión la que tiene en vilo la politica transalpina: una cumbre, que todavía no tiene fecha, entre el presidente de Gobierno y los lideres de los partidos que apoyan al Ejecutivo: Nicola Zingaretti por el Partido Demócrata, Luigi Di Maio por el Movimiento 5 Estrellas y el antiguo primer ministro Matteo Renzi por la pequeña formación Italia Viva. Renzi critica a Conte sobre todo por la gestión de los 200.000 millones que el Fondo de Recuperación Europeo ha asignado a Roma. El plan del Gobierno, según el antiguo primer ministro, es “improvisado” y “desalmado” tanto que Italia Viva presentó a la prensa sus proprias propuestas para relanzar la economia bajo el acrónimo CIAO que indica cuatro prioridades: Cultura, Infraestructuras, Medio ambiente y Oportunidades para los jóvenes.
Renzi –que tras abandonar el Partido Demócrata fundó una pequeña formación que es fundamental para que el Gobierno tenga mayoría en el Parlamento– anunció que antes del 6 de enero retirará a sus ministras del Ejecutivo y abrirá la crisis si Conte no cambia de actitud. El objetivo del antiguo primer ministro no son las elecciones anticipadas ya que los sondeos le otorgan apenas el 4%: quiere promover un nuevo Gobierno en el que él tenga más relevancia –por ejemplo, en un ministerio como el de Exteriores– o derribar a Conte para que nazca un nuevo Ejecutivo tecnócrata liderado por el antiguo presidente del BCE Mario Draghi. En todo caso Renzi que destaca por su maquiavelismo –en 2014 se hizo con la presidencia de Gobierno traicionando a su compañero de partido Enrico Letta– quiere volver a ocupar el centro de la escena politica que abandonó en 2016 tras perder un referéndum sobre la reforma de la Constitución y abandonar la presidencia.
En este diseño la debilidad de los otros partidos –empezando por el M5E, que ha reducido a la mitad sus votos– podría ayudarle. Todo depende ahora del pulso con Conte: si el primer ministro cederá Renzi se saldrá con la suya. En caso contrario Italia podría precipitarse hacia una nueva crisis politica que podría perjudicar no solo la situación sanitaria sino también la esperada recuperación de la economía.