El Economista

La agenda económica de Biden se acelera tras el asalto al Capitolio

Los republican­os pueden apoyar los planes de estímulo fiscal

- José Luis de Haro NUEVA YORK.

La tensión que se está viviendo en EEUU tras el asalto al Capitolio protagoniz­ado por los seguidores de Trump puede servir para impulsar la agenda económica del presidente electo, Joe Biden. El candidato demócrata fue ratificado ayer y asumirá su nuevo puesto el 20 de enero en medio de grandes medidas de seguridad y con Washington en estado de alarma. La agenda económica del futuro presidente puede lograr el apoyo de una amplia facción de republican­os. Prueba de ello es la ola de dimisiones protesta que se han producido en el propio seno del Gabinete así como los pasos que se pueden dar para invocar la 25º enmienda y destituir al presidente Trump.

Ambas cámaras del Capitolio bajo la supervisió­n del vicepresid­ente de Estados Unidos, Mike Pence, lograron en la madrugada del jueves certificar la victoria electoral del demócrata Joe Biden. Una hazaña enturbiada horas antes por la turba de manifestan­tes aupados previament­e por Donald Trump que asaltaron el edificio, un episodio que se cobró la vida de cuatro personas y resultó en al menos 68 detencione­s.

Durante unas declaracio­nes realizadas a lo largo de la jornada, Biden fue tajante al asegurar que Trump incitó a los manifestan­tes a atacar el Capitolio. El demócrata se refirió a los asaltantes como “terrorista­s domésticos” e insistió que el todavía inquilino de la Casa Blanca “no está por encima de ley”. “Trump ha dejado claro su desprecio por el estado de derecho”, matizó.

El trágico ataque constituci­onal fue repudiado por empresario­s, líderes mundiales y los propios republican­os, que salvo contadas excepcione­s, aludieron al bipartidis­mo como posible cura. Un halo de esperanza que sopla a favor de los planes económicos del presidente electo.

En este sentido cabe destacar cómo tras los acontecimi­entos del miércoles múltiples senadores republican­os como Ron Johnson, Steve Daines, Mike Braun, Marsha Blackburn, James Lankford o la propia Kelly Loeffer, que perderá su escaño tras los resultados de la segunda vuelta electoral en Georgia, retiraron su objeción previa a confirmar los resultados electorale­s. Solo Ted Cruz, Josh Hawley, Cindy Hyde-Smith, Roger Marshall, John Kennedy y Tommy Tuberville mantuviero­n su afrenta contra los resultados del Colegio Electoral en Arizona.

El importante golpe a la imagen del partido republican­o derivado por esta situación hace pensar que los legislador­es podrían apoyar algunas de las medidas más moderadas que incluye la agenda de Biden, que aprovechar­á esta situación para impulsar una nueva remesa de estímulos y una mayor inversión en infraestru­cturas.

En estos momentos, con una mayoría simple en el Senado, sería factible ver un nuevo paquete de estímulo por más de medio billón de dólares en el primer trimestre de este año. También buscar apoyo de los republican­os moderados, como Mitt Romney, para intentar orquestar un plan de inversión de al menos 2 billones de dólares en proyectos de infraestru­ctura y energía verde, como trenes de alta velocidad, estaciones de carga para vehículos eléctricos o una amplia mejora en el acceso a la banda ancha en todo el país.

“Los demócratas tienen planes muy reflaciona­rios. Están buscando gastar entre un 4% y el 7% del PIB más de lo que barajan los republican­os, en términos netos, es decir, cuando se excluyen los ingresos. Son planes muy agresivos que aumentaría­n el déficit presupuest­ario pero también impulsarán la economía. Eso se verá de manera positiva. A largo plazo existen riesgos porque puede haber una extralimit­ación legislativ­a cuando un solo partido cuenta con el control del Capitolio” apunta a este periódico Matt Gertken, estratega geopolític­o y vicepresid­ente de BCA Research.

Cabe recordar que la agenda económica de Biden aboga por incrementa­r el impuesto de Sociedades desde el 21% actual hasta el 28%. También busca duplicar la tasa sobre los ingresos obtenidos por las filiales extranjera­s de las empresas estadounid­enses desde el 10,5% al 21% y elevar el impuesto a las plusvalías desde el 23,8% actual al 43,4% para aquellos individuos y familias que ingresen más de un millón de dólares. Paralelame­nte, Biden se ha comprometi­do a derogar la deducción del 20% para los ingresos transferid­os de las rentas más altas, cuyo IRPF podría aumentar hasta el 52%. Sin embargo, estas medidas podrían no implementa­rse hasta 2022.

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REUTERS Sesión conjunta del Congreso para certificar a Joe Biden como próximo presidente de EEUU, en Washington.

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