La agenda económica de Biden se acelera tras el asalto al Capitolio
Los republicanos pueden apoyar los planes de estímulo fiscal
La tensión que se está viviendo en EEUU tras el asalto al Capitolio protagonizado por los seguidores de Trump puede servir para impulsar la agenda económica del presidente electo, Joe Biden. El candidato demócrata fue ratificado ayer y asumirá su nuevo puesto el 20 de enero en medio de grandes medidas de seguridad y con Washington en estado de alarma. La agenda económica del futuro presidente puede lograr el apoyo de una amplia facción de republicanos. Prueba de ello es la ola de dimisiones protesta que se han producido en el propio seno del Gabinete así como los pasos que se pueden dar para invocar la 25º enmienda y destituir al presidente Trump.
Ambas cámaras del Capitolio bajo la supervisión del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, lograron en la madrugada del jueves certificar la victoria electoral del demócrata Joe Biden. Una hazaña enturbiada horas antes por la turba de manifestantes aupados previamente por Donald Trump que asaltaron el edificio, un episodio que se cobró la vida de cuatro personas y resultó en al menos 68 detenciones.
Durante unas declaraciones realizadas a lo largo de la jornada, Biden fue tajante al asegurar que Trump incitó a los manifestantes a atacar el Capitolio. El demócrata se refirió a los asaltantes como “terroristas domésticos” e insistió que el todavía inquilino de la Casa Blanca “no está por encima de ley”. “Trump ha dejado claro su desprecio por el estado de derecho”, matizó.
El trágico ataque constitucional fue repudiado por empresarios, líderes mundiales y los propios republicanos, que salvo contadas excepciones, aludieron al bipartidismo como posible cura. Un halo de esperanza que sopla a favor de los planes económicos del presidente electo.
En este sentido cabe destacar cómo tras los acontecimientos del miércoles múltiples senadores republicanos como Ron Johnson, Steve Daines, Mike Braun, Marsha Blackburn, James Lankford o la propia Kelly Loeffer, que perderá su escaño tras los resultados de la segunda vuelta electoral en Georgia, retiraron su objeción previa a confirmar los resultados electorales. Solo Ted Cruz, Josh Hawley, Cindy Hyde-Smith, Roger Marshall, John Kennedy y Tommy Tuberville mantuvieron su afrenta contra los resultados del Colegio Electoral en Arizona.
El importante golpe a la imagen del partido republicano derivado por esta situación hace pensar que los legisladores podrían apoyar algunas de las medidas más moderadas que incluye la agenda de Biden, que aprovechará esta situación para impulsar una nueva remesa de estímulos y una mayor inversión en infraestructuras.
En estos momentos, con una mayoría simple en el Senado, sería factible ver un nuevo paquete de estímulo por más de medio billón de dólares en el primer trimestre de este año. También buscar apoyo de los republicanos moderados, como Mitt Romney, para intentar orquestar un plan de inversión de al menos 2 billones de dólares en proyectos de infraestructura y energía verde, como trenes de alta velocidad, estaciones de carga para vehículos eléctricos o una amplia mejora en el acceso a la banda ancha en todo el país.
“Los demócratas tienen planes muy reflacionarios. Están buscando gastar entre un 4% y el 7% del PIB más de lo que barajan los republicanos, en términos netos, es decir, cuando se excluyen los ingresos. Son planes muy agresivos que aumentarían el déficit presupuestario pero también impulsarán la economía. Eso se verá de manera positiva. A largo plazo existen riesgos porque puede haber una extralimitación legislativa cuando un solo partido cuenta con el control del Capitolio” apunta a este periódico Matt Gertken, estratega geopolítico y vicepresidente de BCA Research.
Cabe recordar que la agenda económica de Biden aboga por incrementar el impuesto de Sociedades desde el 21% actual hasta el 28%. También busca duplicar la tasa sobre los ingresos obtenidos por las filiales extranjeras de las empresas estadounidenses desde el 10,5% al 21% y elevar el impuesto a las plusvalías desde el 23,8% actual al 43,4% para aquellos individuos y familias que ingresen más de un millón de dólares. Paralelamente, Biden se ha comprometido a derogar la deducción del 20% para los ingresos transferidos de las rentas más altas, cuyo IRPF podría aumentar hasta el 52%. Sin embargo, estas medidas podrían no implementarse hasta 2022.